Este año toca turismo nacional y, si se puede, de interior y en familia

España es un país lleno de españoles que no la quieren, que la desprecian. Probablemente porque no la conozcan. No estoy descubriendo la rueda si les digo que tenemos una vasta historia con un patrimonio artístico que nada tiene que envidiar al inglés o al francés. Cientos de miles de pueblos españoles están llenos de historias por conocer y para que les transmitimos a nuestros hijos. El momento de hacer turismo nacional y apoyarnos unos a otros. Cada uno con lo que pueda. Este verano apuesto por un turismo de interior, sin aglomeraciones que nos pongan de nuevo en peligro y por una actitud de patriotismo. París o Berlín seguirán ahí. Y las playas, también.

Son todo ventajas: aprender de nuestro pasado, de nuestra historia, del arte, hacer senderismo, comer bien ¡y barato! En fin, que poco más se puede pedir. Si tantos turistas vienen a vernos será por algo.

Destino: Torre de Bisjueces, provincia de Burgos.

No sé el motivo de por qué elegí esa zona pero sí que era de las menos exploradas por mí y eso que “presumo” de haber pisado todas las provincias de la península salvo Cartagena (no hay nada personal). Contacté con Miguel, el dueño del Hotel Rural Torre de Bisjueces y enseguida decidimos que era el lugar adecuado. Tiene seis habitaciones de las cuales dos son ideales para dormir padres e hijos juntos, ya que dispone de: una cama de matrimonio y dos de noventa pegadas. Se pueden pedir cunas de viaje en el caso de que llevéis hijos menores de tres años.

Es la habitación ideal si sois una familia de más de cuatro ya que el precio (desayuno e IVA incluido) es de 95 euros por día.

El hotel, propiedad de Miguel y su dicharachera esposa, Raquel, una cubana de Matanzas que lleva ya 30 años en España pero sin perder un ápice de buen humor cubano, está totalmente restaurado conservando las paredes iniciales de más de un metro de espesor que, por supuesto, representan el gran aliado para descansar por la noche ya que no hace nada de calor dentro de ellas. En invierno supongo que poner la calefacción será obligatorio pero, a su vez, esas paredes conservarán el calor. Ah, y además, ¡tienen chimenea individual!

Puede decirse que es un hotel extremadamente familiar primero por cómo son sus dueños, hospitalarios, que te hacen sentir como en casa (Raquel tiene su propio huerto de verduras y hortalizas así que podéis imaginar cómo se come).

Los que seáis amantes de los animales podéis llevar a vuestra mascota. Ellos tienen un perro, un boyero enorme pero totalmente inofensivo. Y el pueblo, como prácticamente todos los de ese tamaño (menos de 100 habitantes) no representa ningún problema para que los niños campen a sus anchas en la plaza o sus calles si los papás se quieren tomar una cerveza o un buen vino en la terraza del hotel, después de un largo día de caminatas y excursiones.

La cena es bajo petición expresa y con unas horas de antelación. No está incluida en el precio. Pero no es nada cara y merece la pena cenar en el porche de la entrada. Miguel tiene una bodega por si queréis tomar vino o cerveza. Pero mejor avisarlo antes que lleguéis. Lo mismo los que tengáis alguna alergia. Lo tiene todo controlado.

Excursiones para hacer en la zona

Burgos es la cuna, el origen de Castilla la Vieja (actual Castilla-León). Representa por lo tanto, a nivel histórico y artístico, la base de nuestra cultura castellana, española. Si el año pasado en mi viaje a Ile de France me harté de ver castillos, en este, vi más de cien iglesias, casi todas ellas de época románica y gótica. Casi todas cerradas por razones obvias. Son pueblos con apenas gente y cuando van a Misa lo hacen en domingo. Por lo tanto se hace comprensible que la mayoría estén cerradas. La logística para tanta iglesia, salvo voluntad de algún vecino que te quiera abrir la ermita/iglesia de turno, se hace complicada. Pero merece la pena verlas por fuera. Hoy en día, además, todo está en San Google y, si eres de la vieja escuela y prefieres papel, en prácticamente todos los sitios te ofrecen gratuitamente folletos de la zona.

