Estrategia
Yolanda Díaz busca sanear su imagen quemada y se desentiende de Sumar
Renuncia a liderar el partido ante las críticas y aspira a presentarse otra vez en generales. El jueves se reunirá el Grupo Coordinador para elegir al sucesor de la vicepresidenta
Un año y cuatro meses ha durado el liderazgo de Yolanda Díaz y formalmente tan solo cuatro meses desde que sus bases la ratificaran como coordinadora general de Sumar. La fatídica noche electoral de este domingo fue el Rubicón que necesitaban los partidos que apoyan a Yolanda Díaz para dejarla caer después de meses de tensiones internas dentro de la coalición en construcción.
La líder de Sumar digirió ayer los cuatro batacazos electorales que pesan sobre su figura durante los últimos cuatro meses con una decisión que a su vez es una oportunidad en si misma para regresar más adelante con una imagen saneada después de comprobar ella misma que su liderazgo había quedado totalmente quemado en un corto espacio de tiempo.
La ministra gallega dimite de su cargo orgánico en la izquierda alternativa, pero continuará en el Gobierno como vicepresidenta segunda. La decisión llega después de que la misma noche electoral, Más Madrid e Izquierda Unida señalaran el camino a Díaz, exigiendo una asunción de responsabilidades y avisando ya de que el proyecto de Díaz se «debilita».
«La ciudadanía ha hablado y yo voy a hacerme cargo. Por ese motivo, he decidido dejar mi cargo como coordinadora de Sumar», anunció. Un paso que ha neutralizado de facto la cascada de críticas que inundaban en el espacio, aunque no ha calmado las aguas y es todavía una incógnita la participación de los partidos dentro de Sumar, así como su apoyo a la marca.
En esa reconstrucción, no estará Podemos. Ayer, el exlíder Pablo Iglesias salió a criticar la dimisión de Díaz por ser «el fin de Sumar» y cargó contra ella, a la que definió como una «ministra independiente».
El partido confía en una «catarsis» que ayude a reconstruir el espacio con sus principales aliados
La decisión, eso sí, fue tomada «motu propio» por la vicepresidenta y a pesar de una «intensa» reunión de la Ejecutiva, según explican miembros presentes en la misma, Díaz tenía claro el futuro más inmediato.
A partir de ahora, la vicepresidenta continuará con sus responsabilidades en el Gobierno, que es la faceta principal que hizo destacar a la propia Díaz cuando en la pasada legislatura –con Iglesias de vicepresidente– era tan solo ministra de Trabajo.
El liderazgo de Díaz creció gracias a su gestión al frente de este ministerio, con el lanzamiento de los ERTE, las mesas de diálogo para la subida del Salario Mínimo Interprofesional, o la reforma laboral, entre otros de sus éxitos.
«En estos meses siento que no he hecho las cosas que mejor sé hacer y las cosas que debía hacer y la ciudadanía lo ha percibido y muchas voces me lo han ido diciendo», reconocía con autocrítica.
Tanto en el equipo más cercano a la vicepresidenta como dentro de Sumar detectan que la solvencia de Díaz a nivel laboral ha quedado totalmente opacada por la batalla interna con Podemos por el liderazgo de la izquierda alternativa y también con el resto de partidos que ya ponían en duda su habilidad para reconstruir la unidad en la izquierda y volver a situar a la izquierda alternativa en los datos de 2014.
Así, resumen fuentes de Sumar «las dinámicas internas» han ido restando el «atractivo» de Yolanda Díaz. De esta manera, Díaz busca tomar distancia de la política que más quema cualquier liderazgo, la interna.
Iglesias vaticina el «fin» de Sumar y bautiza a Díaz como una «ministra independiente»
Con este paso «al lado» de la vicepresidenta, Sumar desarrolla una operación para «salvar» su liderazgo, ya que no se entiende el partido sin Yolanda Díaz. Mientras que Díaz se ocupará de resetear su proyección en el Gobierno –en un momento de máximo desgaste para ella por la concentración de voto del PSOE en su papeleta– el partido quedará en manos de un nuevo líder orgánico. Explican fuentes del partido que el modelo al que se aspira es el del PNV.
Una bicefalia, al separar los cargos de partido con los de Gobierno, es decir separar el poder orgánico del institucional de una sola mano. De esta manera, explican las fuentes consultadas, la propia Díaz se reserva la posibilidad de volver a presentarse a unas elecciones generales como candidata, pero sin ser la líder del partido. Una puerta a la que, según ha podido saber este partido, Díaz no cierra sino que mantiene abierta.
El proceso a seguir, a partir de ahora, será el de la votación de un nuevo líder orgánico que será elegido por el grupo de coordinación de Sumar que está compuesto por 80 dirigentes elegidos por la propia Díaz. Para esta votación, el candidato solo necesitará más síes que noes. Entre las quinielas mejor posicionadas están el portavoz y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón. Esta nueva etapa comenzará este mismo jueves, cuando el Grupo Coordinador se reunirá para "comenzar a darle forma a esta nueva etapa, así como para elegir a la nueva coordinación general", según indica el partido en un mensaje distribuido intermanete al que ha tenido acceso LA RAZÓN.
Sumar espera conseguir con este paso una «catarsis» del espacio junto a la reflexión junto al resto de aliados que ahora debe darse en la formación. Pero ese análisis será más «sosegado», según anunció el portavoz Ernest Urtasun.
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