Autopistas
Este el kit básico de supervivencia si vas a viajar en coche con niños (aunque no te pille la gran nevada)
Casi todos los que tenemos hijos lo sabemos, no obstante, conviene recordarlo
A pesar de las advertencias, cientos de conductores (muchos de ellos con niños) se vieron atrapados sin poder hacer nada en la nieve. Ser previsor y viajar con un kit básico de supervivencia es clave para no lamentar problemas de deshidratación, especialmente con los más pequeños de la casa.
A toro pasado todo siempre parece mucho más sencillo pero puede que este artículo lo leas meses después de la gran nevada que dejó atrapados a cientos de familias, muchas de ellas con niños, el pasado fin de semana en la AP-7.
Me voy a permitir el lujo de darte unos consejos que yo misma a veces no he cumplido y eso que tengo tres hijos pequeños. Pero precisamente porque creo que todos debemos tener un recordatorio para viajar, aquí van.
Siempre que viajes, sea donde sea y en la época del año que sea, plantéate que puede pasar algo que haga que el coche se convierta en tu lugar de pernocta. Por ello deberás llevar en él, siempre, algunas cosas que pueden incluso salvarte la vida.
-Agua. Siempre ten en el maletero botellas de agua mineral. Si es invierno pueden permanecer ahí sin que las saques ya que las bajas temperaturas harán que no se estropee y se conserve en buen estado. Si es época de calor, entonces antes de emprender viaje, cuando llenes el depósito en la carretera, compra al menos 4 botellas de litro (dependiendo, claro está, del número de personas que viajéis)
-Batidos de leche/frutas. Esto es fundamental para los niños en un viaje. Si bien en el día a día son productos que mejor evitar por su alto contenido en azúcar y porque es mejor tomar fruta recién exprimida, para un viaje vienen muy bien porque, además de quitar la sed, llenan el estómago. Suelen vender en packs y no necesitan estar refrigerados.
-Pan de molde y embutido. Mejor que una barra (que se puede poner dura) el pan de molde aguanta perfectamente varios días y a todas las temperaturas. De hecho si lo mantienes bien cerrado estará relativamente fresco. Si no pasa nada y el viaje transcurre con normalidad, servirá para poder hacer unos sándwiches y si te quedas atrapado en la nieve, resuelve una cena, un desayuno, lo que sea.
-Galletas tipo snack. Las gasolineras están repletas de este tipo de tentempié que, por su alto contenido calórico, son perfectas para estas situaciones de emergencia.
-Toallitas húmedas. Tanto si tienes bebés como si ya son mayorcitos, las toallitas suponen un gran alivio para casi todo. Para limpiarse las manos si se les cae un poco de zumo, para limpiarse la boca después de un bocata de nocilla y...por supuesto para su verdadero fin: una posible necesidad en medio de la nieve.
Si viajas con bebés lactantes:
Aquí la cosa se pone mucho más seria porque si bien a un niño de tres o cuatro años puedes entretenerlo con unas galletas, con un bebé es muchísimo más complicado. Si toma leche materna no hay que preocuparse, vas con el supermercado a cuestas, incluso si es mayor de 6 meses en casos de emergencia el pecho es más que suficiente. Lo ideal es llevar también algo sólido pero solo el pecho cubre todas sus necesidades de sed y de hambre.
Si toma lactancia artificial ahí deberás ser muy prudente y la previsión será tu mejor arma. Da igual que el viaje sea de dos horas y solo tengas prevista una toma: llévate el bote de leche entero, a ser posible a estrenar. No te puedes arriesgar a que el bebé pase un solo minuto de hambre (la desesperación, además, en medio de la nieve o de cualquier otro atasco, porque un bebé no para de llorar, puede ser terrible) Si ya toma cereales, lo mismo.
Los biberones se suelen calentar así que trata de llevar agua caliente en un termo. Un bebé suele tomar biberones de menos de 300 ml y los termos suelen tener capacidad de 1 litro así que al menos uno como mínimo. Y, en el caso de que te quedaras sin agua caliente, bastará con que pongas la botella de agua cerca de la calefacción para que se temple.
Los potitos, para viajar, siempre de los envasados. Lo mejor, lo sabemos, es la comida natural preparada en casa pero ésta, salvo que tengas una nevera portátil (y un microondas para calentarlo o agua maría que eso es imposible en un coche) puede ponerse en mal estado. Para casos puntuales como los viajes es mejor envasados ya que te aportan la garantía de la conservación. Meterlos en un termo después de ser calentados en casa no es buena idea ya que pierden las propiedades que garantiza el “envasado al vacío”. Calentar un potito en un coche puede ser complicado pero lo cierto es que un bebé de menos de un año (si no toma nada sólido todavía) puede cubrir sus necesidades alimenticias en situación de emergencia perfectamente con biberones. Así que, en ese sentido, procura tener sobre todo cantidad de leche.
-Varios biberones. Lleva al menos dos o tres. Los puedes lavar enjuagándolos con agua pero es preferible que estén limpios para evitar las bacterias de los restos de leche de una toma anterior.
-Al menos 10 o 15 pañales. Los bebés mojan muchísimo el pañal y éste mojado les suele molestar bastante. Lo bueno de los pañales a esas edades es que ocupan muy poco.
-Varias mudas de bodys y pijamas. Los bebés, lo sabemos, pueden de repente hacerse una caca inmensa que les haga mojarse enteros por lo que deberás cambiarlo (las toallitas serán tu gran salvación). Para los niños que no son bebés también conviene llevar mudas por si hubiera algún escape.
-Para todos los viajes se hace imprescindible llevar juegos o cosas para pintar. Eso los que no están, como nosotros, totalmente “tecnologizados” y llevan pantallas para ver películas.
-Dalsy o apiretal. Nunca se ponen malos hasta que pilla un súper atasco. Llévate siempre el botiquín a mano.
-Si es un viaje de invierno lleva suficiente ropa de abrigo y tenla a mano en la maleta de manera que, nada más abrirla, puedas cogerla.
-Y, lo más importante y aunque parezca una obviedad, nunca vayas al límite de combustible. Cuando llegues a la mitad del depósito, párate y vuelve a llenarlo. Nunca sabemos lo que puede pasar así que es mejor prevenir.
-Ya por último, cárgate de paciencia. Lo cierto es que si viajas con niños y te ves sorprendido con una intensa nevada se sobrelleva todo mejor sabiendo que tienes agua y comida suficiente para, al menos, 24 horas.
Y, por supuesto y antes de emprender ningún viaje, por muy importante que éste sea, arriesgues a tu familia iniciando un trayecto que te pueda dejar atrapado. Consulta siempre las previsiones metereológicas y el parte del estado de las carreteras.
Todos estos consejos son aplicables a cualquier viaje pero sobre todo a aquéllos que hacemos en fechas de mucha congestión vial tipo operación salida y retorno de las vacaciones.
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