
Efemérides
Así es la impresionante catedral gallega que este domingo cumple años 800 años de su consagración
Inicia un año jubilar con conciertos, exposiciones y una reivindicación de su pasado románico y gótico

Al atardecer, cuando la luz baja por la colina y el Miño se vuelve un poco m´ças oscuro, las torres almenadas recortan su silueta como si despertaran un viejo relato medieval. El eco de los pasos en la plaza, el rumor de los peregrinos que llegan desde Portugal y el murmullo de campanas que parecen salir de otra época anuncian que algo trascendente está a punto de empezar. Este domingo, uno de los templos más emblemáticos de Galicia celebra ocho siglos desde su consagración, y con ello abre un año entero de memoria.
Es la catedral de Santa María de Tui, joya románico-gótica cuyo origen se remonta al siglo XII y que fue consagrada en 1225 bajo el reinado de Alfonso IX. Su imponente aspecto de fortaleza medieval, con torres, murallas y un pórtico almenado único, la convirtió durante siglos en símbolo de la ciudad y en vigía del Miño. Hoy, con motivo de su 800 aniversario, el templo se alza también como epicentro cultural de Galicia, con un programa que combina homenajes litúrgicos, conciertos, exposiciones, visitas guiadas y proyectos transfronterizos que se desarrollarán a lo largo de todo el año.
La colina en la que se levanta no es un enclave cualquiera. Mucho antes del gran edificio románico, en este mismo lugar existió una basílica paleocristiana de los siglos V y VI. Tras las incursiones sarracenas y normandas, Tui recuperó su obispado a comienzos del siglo XII, abriendo la puerta a la construcción de un nuevo templo mayor. En 1095 ya se documenta una iglesia importante en la ciudad, pero fue en 1120 cuando comenzaron las grandes obras de la actual catedral, impulsadas por obispos, nobles y monarcas que concedieron privilegios para su edificación.

El resultado es un edificio fascinante por su mezcla de estilos. El pórtico meridional y parte de los muros conservan la sobriedad románica del siglo XII, mientras que los siglos XIII al XV aportaron una profunda impronta gótica: nuevas capillas, bóvedas apuntadas, arcos ojivales y una monumental portada occidental terminada hacia 1225, decorada con escenas de la Natividad y la vida de la Virgen. La portada norte de San Epitacio es uno de los tesoros del románico gallego, con tres arcos escalonados y un rosetón floral, mientras que la fachada principal se alza bajo un templete gótico con reyes y profetas tallados en estatuas-columna.
En el interior, las naves muestran capiteles llenos de criaturas fantásticas y pasajes bíblicos, junto a arcos que evolucionan del medio punto románico al estilo ojival. Llaman especialmente la atención los llamados “arcos del miedo”, refuerzos estructurales que se añadieron en época medieval y que simbolizan bien los siglos de obras, reformas y consolidación del templo. Todo ello configura un conjunto monumental en el que el románico original convive con la verticalidad luminosa del gótico, creando un espacio al que llegan cada año miles de visitantes y peregrinos del Camino Portugués.
La catedral ha sido históricamente una puerta de entrada a Galicia para quienes realizan la ruta jacobea desde Portugal. El itinerario cruza el Miño y conduce directamente al casco histórico tudense, donde la plaza de San Fernando se abre hacia el pórtico occidental del templo: un alto imprescindible para quienes llegan cargados de cansancio y emoción. Su ubicación fronteriza explica también el marcado carácter defensivo del edificio, reforzado durante siglos de tensiones entre los reinos de León y Portugal durante la Reconquista.
800 aniversario
La celebración del 800 aniversario comienza este domingo con la apertura del Año Jubilar, en una eucaristía presidida por el arzobispo de Santiago, Francisco Prieto, y el obispo de Tui-Vigo, Antonio Valín. La ceremonia incluirá música vinculada a la tradición atlántica de la ciudad: la violinista Sara Areal y el guitarrista Samuel Diz interpretarán Os fogos de San Telmo, y por la tarde se estrenará Catedral Atlántica, una obra del compositor Fernando Buide interpretada por músicos de Europa y América. Será solo el inicio de un año cargado de propuestas: conferencias, exposiciones, visitas temáticas, proyectos transfronterizos y actividades educativas que buscan convertir a Tui en uno de los ejes culturales de Galicia durante 2026.

Entre las iniciativas más esperadas figura la apertura extraordinaria de la Capilla de las Reliquias, que únicamente se abre en la festividad de San Telmo, los días 30 de noviembre y 1 de diciembre, y la creación del nuevo Museo Tude, previsto para 2026 en el antiguo complejo capitular. También se instalará una vidriera conmemorativa en el rosetón sur y se restaurará el retablo de la Capilla de Santiago, en un esfuerzo conjunto por poner en valor un patrimonio que trasciende lo religioso para convertirse en seña de identidad de toda la comarca.
Leyendas
El aniversario ha reavivado igualmente algunas de las leyendas más arraigadas de la ciudad. La más célebre es la de San Telmo, patrón de Tui y de los marineros. La tradición cuenta que, en 1251, mientras se dirigía a Santiago, enfermó de muerte en el Ponte das Febres, a las afueras de la ciudad. Sus restos fueron trasladados a la catedral, donde aún hoy se conserva su memoria. En el lugar de su agonía, un monolito recuerda al viajero la historia del santo y su fuerte vínculo con Tui.
Ocho siglos después de su consagración, la catedral tudense no sólo mantiene intacta su solemnidad medieval, sino que se prepara para proyectarla hacia el futuro. Sus muros, levantados sobre una colina que ha visto pasar imperios, peregrinos, guerras y siglos de fe, celebran ahora una efeméride que reivindica la grandeza de su arquitectura y el papel que ha desempeñado y desempeña en la historia de Galicia. Una celebración única para un templo que es, más que un edificio, un faro cultural y espiritual que sigue iluminando el Miño.
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