Ermita de San Bernabé (y San Tirso) en Ojo Guareña

La ermita de San Tirso y San Bernabé es la imagen más conocida del Monumento Natural de Ojo Guareña y es una de las 18 cuevas que forman parte del complejo kárstico más grande de España. La ermita, que aprovecha la entrada a la cueva y está cerrada al exterior con sillarejo, data para algunos de los siglos VIII-IX pero otros la sitúan en el siglo XIII. Sin embargo, es muy posible que el lugar fuera aprovechado durante el paleolítico, como podrían sugerir las pisadas y representaciones artísticas parietales que aparecen en numerosas salas y galerías del complejo. En su tiempo también podría haber servido como eremitorio y seguiría evolucionando hasta acabar siendo la ermita actual. Al principio estuvo bajo la advocación de San Tirso, y es en el siglo XVIII cuando reúne las dos advocaciones, la de San Tirso y la de San Bernabé. Por esto en el altar se encuentra una talla de San Tirso del siglo XIII. Toda la bóveda natural de la ermita se encuentra cubierta por pinturas que narran los martirios de San Tirso y también sus milagros, realizadas en los siglos XVIII y IX.

Las fotos no tienen una gran calidad porque están hechas con mi móvil pero creo que son suficientemente explícitas: en las cuevas hace una rasca que te mueres, así que llevaos algo de manga larga para poder hacer la visita porque dura aproximadamente una hora. Ah y fundamental: MASCARILLA. Si no llevas no te permiten la entrada y no hay ningún lugar cerca para comprarlas.

Los precios de acceso, de lo más populares, entre dos y tres euros adultos, menores de edad y mayores de 65, gratis. La visita es guiada y merece mucho la pena hacerla.

Consejos si vas con niños:

-Si tienes alguno que vaya en sillita, ni se te ocurra llevarla, la dejas en el coche (en el parking que hay a un km de la ermita). O caminando, o brazos o mochila de porteo si no pesa más de 17 kilos.

-Diría que a partir de los seis años les puede interesar verlas. Si no les gusta la prehistoria, que es lo más probable, siempre puedes tirar de dinosaurios que, aunque no haya constancia de que hubiese ahí, siempre puedes tirar de imaginación. Si ya son mayores de ocho/nueve años ya empiezan a tener constancia de los períodos de la historia y podréis hablar de cómo se imaginan qué podría ser la vida de dura dentro de una cueva.

-No existen (al menos yo no las vi) máquinas expendedoras de agua. Así que lleva botellín. A mis hijas yo siempre les adjudico su mochila (las de decathlon) y ahí les meto a cada una: un suéter, un par de mascarillas, gel hidroalcohólico, botellita de agua y pañuelos de papel.

-Repito: dentro de la cueva hace frío. parezco una abuela pero en verano en Burgos y de día es posible que se te pase por alto.

Ciudad de Frías.

Sin duda lo que más me gustó de mi viaje, pero eso va por gustos. En realidad es, por derecho una ciudad, de hecho la más pequeña de España, pero su población ronda los 300 habitantes no llegando los menores de edad ni a quince. Un drama más de nuestra realidad. Aún así tienen la suerte de tener colegio propio.

El encanto de Frías es su castillo así como las vistas desde él. Entrar es como si te hubiesen teletransportado a un escenario de Juego de Tronos (me perdonan los no seguidores de la serie).

Tal y como se explica en la web oficial de la ciudad, “la historia del castillo se remonta a la de las primeras fortalezas del siglo X. Situado sobre una peña que domina el Valle de Tobalina, es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla, teniendo un gran valor estratégico.

Comenzaría a tener más importancia al pasar a manos del rey Alfonso VIII en 1201, dotándole de valor estratégico, ya que relevará al castillo de Petralata de las funciones de control del territorio, construido por los navarros en 1040 para defender los pasos más importantes entre La Bureba y Castilla la Vieja.

La defensa de la Muela se completará en 1201 con la construcción de la muralla, y más adelante, en el siglo XV Pedro Fernández de Velasco emprende obras de fortificación para garantizar el dominio de Frías. La fortaleza se sitúa sobre el extremo y en lo alto del peñón. Su dominio sobre la única entrada a la ciudad en la que confluyen las vías procedentes del Ebro y Vadillo, son aplastantes. La puerta de ingreso de arco ojival y defendidas por almenas y troneras, es pequeña para su mejor defensa y está precedida por un puente levadizo de madera. Ya en el interior nos encontramos con un patio de armas, antes parcialmente cubierto, ligeramente cuadrado desde el que se distribuye las ya desaparecidas dependencias del castillo.

Todo un adarve recorre las almenas hasta ir a parar al último reducto de defensa del castillo, la torre del homenaje es independiente al resto del edificio. Posee defensas propias, hay un aljibe adosado. En el interior una estrecha dependencia conserva una doble bóveda con ventana enrejada con arco rebajado. Encima hay una terraza almenada. La adición de torrecillas sobre modillones en los ángulos del Este le da un aire típicamente español.

