Investidura

Sánchez allana el camino para la amnistía: "Estamos negociando"

El presidente del Gobierno asegura que fijará la posición sobre la amnistía tras reunirse con todos los grupos parlamentarios

Pedro Sánchez sigue sin citar la amnistía, pero da muestras de estar cada vez más cerca de aceptarla. Este jueves, a su llegada a la Cumbre Europea (Comunidad Política Europea y Consejo Europeo) que se celebra en Granada, ha dado un paso significativo al reconocer conversaciones sobre la amnistía: "Estamos negociando con los grupos parlamentarios", ha señalado, cuando ha sido preguntado por ello. De hecho, ha allanado aún más el camino al equiparar la amnistía a los indultos: a su juicio, la excarcelación de los líderes del "procés" "obedeció a un interés general" porque ha contribuido a la "estabilidad y normalización de la política catalana".

Es decir, hasta ahora se limitaba a abrir la puerta a la amnistía y aseguraba que tenía que ser el Tribunal Constitucional quien decidiera si la medida de gracia está en el marco de la Constitución o no. Ahora, sin embargo, va un poco más allá. De hecho, ha puesto plazo ya al momento en que decidirá si accede a aprobar la amnistía o no: será una vez haya acabado las negociaciones con los grupos parlamentarios.

El presidente del Gobierno en funciones ha evitado nuevamente citar la amnistía y, de hecho, se ha referido con cierta ironía. "Me dicen que por qué no me refiero a ella directamente", ha señalado. "Estamos negociando con los distintos grupos parlamentarios. Lo dije en mi anterior comparecencia: cuando el Gobierno aprobó los indultos, yo tenia una confianza en que contribuyeran a la estabilización y normalización de la política en Cataluña. Hoy tengo la certeza de que fue una buena decisión y, por tanto, obedeció a un interés general, que es el interés al que debemos velar", ha razonado. "Estamos negociando y cuando tengamos una posición concreta al respecto después de reunirme con todos los grupos parlamentarios, fijaremos la posición del PSOE", ha zanjado.

Sánchez ha señalado que hay una "urgencia" en que haya Gobierno con plenas funciones y, por tanto, deja entrever que va a intentar meter la mayor prisa posible para que haya investidura (aunque ahora ya se descarta antes de noviembre), aunque ha reconocido que "las negociaciones son complejas porque hay una arco parlamentario con distintos intereses". "Necesitamos encontrar ese espacio de encuentro para encontrar una mayoría parlamentaria que no solo nos dé la investidura, sino también la legislatura", ha afirmado, señalando también que no se conformará con un apoyo puntual que ponga complicado agotar la legislatura.

Lo que sí parece ahora es que la investidura de Sánchez está bastante cerca y todo lo que rodea las negociaciones de forma pública parecen escenificaciones. En este sentido, el mensaje de Carles Puigdemont mostrando rechazo por Salvador Illa como posible interlocutor forma parte de ello, ya que el expresident quiere proyectar músculo y solo quiere como interlocutores a miembros del Gobierno (ya logró una visita de Yolanda Díaz). Además, dar protagonismo a Illa va en perjuicio de su partido porque todo apunta que volverá a vencer en las catalanas y tiene más cerca ser president. En todo caso, Puigdemont parece dispuesto a seguir con su punto de inflexión y sacar a Junts del ostracismo para volver a abrirse a pactos en Madrid, ya que parece resistir a los ataques de los sectores más duros del independentismo (en las últimas horas, Clara Ponsatí ha enmendado la línea de Puigdemont de negociar con el PSOE).

Puigdemont someterá la decisión final a una votación entre los días 17 y 23 de octubre y tendrán derecho a voto todos los inscritos en Consell per la República, que tiene 90.142 afiliados.

Si bien es cierto que la investidura parece allanada, lo que puede costar más atar es el apoyo duradero para una legislatura de cuatro años que pretende Sánchez. Y eso no va a ser fácil porque en el horizonte más inmediato se asoman las elecciones catalanas, previstas para febrero de 2025 (menos de año y medio) y eso va a torpedear mucho la actividad legislativa en 2024. De ahí que también el PSOE busque una investidura vinculada a la aprobación de unos presupuestos que den oxígeno al Gobierno en una legislatura muy compleja porque tiene que contentar a seis partidos políticos y todos ellos son determinantes. La propia portavoz de Junts Míriam Nogueras ya lo advirtió en el Congreso durante el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo: "No formamos ni formaremos parte de ningún bloque".

Los socialistas tienen que contentar a Junts, pero también a ERC, que es quien está tratando de subir el precio de su apoyo introduciendo la exigencia de un compromiso con el referéndum. Los republicanos son conscientes de que si los posconvergentes entran en la ecuación de gobernabilidad tendrán mucho terreno ganado de cara a las próximas elecciones ya que no tendrán que sufrir desgaste ante el electorado independentista al ser considerados como el partido blando del separatismo. No obstante, también es cierto que sectores radicales, como la ANC, pueden impulsar una candidatura propia que puede hacer daño a ambas formaciones.