Un Ejército de 3.500 millones para la nación catalana

«Toda libertad es ilusoria cuando no cuenta con los medios para defenderla». Bajo este premisa, doce autores –entre ellos el director general de comunicación del Govern, Jaume Clotet; y Dorcha Lee, un coronel irlandés ya retirado– defienden en la obra «Política de defensa y Estado propio» la creación de unas fuerzas armadas en Cataluña y su dotación con 24.000 efectivos.

El libro, dividido en doce capítulos, aboga, entre otras cosas, por la integración de la hipotética Cataluña independendiente en organismos como la OTAN y la OSCE. La incorporación a la Alianza Atlántica obligaría a la Generalitat a destinar un 2% de su PIB en gasto militar, aunque lo cierto es que la mayoría de socios destinan menos recursos. En consecuencia, el presupuesto para Defensa variaría entre los 2.000 y los 3.500 millones de euros.

La cuestión militar es motivo de controversia en el mundo soberanista y muchos de sus dirigentes han optado deliberadamente por la ambigüedad. La tesis de que en pleno siglo XXI no tendría sentido dotarse de unas fuerzas armadas propias de otra época cuenta con muchos adeptos. De hecho, la desmilitarización es el planteamiento mayoritario entre las bases de todos los partidos independentistas. Pero la opción de seguir el modelo de los países del entorno europeo también reúne simpatizantes.

Artur Mas, en una antigua entrevista en el «Finantial Times», defendió que Cataluña cuente con un «pequeño ejército» aunque no concretó la cifra. Sí que se mostró partidario de ser miembro de la Alianza Atlántica, aunque tampoco aportó datos.