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El respeto a la Constitución y la unidad, dos de las ideas fuerza de los discursos de Navidad del Rey

El Monarca pronuncia hoy su décimo mensaje con la amnistía de fondo

El Rey encara su décimo mensaje de Navidad en el arranque de una legislatura polarizada por la amnistía
El Rey encara su décimo mensaje de Navidad en el arranque de una legislatura polarizada por la amnistíaEuropa Press

Es, sin duda, uno de los mensajes más importantes del Jefe del Estado: el discurso de Navidad. Hoy, Don Felipe se dirigirá a los españoles por décima vez desde su llegada al trono en junio de 2014. En esta ocasión, lo hará justo después de inaugurar la XV Legislatura de la democracia, coincidiendo con una fuerte polarización política después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lograse ser investido con el apoyo de independentistas catalanes a cambio de una ley de amnistía que borrará todos sus delitos durante el procés. Durante sus palabras suele hacer balance de algunos de los hechos reseñables de los doce meses anteriores y ofrecer su opinión y consejos respecto a cómo ve él la situación en España y cómo afrontar el futuro.

Desde que se enfrentó por primera vez a la tradición del mensaje en Nochebuena, la Constitución ha sido un tema recurrente, como también lo ha sido la situación en Cataluña y los problemas con la justicia de su padre, Juan Carlos I, aunque no siempre haya mencionado expresamente estas cuestiones. En este sentido, en el primero de ellos, hizo una firme defensa de la necesidad de una «profunda regeneración» de la vida colectiva, dentro de la cual «la lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable», sostuvo Don Felipe, en un momento en un momento en el que los casos de corrupción salpicaban a algunas formaciones políticas.

Al año siguiente, esta vez desde el Palacio Real, y con la legislatura recién estrenada, Felipe VI aprovechó para enviar a los españoles «un mensaje de serenidad, de tranquilidad y confianza en la unidad y continuidad de España», en un momento en el que los independentistas catalanes ya tenían trazada una hoja de ruta para la desconexión de Cataluña. La cuestión catalana volvió a ser el centro del mensaje de 2016, que se produjo un día después de la reunión en el Parlament catalán en la que partidos y representantes de la sociedad civil defendieron la celebración de un referéndum de autodeterminación, si bien no mencionó expresamente ni a Cataluña ni la Constitución.

Pero sin duda, el pronunciado en 2017 es uno de los que más atención generó, ya que se produjo después de uno de sus discursos más importantes de lo que va de reinado, el del 3 de octubre de ese año, dos días después de que se produjera el referéndum ilegal, y con el Parlament catalán recién elegido tras unas elecciones en las que se impuso el bloque independentista.

En 2018, coincidiendo con el 40 aniversario de la Carta Magna, Don Felipe reivindicó la necesidad de garantizar la convivencia en una «democracia asentada» como la española. «Debemos evitar que se deteriore o se erosione», dijo. Un año después, el mensaje se produjo con el primer Gobierno de coalición en España integrado por PSOE y Podemos. El Rey reconoció que los desafíos que había por delante no eran «sencillos» pero se mostró convencido de que como en otras ocasiones serían superados.

El mensaje de 2020, se produjo en plena pandemia, y a ello dedicó parte de su atención. Pero tuvo como interés añadido lo que el monarca pudiera decir sobre la marcha a Emiratos Árabes Unidos de su padre, Juan Carlos I, con varias investigaciones abiertas en su contra. Como durante su proclamación como Rey, recalcó que los principios morales y éticos «nos obligan a todos sin excepciones» y dejó claro que «están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares».

Doce meses más tarde, volvió a hacer una referencia velada a la situación del anterior Jefe del Estado, en pleno debate sobre su posible regreso a España. Las instituciones, dijo, deben de «tener siempre presente los intereses generales» y estar permanentemente al servicio de los ciudadanos, además de «estar en el lugar que constitucionalmente» les corresponde. El año pasado Felipe VI alertó de los tres riesgos que a su juicio amenazan la democracia en España: «la división», «el deterioro de la convivencia» y  «la erosión de las instituciones». «en país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza», sostuvo, defendiendo una vez más la Constitución como el mejor antídoto