Familia
Burdeos: arte, historia y gastronomía ideal para viaje en familia
Compite en historia y belleza con París
Burdeos es una ciudad perfecta para hacerla a pie, es decir, para ir con niños y aportarles una experiencia cultural y vital única.
Lo más divertido de viajar es, probablemente, acumular recuerdos y experiencias que nos acompañarán el resto de nuestras vidas. Unos empiezan a viajar antes que otros y una de las cosas que me propuse cuando empecé a tener hijos fue la de intentar viajar con ellos lo máximo posible. Viajar con niños no es fácil. Mejora a medida que crecen porque van necesitando menos cosa, se hacen más autónomos y aguantan más el trote de caminar, algo muy ligado a visitar ciudades y lugares nuevos. Además, viajar no es barato. Sigue siendo algo que no todo el mundo puede permitirse aunque afortunadamente el low cost ha venido a solucionarnos muchos inconvenientes a muchas familias.
Decidimos hacer un combinado Burdeos-Potiers para poder visitar el parque temático Futuroscope, que es el más visitado de Francia después de Eurodisney. Como para todos los viajes, planificar con tiempo es lo que hace que el precio mejore considerablemente. Meses antes me puse a buscar vuelos. Iríamos los cuatro, padre, madre, mayor y mediana. El pequeño, al ser un bebé, decidimos dejarlo con los abuelos. Ni se iba a enterar del viaje aunque yo sí me enteré profundamente de su ausencia y reconozco que lo pasé regular echándolo de menos. Se compensó viendo lo bien que se lo pasaban las otras dos.
Después de buscar bastante encontré la mejor relación calidad precio en Air Nostrum que tiene vuelos directos a Burdeos (poco más de una hora) desde Madrid. Como ya casi todas las compañías, Air Nostrum tiene a bordo buenos planes para los niños en forma de juegos y una aplicación que puedes bajarte sin wi-fi, con la que ellos tienen a bordo, para que se puedan entretener. Me parece una idea estupenda sobre todo para niños movidos (la mayoría) a los que les cuesta estar más de veinte minutos quietos.
Al llegar a Burdeos tienes varias opciones para llegar al centro: taxi, unos 40 euros, autobús que sale cada 30 minutos aproximadamente y que está justo enfrente de la entrada de la puerta principal del aeropuerto (es pequeño) y tarda 40 minutos en llegar al centro aproximadamente. Por supuesto también puedes optar por Uber cuya app funciona igualmente fuera de España.
En cuanto al alojamiento dudamos bastante sobre qué zona elegir. Al principio miramos en el centro pero después nos convenció un hotel en las afueras por dos motivos: uno porque está muy comunicado con el centro, exactamente a 15 minutos en tranvía. Y dos porque estaba frente a un lago y dicho hotel, en realidad apartahotel, garantiza tranquilidad y descanso cuando llegas después de un día de no parar de caminar. Se llama Mer & Golf y está en una zona residencial al norte de Burdeos llamada Brugues. Precios muy asequibles y una opción perfecta para familias. Imagino que de una manera absolutamente consciente en la puerta del hotel hay un supermercado donde puedes comprar todo lo que necesitas para desayunar, comer (raro pero puede darse el caso en estancias largas) y cenar. Cuando viajamos no estamos tan pendientes de que la dieta sea totalmente saludable y si una noche cae una pizza precongelada, tampoco pasa nada. En el caso de viajes de más de dos o tres días también viene estupendamente bien para hacer la compra y desayunar y cenar en condiciones. En el Hotel también se puede, no obstante desayunar (buffet estupendísimo, por cierto), comer y cenar bajo carta.
Decía lo del tranvía y esto es algo absolutamente resaltable. Burdeos cuenta con una red de tranvías fantástica. Lo recomendable es comprarse un city pass en la oficina de turismo. Los hay de 24, 48 y 72 horas (las horas duran a partir del momento en que se usa por primera vez). Con este city pass puedes montarte todas las veces que quieras en el tranvía (los niños no pagan) Hay que tener uno por adulto. El tema del tranvía es espectacular. Silencioso, siempre lleno pero siempre tranquilo, los franceses, ya se sabe, tienen un respeto por el otro bastante alto y ahí nadie va dando voces ni molestando. Por cierto, se puede montar con bicicleta y con mascotas (aunque está sujeto a horarios). Con el city pass pide el mapa de la ciudad y el librito sobre qué hacer con niños.