Cascadas de Tobera

Una vez visitada Frías (o antes), a unos pocos kilómetros podéis visitar las cascadas de Tobera. No es que sean las más espectaculares del mundo pero merece la pena su visita especialmente si os gusta pasear. No hay que hacer, además, grandes esfuerzos físicos. De nuevo recomiendo aquí dejar sillita de niños en el coche si tenéis niños pequeños porque está lleno de escaleras y terreno poco apto para ellas.

Ermita de San Pantaleón de Losa.

Una maravilla para todos los sentidos y una gozada para los amantes de la naturaleza y del arte románico. Una joya en medio de la nada en una roca inmensa con forma de proa de barco que se divisa desde la carretera.

Para acceder a ella hay una carretera estrecha y sinuosa pero bien asfaltada y una vez ahí puedes aparcar sin problemas. La subida a la ermita ya se hace a pie, unos 5 minutos pero con una gran pendiente. Una vez ahí puedes comprobar una joya arquitectónica (cerrada). Se considera una de las obras más hermosas y originales del arte románico en Burgos. Es también conocida por la relación que algunos han hecho entre la edificación y la leyenda del Santo Grial.

“Una de las partes más llamativas del templo es su original portada.Los arcos de medio punto de la misma se sostienen en cada lado por dos columnas y una figura inusual: a la izquierda un gigante, identificado como un atlante a la derecha una columna en zigzag. Los capiteles de las columnas están decorados con motivos variados. Las arquivoltas muestran decoraciones comunes en templos románicos salvo una, que contiene rostros y piernas de personas como si estuviesen encerrados en el arco”. Fuente: Wikipedia.

Consejos si visitáis esta ermita.

-Calzado cómodo

-Ropa fresca

-Botella de agua

-Pulseras para mosquitos en caso de niños y adultos propensos a ser devorados por estos. Campan a sus anchas.

Y, sobre todo, mucho cuidado con perder de vista a los niños. La cima no tiene protección alguna y un despiste puede suponer una tragedia. En 2018 un joven murió al precipitarse desde ella.

-Como casi todo lo que os relato, esto tampoco es apto para llevar con sillitas y sí para ir con niños mayores de seis. Las vistas bien merecen sentarse un rato a tomar un picnic.

-Evitad visitarlo en verano entre las 13.00 y las 18.00 por el calor.

Monasterio de San Salvador de Oña

Visita obligada si lo que uno desea es rastrear los orígenes de la historia de España. A lo largo de su existencia ha pasado por diversas vicisitudes pero, tal y como dicen los historiadores, puede afirmarse que que hablar de él es hacerlo de la historia de Castilla ya que siempre ha estado vinculado a su corona.

“El uso del monasterio, desde su fundación a comienzos del siglo XI, ha sido múltiple dado su carácter de espacio religioso para la vida comunitaria, panteón aristocrático y centro de estudios teológicos. Por esta razón, a través de su dilatada existencia, se han impregnado entre sus muros y estancias variados estilos artísticos que contribuyen a su enriquecimiento; así, durante la visita al Monasterio es posible contemplar el paso de los siglos a través de los estilos mudéjares, góticos y, finalmente, barrocos que, a pesar de las restauraciones lógicas por el paso del tiempo, no han supuesto ninguna remodelación que afecte la belleza de los elementos artísticos que lo componen”.

Actualmente, y tal y como reza su web oficial “entre sus muros se encuentra la Iglesia Parroquial de Oña, y en ella es posible contemplar el panteón aristocrático de nobles y magnates castellanos de remota memoria: por ejemplo, se afirma que fue el mismísimo Cid Campeador, don Rodrigo Díaz de Vivar, quien trajo hasta este templo los restos de su malogrado rey Sancho II el Fuerte, tras perecer asesinado en el sitio de Zamora, para que aquí yacieran; también aquí se encuentra sepultado el rey Sancho III el Mayor, que aunque rey de Navarra, a través de su matrimonio con doña Urraca, influyó decisivamente en el devenir de la monarquía castellana. Como curiosidad, la primera escuela para sordomudos tuvo lugar en las dependencias de este antiguo monasterio cuando, en el siglo XVI, así lo impulsó el benedictino FrayPonce de León.

Para visitar la Iglesia Abacial llamad al 697 89 35 05. Está abierto desde el día 20 de Junio.