El personaje

Verónica Martínez: Un parche frente a Errejón

Es una recién llegada que ha pasado sin pena ni gloria por

la actividad del Congreso

Veronica Martinez sustituta de Errejón
Veronica Martinez sustituta de ErrejónIlustraciónPlatón

La bronca ha sido intensa en los últimos días dentro de los partidos que integran la coalición. La abrupta salida de Íñigo Errejón como portavoz en el Congreso de Sumar, tras las graves acusaciones de acoso y violencia sexual, ha convulsionado los cimientos de Sumar, la formación de Yolanda Díaz cada vez más en declive electoral. A la vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y lideresa de Sumar se le puede aplicar una conocida frase: «De derrota en derrota hasta el fracaso total». En efecto, tras numerosos batacazos electorales, el escándalo Errejón le ha dado la estocada final. Tras numerosos pulsos entre Izquierda Unida, Mas Madrid Compromís y los Comunes, cabezas visibles de esa ensalada de partidos que integran Sumar, y la negativa de varios candidatos para aceptar el puesto, finalmente fue elegida Verónica Martínez Barrero, diputada por Pontevedra y persona de confianza de Yolanda. Un nombramiento que ha desatado ya las iras de los antiguos socios de Unidas Podemos, dado que Verónica presidió el Consejo Gallego de Relaciones Laborales, organismo que agrupa a patronal y sindicatos bajo el mandato de Alberto Núñez Feijóo como presidente de la Xunta de Galicia. «Un mero parche para taponar y no curar la crisis desatada en Sumar», dicen las huestes de Pablo Iglesias con la espada colocada en la yugular de su antigua amiga y ahora gran traidora Yolanda Díaz.

Pese a su primera negativa y fuerte resistencia, esta asturiana nacida en Gijón, pero gallega de adopción, aceptó finalmente el reto tras las súplicas de Yolanda, que veía desierto el cargo de portavoz en una formación política a la deriva. «Le he dado muchas vueltas», reconoció ella misma en un mensaje a la militancia. Se ha visto obligada a ello tras los ruegos de su amiga, aun a sabiendas de que es un envite en medio del fracaso y con escaso margen de maniobra parlamentario. Verónica Martínez Barbero será el tercer altavoz en el Congreso de Sumar, con el desafío casi imposible de cerrar las heridas dejadas por el escándalo de Íñigo Errejón, una apuesta personal de la vicepresidenta y ministra comunista de la que le será muy difícil alejarse, acosada por todos los partidos que integran la coalición de Sumar en medio de voces de la militancia exigiendo dimisiones. Naturalmente, Yolanda Díaz hizo oídos sordos, se aferró a la poltrona del poder y ha emprendido una huida hacia adelante entre fuertes presiones dentro de la coalición y la venganza de su antiguo valedor, Pablo Iglesias, en bandeja de plata. Sin aclarar cuando supo la situación de Errejón, que al parecer le había llegado meses atrás, Yolanda le colocó en las listas electorales y le mantuvo como portavoz en la Cámara Baja.

Verónica Martínez Barbero es una recién llegada en esta legislatura, una diputada por Pontevedra que ha pasado sin pena ni gloria por la actividad del Congreso. Licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo, desarrolló toda su carrera profesional en Galicia, donde echó raíces en Baiona, al sur de Vigo. Allí aterrizó en 2005 con una oposición como inspectora de Trabajo y Seguridad Social, fue profesora en la Universidad y acabó siendo presidenta del Consejo Gallego de Relaciones Laborales, un órgano consultivo de patronales empresariales y sindicatos bajo el paraguas de la Xunta de Núñez Feijóo. Orgánicamente estaba adscrita a la Consejería de Empleo, entonces dirigía por Francisco Conde, hoy diputado y persona de total confianza del líder del PP. Esta vinculación ha desatado las protestas de Unidas Podemos y reticencias dentro de Sumar, aunque ella mantiene que su cargo era consultivo e independiente. Su tarea como nueva portavoz de la coalición de izquierdas no será un camino de rosas.

Fue precisamente en un acto sindical de Comisiones Obreras en Ferrol donde conoció a Yolanda Díaz, y ambas congeniaron de inmediato. Cuando Díaz entró en el Gobierno de Pedro Sánchez, la reclamó como directora general de Trabajo en 2020, desde donde gestionó los ERTE de la trágica pandemia y pujó por la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), siendo defensora del llamado escudo social. En las elecciones de 2023, Yolanda la colocó en las listas de Sumar como número uno por Pontevedra y logró un escaño. Aún muy desconocida para la mayoría de los votantes gallegos, ha sido presidenta de la Comisión de Derechos Sociales en el Congreso y ha ejercido una labor siempre como «escudera fiel» a la sombra de Yolanda Díaz. «Me hago cargo de que no son tiempos fáciles para la política, pero no renuncio», ha escrito la nueva portavoz en una carta dirigida a la militancia, en la que defiende su apuesta feminista, plurinacional y comprometida con los derechos de la clase trabajadora.

Quienes la conocen la definen como una buena técnica, conocedora de la legislación laboral, pero carente de experiencia política. «Ahí tendrá que pulirse», dicen fuentes de la coalición. Madre de un niño, aficionada a la montaña y la escalada, se define como «una asturiana muy gallega». Es la tercera portavoz de una formación política como Sumar con pésimos resultados electorales y lastrada por el escándalo de Íñigo Errejón. Aun así, su amiga y mentora la comunista Yolanda Díaz se mantiene en la moqueta, el coche oficial y las suculentas ventajas del cargo. Es la suya la historia de una travesía fracasada desde aquel dedazo de su gran valedor, Pablo iglesias, quien hoy se retuerce de gusto ante la caída en desgracia de sus dos enemigos: Yolanda y Errejón. Desde que pinchó en hueso en Galicia, su propia tierra, donde no sacó ni un solo escaño en las autonómicas, la estrella de Yolanda Díaz está en apagón total. Ahora, Verónica Martínez Barbero asume la portavocía en el Congreso de una formación en declive bajo la batuta vengativa e implacable de Pablo Iglesias.