¿Qué hacer en Burdeos?
Es una pregunta difícil de contestar porque hay infinidad de cosas por hacer pero ahora mismo si tienes hijos, sin dudarlo te recomiendo que lo primero que hagas es ir a disfrutar con ellos del espejo del agua, la mayor atracción que hay hoy por hoy en la ciudad gala.
Espejo del agua
Situado en pleno centro de Burdeos, entre la Plaza de la Bolsa (Place de la Bourse) y el río Garona (que divide la ciudad) en la Avenida de Luis XVIII. La Plaza de la Bolsa es el emblema de Burdeos en todo el mundo desde hace siglos. Esta plaza ha contribuido al auge de la ciudad, su comercio y su reputación. Se hizo en el año 2006 y mide 3.450 m2. Esta espectacular obra alterna efectos extraordinarios de espejo y niebla. Las metamorfosis regulares de 2 cm de agua sobre una gigantesca placa de granito transforman el lugar, mágico, en un escenario permanente de juegos para niños, de ambiente romántico para los enamorados, de remanso de frescor donde mojar los pies cuando arrecia el calor. Hoy por hoy es el lugar más fotografiado de Burdeos. Es un espectáculo visual inigualable porque en él se reflejan las preciosas fachadas características de la ciudad francesa. Ni qué decir tiene que es la atracción favorita de los niños.
Autobús turístico
Nunca he entendido la mayoría de las críticas que se hacen a este maravilloso invento. Siempre que visito una ciudad es lo primero que hago: preguntar si hay bus turístico. Las razones tienen que ver con mi gusto por, primero, organizarme en un mapa. Si el primer día me monto en el autobús me hago una idea bastante clara de cómo es la ciudad lo cuál me facilita bastante moverme mirando el mapa. Precisamente porque los mapas son “esos grandes desconocidos para mi cerebro”. En el caso de Burdeos el autobús está incluido en el city pass. Este se puede comprar en la oficina de turismo allí mismo o en este enlace online. Obviamente en el bus turístico te dan todos los detalles de la ciudad, desde mi punto de vista los más interesantes aquéllos que tuvieron que ver con la revolución francesa ya que la ciudad tuvo una gran importancia en dicho período.
Monumento a los Girondinos
Este lugar tiene, desde mi punto de vista, varios atractivos. En primer lugar está en medio de una explanada, la de Quinconces. Esto significa que se puede pasear, correr, hay jardines para descansar y quizás tomarse un picnic...Pero además sirve como excusa perfecta para empezar a contar a los niños qué fue la revolución francesa, qué pasó y qué importancia tuvo con respecto al transcurso de la historia. Ni qué decir tiene que los franceses están (en general) bastante orgullosos de su historia, así como de su revolución y, por descontando, de los valores que de dicha revolución derivaron, ya saben, Libertad, Igualdad y Fraternidad. De hecho tienen bastante elevado el concepto de lo que significa ser ciudadano. Con sus derechos pero, esto es muy importante, con sus obligaciones.
Barrio de Saint Pierre
Merece muchísimo la pena dedicar un día entero a recorrer sin prisa este barrio tan bonito. Burdeos experimentó un lavado de fachadas (antes sucias y ahora relucientes). Esto comenzó hace más de una década y los resultados han sido espectaculares como espectáculo es mirar hacia arriba y ver espectaculares edificios, todos ellos llenos de historia, ya, por fin, limpios. El barrio es prácticamente peatonal y las pocas calles que hay donde se pueda circular con coche son de un único carril. En Burdeos se estila mucho ir en bicicleta tanto locales como visitantes. Especialmente bonita es la iglesia de San Pierre.
La iglesia se edificó en el s. XV y fue remodelada en el s. XIX. El pórtico es de estilo gótico flamígero, y lo único que se mantiene desde su origen son el coro y la fachada sur. La parte interior es la más espectacular, gracias a sus bóvedas ojivales minuciosamente esculpidas, las vidrieras del s. XIX y una Piedad de madera del s. XVII. Es menos impresionante y más sobria que las basílica de San Miguel o la Catedral de San Andrés, aunque merece la pena visitarla antes de dan una vuelta por el barrio de San Pedro.
