«Ven lo de Alsasua y creen que por pegar no pasa nada»

El presidente de NN GG del PP de Vizcaya fue agredido por un abertzale que, tras preguntarle si era del PP, le dijo:«Te vas a enterar».

El presidente de Nuevas Generaciones del PP en Vizcaya, Nacho Toca, fue agredido en la noche del sábado por un joven proetarra que le propinó un puñetazo en la cara cuando se encontraba en un bar de Bilbao con sus amigos. «Me golpearon en la mandíbula, aún tengo dolores» y dice que con pastillas se aguanta. «Es más la impotencia de decir: ¿por qué pasa esto?», asegura a LA RAZÓN. El bar Memoria, donde sufrió la agresión, se encuentra en el centro de Bilbao, no es un lugar frecuentado por abertzales, por lo que afirma que ese joven «no encajaba con el con ambiente del local». «Yo estaba con unos amigos de Bilbao y unas amigas de Madrid y vino el tipo hacia mí y me preguntó que si era de Nuevas Generaciones. Yo no me oculto. Le dije que sí» y le amenazó: «Pues que sepas que te vas a enterar». Dos minutos después regresó y, sin mediar palabra, le golpeó. Entonces el joven del PP se quedó bloqueado. «Muchos en las redes sociales me preguntan si no le respondí, pero me quedé bloqueado tras el golpe». Minutos después comunicó lo ocurrido a la seguridad del local y llamó a la Policía. Los de seguridad sacaron al proetarra del bar, que decidió quedarse en la calle para esperar junto a sus amigos a que Toca saliera . «Sí que vi que los amigos intentaban acercarse a mí», y cuando llegó la policía el joven abertzale huyó.

El presidente de NN GG de Vizcaya denunció los hechos ayer por la mañana, tras acudir al médico y después de hablar con su secretario general. «No le había visto antes. Supongo que me reconoció porque voy a las tertulias de la tele». Dice que en el País Vasco existe mucho odio al PP. «Esto no se trata de mí, sino de que la gente sepa que aquí no hay libertad. Porque podría haber sido cualquiera de Vizcaya». «Este tío tenía una cara de odio... como un psicópata». El joven del PP asegura que no tiene miedo, pero ayer paseando con sus amigos por Bilbao se sentía observado y agobiado. «No tengo miedo, pero sí angustia». Ha recibido muchas muestras de afecto en las redes sociales, mensajes, la llamada de Pablo Casado, de la dirección del PP vasco, del equipo de Cospedal, de Carlos Iturgáiz, de sus compañeros de Nuevas Generaciones. «Eso me da fuerza».

Advierte de que «la gente ha visto lo de Alsasua y ven que por pegar no pasa nada y muchos lo consideran algo normal. Ayer lo vimos en el Congreso con Rufián o Podemos. Esa gente tiene una responsabilidad muy fuerte en todo lo que está pasando». «Todo el mundo habla de libertad, pero aquí no la hay», insiste. Lamenta que haya un partido político que no condena el terrorismo, que algunos jóvenes no sepan quién fue Miguel Ángel Blanco. Que haya un PNV que cada vez está con unos o con otros, un PSE que fue incapaz de exigir que Otegi no fuera candidato y Podemos que «desde el día que dijo que Otegi era su hombre de paz se retrató». «No me van a callar. Algo estaré haciendo bien para que éstos –los abertzales– quieran pegarme».