Discurso de Navidad

El Rey advierte de la «erosión de las instituciones»

Felipe VI se refirió abiertamente a los riesgos que amenazan a nuestra democracia y citó «la división» y «el deterioro de la convivencia» actuales

Es, sin duda, el discurso más importante del año y hoy el Rey, en su tradicional mensaje de Navidad, no ha querido pasar de puntillas sobre la crispación que existe actualmente entre nuestra clase política y los peligros que suponen para la convivencia y la paz social. No en vano, su discurso viene precedido de una semana donde la división de poderes se ha puesto en duda y en la que todas las formaciones políticas, sin excepción, lejos de buscar consensos, se empeñan en acrecentar sus diferencias con las peligrosas consecuencias que ello puede desencadenar.

Desde el Salón de audiencias de Zarzuela y con los jardines de fondo, Don Felipe ha mostrado su preocupación ante tres riesgos que, a su juicio, amenazan a nuestra democracia. «No son nuevos», dijo el Monarca, pero «cuando a día de hoy los sufren, adquieren una particular intensidad». En concreto, ha citado la división, el deterioro de la convivencia y la erosión de las instituciones. No son asuntos baladí ya que, tal y como señaló anoche, «una sociedad enfrentada no avanza», especialmente en momentos tan complicados como los actuales como consecuencia de la guerra en Ucrania y su impacto en las economías europeas. En este sentido, Don Felipe ha hecho una alusión indirecta a la Guerra Civil que tanto dolor y división causó a los españoles. «La división hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece», describió.

Es por ello, que ha apelado al espíritu del 78 del que emana la redacción de nuestra actual Carta Magna, que regula el funcionamiento de nuestras Instituciones. «Nuestros valores constitucionales están enraizados en nuestra sociedad» y, añadió, «son por ello la referencia donde los españoles debemos seguir encontrando la unión que nos asegura estabilidad, cohesión y progreso». En este punto, Don Felipe, ha apuntado al orden constitucional como la guía «que nos garantiza una convivencia que, como he destacado a menudo, es nuestro mayor patrimonio».

Para el Monarca, que hoy se ha enfrentado a uno de sus discursos más complicados desde su proclamación, la sociedad española padece un deterioro en su convivencia que, en su opinión, «demanda anteponer la voluntad de integrar frente al deseo de excluir».

Respecto al tercero de los riesgos, el de la necesidad de fortalecer nuestras Instituciones, Felipe VI ha apelado por «unas Instituciones sólidas que protejan a los ciudadanos, atiendan a sus preocupaciones, garanticen sus derechos, y apoyen a las familias y a los jóvenes en la superación de muchos de sus problemas cotidianos». En ese camino ha implorado «que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes» para que sean un ejemplo de «integridad y rectitud». No en vano, las instituciones constitucionales han estado en el punto de mira en las últimas semanas, con varias voces deslegitimándolas con el evidente peligro para su funcionamiento. En este sentido, el Jefe de Estado, cuyas funciones están recogidas en el Título II de la Constitución, ha señalado que «todos deberíamos realizar un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos puede tener para nuestra unión, para nuestra convivencia y nuestras instituciones».

El discurso también ha hecho hincapié en la guerra de Ucrania y sus consecuencias sobre la economía a nivel mundial. Pegado a la realidad, Don Felipe ha querido aprovechar este discurso para lanzar un mensaje de optimismo y esperanza pese a las adversidades derivadas de la invasión rusa de Ucrania. «Tener que hacer frente a gestos cotidianos, como encender la calefacción o la luz o llenar el depósito de gasolina, acaba siendo una fuente de preocupación e implica –en muchos casos– importantes sacrificios personales y familiares», recordó el Monarca, que pidió no sucumbir antes las adversidades y «tener confianza en nosotros mismos, como Nación». De hecho, puso como ejemplo la transformación y modernización de España en las últimas cuatro décadas, «gracias al éxito de nuestra transición a la democracia y la aprobación de nuestra Constitución,avala esa confianza».

El Monarca, que entre las fotografías incluidas en el Salón durante su discurso incluyó una de la Cena de Gala que ofreció a los líderes internacionales durante la cumbre de la OTAN, ha recordado que «ante nueva guerra en Europa, en las fronteras de algunos de nuestros socios europeos y aliados, y, por tanto, cerca de nosotros; y que no solo afecta a Ucrania, sino que tiene una trascendencia global».