Este barrio se construyó en el lugar de un puerto galo-romano, por esta razón, en 1832, tras unas excavaciones se encontró una fantástica estatua de Hércules de bronce. Se cree que decoraba la entrada del pueblo. Actualmente, esta pieza se encuentra en el museo de Aquitania. El barrio medieval se rehabilitó en el s. XVIII, hecho que explica que la arquitectura que reina en el lugar se similar, con molduras, mascarones, decoradas con balcones de piedra o de hierro forjado; entre ella se encuentra la casa de Luis XV. No demasiado lejos de la iglesia se halla la Puerta de Cailhau, con una altura de 35 metros y un techo cónico. Se levantó en el s. XV, en honor al rey Carlos VIII, ganador de la batalla de Fornoue, en 1495. Debemos destacar el nicho de la fachada, alberga una estatua del rey. Durante mucho tiempo, la puerta funcionó como puerta de defensa.
La catedral de Burdeos
Sencillamente espectacular. Desde 1998 forma parte del Patrimonio de la Humanidad como parte del sitio Caminos de Santiago de Compostela en Francia. Personalmente disfruté enormemente la visita por dos razones. La primera, sentimental. En esta catedral contrajo matrimonio el 25 de junio de 1137 Leonor de Aquitania. Esta mujer es de mis favoritas de la historia por su valentía. Procedía de una de las familias más importantes de Francia, la casa de Poitiers y era por derecho propio Duquesa de Aquitania que viene a ser como ser de Alba en España. Fue reina, primero de Inglaterra y después de Francia (las dos veces como consorte, eso sí) y acumuló una grandísimo poder para una mujer de esa época en la que eran prácticamente insignificantes. El matrimonio de Leonor y Luis fue un desastre de proporciones inimaginables. Tal y como lo cuenta Historia en femenino, “Leonor, exaltada, exuberante, había heredado la alegría de vivir y la sensualidad de su abuelo sin embargo Luis era un personaje frío, amargado y profundamente beato: segundogénito de Luis VI, destinado a la vida monástica desde su nacimiento, había tenido que asumir la dignidad de Delfín de Francia, para la que no estaba preparado en absoluto, tras la muerte de su hermano mayor en un accidente de caza. Eran pues dos polos opuestos sin la más mínima posibilidad de conexión”. Tuvieron dos hijos y, como algo totalmente subversivo en esa época, su matrimonio fue disuelto (anulado) y ella contrajo matrimonio con Enrique de Plantagenet, conde de Anjou y duque de Normandía, además de heredero al trono de Inglaterra, lo que la convirtió en reina consorte de Inglaterra amén de madre de siete hijos para la corona, entre ellos los famoso Juan Sin Tierra y Ricardo Corazón de León.
Pasear por los muros de la catedral y rememorar lo que pudo haber sido aquél momento, para alguien que disfrute de la historia, es grandioso. La segunda razón por la que disfruté enormemente la visita es porque la catedral es una verdadera joya arquitectónica. De origen románico, fue construida a finales del siglo XI y consagrada en 1096 por el papa Urbano II. De esa época no quedan más que los muros interiores de la nave principal. La catedral fue reconstruida entre el siglo XII y el Siglo XVI. La actual nave, de estilo angevino, data del siglo XII y fue modificada en el siglo XIII. El deambulatorio, construido hacia 1280 fue unido a la nave hacia 1330. El coro y las capillas radiantes fueron realizadas en el siglo XIV. Es también en esta época, que fueron erigidas las fachadas de los brazos del transepto. La mayor parte de la obra estaba finalizada para esa época. El campanario, las torres y las flechas del transepto fueron terminadas en el siglo XV. Se comenzó también a suministrar al edificio un centenar de arbotantes que fueron acabados en el siglo siguiente. En el exterior, la imposibilidad de establecer un portal en la fachada occidental, explica su austeridad. Como revancha, las fachadas laterales al nivel del transepto tuvieron un desarrollo importante. En la fachada norte, la Puerta Real (Porte Royale) realizada hacia 1250 presenta en su tímpano el Juicio Final y el contrafuerte de Gramont marca el inicio del Renacimiento en Burdeos. (wikipedia)
La catedral está flanqueada por una torre del siglo XV al este del presbiterio y separado del resto de la catedral: el campanario o torre Pey Berland, que fue ordenada construir por el arzobispo del mismo nombre. Es una torre de cuadrangular con sus contrafuertes, una galería exterior y una flecha octogonal. En su cúspide se halla la estatua de la Notre-Dame de Aquitania realizada en 1862 y restaurada posteriormente.
