Tomás Gómez

Votar con los pies

Es cierto que España necesita una reforma fiscal, pero no puede hacerse con parches improvisados

Rafael del Pino, presidente de Ferrovial
Rafael del Pino, presidente de FerrovialRubén Mondelo EFE

La marcha de Ferrovial, que forma parte del paisaje tradicional empresarial español, supone un duro golpe. La reacción del Gobierno ha sido estudiar resquicios legales que impidan, o al menos supongan trabas, a Rafael del Pino para ejecutar su decisión. Sin duda, el temor a que otras empresas del IBEX 35 imiten la estrategia ha sido el elemento principal que le ha llevado al ejecutivo a tomar acciones. No hay que olvidar que otros gigantes, como Iberdrola, ya han amenazado con la deslocalización. Sin embargo, el problema es más de fondo. El economista Charles Tiebout elaboró la teoría de «votar con los pies», que consistía en explicar que las preferencias electorales se podían mostrar votando a un partido o desplazándose a otro territorio. Aunque construyó su teoría para explicar la conducta del ciudadano, bien podría aplicarse una variante al caso empresarial. Las grandes corporaciones aprovechan las posibilidades que les da la globalización para aumentar su rentabilidad y movimientos como el de Ferrovial serán cada día más habituales.

Otra reflexión tiene que ver con la necesidad de homogeneizar la presión fiscal en la zona euro. No tiene sentido que tengamos una misma moneda y una política monetaria común, pero que la política fiscal sea un pequeño coto de poder local de cada Estado. Por último, el Gobierno debería repensarse su respuesta. El uso del poder coercitivo no suele ser la alternativa más eficaz. Es cierto que España necesita una reforma fiscal, pero no puede hacerse con parches improvisados.

No vivimos los mejores tiempos, mis alumnos de la universidad no han conocido una época de prosperidad, han visto encadenarse la crisis de 2008, la de la pandemia y, ahora, la de la guerra. En tiempos de incertidumbre, no es conveniente tocar la fiscalidad. Lo peor que puede hacer el Gobierno es abrir más conflictos con el mundo empresarial.