Genética

Agotamiento y frustración: por qué la Generación Y está más cansada que nunca

Los millennials enfrentan un nivel histórico de agotamiento. Las redes sociales, la economía y el perfeccionismo han influido en ello

Los millenial tiene su propia forma de comprar: clara, por internet y por valores diferentes a los de sus padres
Chico generación milleniallarazon

Los millennials —personas nacidas entre 1981 y 1996— son la primera generación que paga el precio de sus propias aspiraciones. A los 25 años, muchos ya experimentan un agotamiento extremo, mientras que generaciones anteriores no lo hacían hasta pasados los 40.

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Según datos de 2025, el 66 % de los millennials presenta niveles de agotamiento de moderados a altos, frente al 60 % de la Generación X y solo el 39 % de los baby boomers. El cansancio millennial no solo viene del trabajo. Factores como la presión económica, el cuidado simultáneo de hijos y padres, y la comparación constante en redes sociales crean una tormenta perfecta.

El fenómeno FOMO (Fear of Missing Out) es real: las redes muestran una vida ideal las 24 horas del día, lo que provoca ansiedad, insomnio y una sensación de insuficiencia permanente.

El perfeccionismo millennial: querer hacerlo todo perfecto

La Generación Y creció con el lema “puedes ser lo que quieras”. Aunque inspirador, ha generado un perfeccionismo tóxico. Los millennials buscan destacar en todo: trabajo, relaciones, familia, hobbies y hasta en redes sociales. Este ideal inalcanzable eleva la ansiedad y el estrés crónico, ya que cada error se percibe como un fracaso personal.

El llamado job hopping —cambiar de empleo frecuentemente— es una práctica común entre millennials. El 21 % lo ha hecho en el último año, buscando escapar del malestar. Sin embargo, este cambio raramente ofrece una solución duradera: el agotamiento interno persiste, sin importar el entorno.

A diferencia de sus padres, muchos millennials no pueden acceder a una vivienda propia ni formar una familia a una edad similar. Los salarios no crecen al ritmo del costo de vida, y los préstamos estudiantiles pesan sobre sus finanzas. Este contexto crea la sensación de que nunca es suficiente, una fuente directa de agotamiento emocional.

La “generación sándwich”: cuidando a todos menos a sí mismos

Muchos millennials se encuentran atrapados entre el cuidado de padres mayores e hijos pequeños, lo que aumenta el riesgo de burnout. Más del 60 % de quienes viven esta doble carga teme sufrir agotamiento severo.

Las redes sociales prometen conexión, pero generan soledad y comparación constante. El doomscrolling, o consumo incesante de contenido negativo, incrementa la ansiedad y la depresión. Cuanto más conectados estamos, más desconectados nos sentimos de la vida real.

Buscar sentido en el trabajo: una trampa emocional

El 66 % de los millennials y el 72 % de la Generación Z se han planteado un cambio de carrera en el último año. Buscan un empleo con propósito, pero esta expectativa puede volverse una trampa. Cuando el trabajo no ofrece ese sentido, aparece la frustración. Las generaciones anteriores trabajaban por estabilidad; los millennials buscan propósito, y eso puede hacerlos más vulnerables a la decepción.

La Generación Y es la primera en hablar abiertamente sobre salud mental. El 34 % de los jóvenes de 18 a 24 años ha pedido una baja laboral por motivos psicológicos, el doble que en generaciones mayores.

Este paso hacia la conciencia mental es positivo, pero también muestra la presión sin precedentes que viven los jóvenes adultos.

¿Qué puede hacer la Generación Y para cambiar el rumbo?

Aunque factores externos como la economía o las redes sociales influyen, parte del problema está dentro. Compararse menos, ajustar las expectativas y desconectarse del mundo digital son pasos clave para recuperar el equilibrio.

Hasta que los millennials no aprendan a redefinir el éxito y establecer límites, el agotamiento seguirá siendo una constante en sus vidas.