Paseo en barco
Está también incluido en el city pass. te puedes bajar en la parada que quieras y volverte a subir en otra cuantas veces desees. Ideal para épocas con buen tiempo ya que siempre es agradable ver la ciudad desde el agua. Eso sí, no os asustéis del color del río, es marrón porque Burdeos está construido sobre un terreno pantanoso. Funciona como un autobús, hay que ponerse a esperar en cada parada y con el city pass, una vez estás dentro, lo pasas por el sensor.
La ciudad del Vino (Cité du vin)
Junto con el espejo del agua, Burdeos saca pecho con este lugar ideal para los amantes del vino. Es un buen lugar para ir con niños también porque se explica cómo se hace, la historia, los viñedos..a través del mundo, las épocas y en todas las culturas y civilizaciones. Es espectacular el edificio que es una infraestructura cultural única. Propone un itinerario permanente dotado de 20 espacios temáticos que muestran la cultura del vino gracias a una puesta en escena inmersiva y sensorial, cuya última etapa le llevará al mirador para una cata de vino. Perfecto para niños a partir de 8 años (obviamente no la cata pero sí la exposición).
Consejos útiles para tu estancia en Burdeos
-Usa el tranvía. Burdeos es una ciudad pequeña y el tranvía tiene solo 4 líneas pero estas son suficientes para moverte de punta a punta de la ciudad. Es imposible aparcar en el centro. Pero sobre todo es una maravilla pasear por sus calles. Y, cuando te canses o si vas con niños pequeños, tranvía.
-Respeta las colas. Quién ha viajado a Francia o Inglaterra, lo sabe. Los franceses son muy estrictos con esto. Cuando vayas a coger el tranvía, autobús etc...
-Comer en Burdeos. En comparación con otras ciudades como París, Burdeos no es especialmente caro en restauración aunque sí dispara el precio final la bebida. Lo bueno que tienen los franceses es que el agua que se pide es gratuita así que si no bebes vino, cerveza o refrescos, eso que te ahorras. Si bebes vino no esperes las medidas de España...y prepara la cartera. No es barato.
-Documentación: Al ser UE basta con el DNI pero nosotros también llevamos el libro de familia y pasaporte que dejamos en la caja fuerte del hotel. Para volar en teoría no hacen falta los DNI...pero mi recomendación es que nunca viajes sin DNI porque la compañía te puede dejar en tierra y estaría en su derecho.
-Tarjeta Sanitaria europea. Se solicita por internet y en un plazo máximo de 15 días la tienes en casa. Muy útil si pasa algo y tienes que acudir a urgencias. Como ciudadanos europeos tenemos derecho a asistencia médica. Si no perteneces a la UE pregunta a tu compañía de seguros médicos (si tienes) si te cubre la atención fuera de España.
-¿Cómo vas de idiomas? Es más fácil encontrar en Burdeos franceses que hablen español que más hacia el norte y no es casualidad. Burdeos está a dos horas y media de coche de San Sebastián y, de hecho, les encanta esta ciudad y toda la zona del País Vasco Francés. Hay bastantes franceses, en cualquier caso, que hablan inglés.
-Bon Jour: Los franceses siempre te tratarán mejor si antes de preguntar nada, pronuncias las dos mágicas palabras.
-Atención con los niños y los restaurantes. Siempre se dice que los niños franceses se portan muy bien en los restaurantes. Hay de todo, lógicamente, pero lo que sí que es verdad es que los niños en Francia no forman tanto parte del paisaje de “bares y restaurantes” como en España. No es que no sean bienvenidos pero...a la mínima que levanten un poco la voz serán censurados severamente, primero con la mirada y que no te extrañe con palabras.
-Si coge en TGV (nuestro AVE), recuerde: ¡Ni hable! Los trenes de alta velocidad en Francia no tienen vagón del silencio, no les hace falta. Los franceses llevan a rajatabla el respeto por el de al lado lo que incluye no levantar la voz ni lo más mínimo. Recuérdelo si coge el tren. Por lo demás, compórtese según vaya viendo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar