TDAH

Tu hijo con TDAH: por estos motivos no se controla

El TDAH se caracteriza por una serie de alteraciones que tienen en común la dificultad para regular los mecanismos de autocontrol cerebral.

El TDAH se caracteriza por una serie de alteraciones que tienen en común la dificultad para regular los mecanismos de autocontrol cerebral. Esto incluye el control de la atención, de los movimientos y de los impulsos y las principales dificultades que generan se aprecian en tres áreas como son el aprendizaje, las relaciones sociales y la conducta. A continuación, vamos a repasar las funciones cognitivas principalmente alteradas en cada una de estas áreas.
El TDAH se caracteriza por una serie de alteraciones que tienen en común la dificultad para regular los mecanismos de autocontrol cerebral. Esto incluye el control de la atención, de los movimientos y de los impulsos y las principales dificultades que generan se aprecian en tres áreas como son el aprendizaje, las relaciones sociales y la conducta. A continuación, vamos a repasar las funciones cognitivas principalmente alteradas en cada una de estas áreas.PIXABAY

Los niños con TDAH suelen presentar alteraciones neuropsicológicas muy específicas y que, en medicina se llaman funciones ejecutivas. Cualquier padre con un hijo con TDAH lo sabe: repetirle las cosas mil veces para que atiendan, problemas para retener instrucciones de múltiples pasos y completar indicaciones sencillas, problemas de memoria a corto plazo o bloqueos ante actividades de alto ritmo.

¿Qué es lo que suele fallar?

El TDAH se caracteriza por una serie de alteraciones que tienen en común la dificultad para regular los mecanismos de autocontrol cerebral. Esto incluye el control de la atención, de los movimientos y de los impulsos y las principales dificultades que generan se aprecian en tres áreas como son el aprendizaje, las relaciones sociales y la conducta. A continuación, vamos a repasar las funciones cognitivas principalmente alteradas en cada una de estas áreas.

La atención en el TDAH

Para que un niño con TDAH pueda alcanzar un buen nivel de concentración es necesario que el el sistema realice un proceso en serie de tres pasos.

  • Buen nivel de atención selectiva. Cuando recibimos un estímulo relevante, si nuestro sistema nervioso es capaz de discriminar entre el resto de información que recibimos simultáneamente y dedica suficientes recursos siendo capaz de asimilar la información que trae, es que hay hay un bien nivel de atención selectiva. Si hay alguna alteración en su funcionamiento, la información no es correctamente recibida por el sistema y por lo tanto, tampoco generará la respuesta esperada por nuestra parte.
  • Una vez detectado ese estímulo, el sistema debe procesar la información que trae de una forma ágil y correcta. Para ello, debe realizar el procesamiento a una velocidad igual a la que se recibe la información como mínimo, de lo contrario el sistema corre el riesgo de saturarse o de perder información. Esto corresponde a la velocidad de procesamiento y en caso de fallo genera espacios vacíos de información o desconexión del sistema que provoca dificultades de gestión de la misma.
  • El tercer factor necesario es el de la atención sostenida. Es decir, tras detectar el estímulo y procesar la información, necesitamos mantenerla en la memoria el tiempo suficiente para poder completar la instrucción que nos han dado o la actividad que estamos realizando. De lo contrario, nuestra capacidad de realizar actividades de una forma prolongada en el tiempo estará limitada. Es decir, no seremos capaces de tener persistencia en una actividad.

Cualquier alteración en uno o varios de estos procesos, genera un problema global de atención pero con diferentes perfiles, por lo que incluso de un cuadro de TDAH inatento, nos podemos encontrar con diferentes fenotipos clínicos.

 

La impulsividad en el TDAH

Puede ser física, posible en el TDAH puro pero mucho más habitual en el TDAH asociado a comorbilidades como el Trastorno Negativista Desafiante. En estos casos, se presenta un patrón persistente de actitud oposicionista y negativista junto a comportamientos desafiantes que pueden llegar a ser violentos.

Mucho más frecuente es la existencia de impulsividad cognitiva que genera conductas irreflexivas. En general, se trata de chicos que responden a los estímulos externos o actúan de forma general sin pararse a pensar en las consecuencias inmediatas de sus actos y por lo tanto, se encuentran con todos los problemas que esto les puede acarrear en los diferentes ámbitos de la vida.

Por último podemos encontrarnos ante hiperactividad, ya sea de bajo grado o estática, en la que el movimiento es de escasa amplitud y generalmente sin desplazamientos, o de alto grado, también llamada hiperactividad dinámica, que es la más conocida. En ambos casos hay consecuencias parecidas pero variables en función de la intensidad del movimiento. Dentro de estos aspectos y en función de la combinación e intensidad de síntomas, se pueden encontrar múltiples perfiles clínicos, por lo que es fundamental conocerlos todos a la hora de identificarlos y atenderlos de la forma adecuada.