Opinión

Votos y balas

Otegi, que no abre la boca, le aprobó las cuentas a Sánchez cuando lo necesitó, y no hace falta decir nada más

El secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi
El secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi Jesús DigesAgencia EFE

Al papanatismo nacional le encanta ponerse en el pecho la medalla republicana y la bandera tricolor al ritmo del himno de Riego. Me parece muy bien, el ser humano además de político es simbólico y no puede vivir sin colocar su existencia en una idea. En este caso, el engranaje mental depende en exclusiva de lo que sucedió en 1931 y no en lo que nos pasará en 2031 que nos va a pillar con el culo al aire en nada. Digo esto de la república porque además de jugarnos los cuartos con el candidato del pueblo nos lanzamos a una suerte de primera vuelta de las generales. Más que nunca ahora porque Pedro Sánchez insiste en que no toca hablar de ellas aunque no deja de hacer anuncios como si fuera un candidato universal, capaz de prometer que va a prohibir que el agua de la ducha salga fría si usted no puede pagarse el gas o de poner en marcha un plan que evitará que los años del calendario le pesen en el cuerpo. Creará un grupo de trabajo para lograr un elixir que le proporcionará la felicidad inmediata ante la amargura cotidiana de la política española, le pondrá nombre a una vacuna contra el asco, pero con la entrada de ETA cuidado, aquí no hay hueco para las bromitas.

Más de cuarenta terroristas se presentan por Bildu, quieren ser concejales como también lo fue Miguel Ángel Blanco, solo que en esta ocasión además de cobrar un salario público no hay nadie que les pueda dar un tiro en la nuca. Además de esa suerte, tienen el derecho a hacerlo, de eso va nuestra democracia, pero los españoles debemos exigirle al Gobierno que en nuestro nombre no pacte con las siglas que los representan jamás.

Otegi, que no abre la boca, le aprobó las cuentas a Sánchez cuando lo necesitó, y no hace falta decir nada más. Podemos tragar con cualquier cosa, querido presidente, pero con los asesinos ni media. No nos olvidamos de lo que hicieron, de sus víctimas y de quién le tiende la mano. Ahora y en la siguiente vuelta de las elecciones. ¿Comprende señor Sánchez?