Educación

Si tus hijos muestran estos 6 comportamientos es señal de que los estás educando bien

El psicólogo Antonio Porcelli ha compartido en sus redes sociales las conductas que determinan si un niño está bien educado

Si tus hijos muestran estos 6 comportamientos es señal de que los estás educando bien
Si tus hijos muestran estos 6 comportamientos es señal de que los estás educando bienGetty Images

Educar a los hijos no es tarea fácil, y más cuando uno se enfrenta a la incertidumbre que genera la fusión de la buena y la mala educación que se produce durante el recreo, en el barrio o en cualquier otro escenario en el que los niños comparten entre ellos parte de la educación que proviene de sus hogares y familias.

Es habitual que en algún momento de su vida, muchos padres se pregunten si han hecho un buen trabajo educando a sus hijos. Sin embargo, no tienen muy claro qué factores determinan que les han dado una buena crianza. En este sentido, Antonio Porcelli, psicólogo y docente, ha compartido su visión acerca de los comportamientos que determinan si un niño está bien educado o no, centrándose en su capacidad para tolerar la frustración.

6 comportamientos que demuestran que tus hijos están bien educados

El interés por saber si los hijos están bien educados ha llevado a muchos padres a buscar consejo en expertos. Los psicólogos han identificado una serie de actitudes que pueden servir como indicadores claros de una buena educación en los niños.

1. Un niño bien educado es un niño que sabe esperar

Porcelli subraya la importancia de la paciencia en los más pequeños. La capacidad de esperar sin mostrar impaciencia o molestia es señal de que el niño está desarrollando una tolerancia saludable a la frustración.

2. Perseverancia frente a los desafíos

Si está jugando a algo que es difícil y no le sale, no tira todo, sino que lo sigue intentando una y otra vez hasta que va aprendiendo.

La perseverancia frente a los desafíos es una característica esencial de una buena educación. Los niños que no se rinden fácilmente y buscan siempre mejorar, están aprendiendo una valiosa lección de resiliencia.

3. Acepta que no todo es como él quiere

Este comportamiento refleja comprensión y aceptación de la realidad, un aspecto crucial para el desarrollo emocional y social de los niños. Un niño que puede lidiar con la decepción sin enfadarse o frustrarse en excesivo, está mostrando un importante avance en su educación emocional.

4. Tiene buena capacidad para manejar la derrota

El psicólogo destaca que "si pierde, sigue jugando". Aceptar la derrota sin llegar a desmotivarse y continuar participando es una muestra de madurez emocional y deportividad.

5. El respeto por las reglas es otro aspecto crucial

Según Porcelli, un niño bien educado es un niño que respeta las reglas. Este respeto no solo es aplicable a juegos y actividades, sino que se extiende a las normas sociales y familiares, creando una base sólida para una convivencia armoniosa.

6. Respeta las jerarquías y se siente bien sin estar en la situación donde mande todo

El psicólogo incide en que aceptar y reconocer que no siempre se puede tener el control de todo es una lección importante que ayuda a los niños a integrarse mejor en distintos entornos sociales.

Claves para fortalecer el vínculo entre padres e hijos

En las relaciones de afecto que se establecen entre padres, madres e hijos un pequeño cambio de actitud puede hacer que enfados y conflictos que parecían enquistados empiecen a desaparecer a una velocidad sorprendente. Incluso si lo que hay no es resentimiento sino indiferencia, es completamente posible volver a conectar con ellos.

Aunque muchas veces se olvide, buena parte de las relaciones se establecen mediante el contacto físico: besos, abrazos, caricias... Por eso es bueno promoverlo siempre que surjan de manera espontánea. Apostar por el contacto físico no consiste tanto en "implantar" abrazos, sino más bien en no reprimirlos.

Otra de las técnicas imprescindibles para fortalecer el vínculo entre padres e hijos consiste en evitar los interrogatorios. La mayoría de los padres suelen plantear una serie de preguntas en masa, a la que los jóvenes responden con monosílabos o de forma escueta. Si quieres tener un diálogo fluido con tu hijo, es importante evitar este tipo de tácticas.

Interesarse por su mundo es otro aspecto fundamental a tener en cuenta. Muchos padres asumen que es imposible entender nada de lo que pertenece a la generación de sus hijos. Es importante que se sientan escuchados y que noten que las cosas que les preocupan o les hacen felices también te interesan.