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Vigo

Carteles contra la droga en Vigo: padres denuncian un narcopiso frente a la escuela de sus hijos

Denuncian el tránsito constante de consumidores de estupefacientes y reclaman una respuesta urgente de las autoridades

La subvención a los colegios que dan clase a niños y niñas en aulas separadas tiene los días contados si sale adelante la ley de igualdad de trato larazonLa Razón

Las familias de los alumnos de la escuela infantil de San Nicolás, en la calle Numancia de Vigo, han denunciado públicamente la presencia de un presunto narcopiso que opera a escasos metros del centro educativo. El inmueble, ubicado en el número 39 de la misma calle, genera según los padres un constante trasiego de consumidores de droga que provoca escenas de alarma ante los niños.

Durante la mañana de este lunes, la fachada del colegio apareció rodeada de carteles contra la venta de estupefacientes en esta vivienda. En ellos se reclama atención a las autoridades y se pone el foco en la cercanía del local respecto al centro escolar. Los padres aseguran que el problema persiste desde hace años y que la situación es insostenible.

"Estamos hartos", explica José Miguel, padre de un alumno. "Los toxicómanos entran, consumen y salen como zombies. Algunos incluso llegan en coche, compran y se marchan. Otros se llevan el material para consumirlo en sus propias casas". Varios progenitores relatan también que han tenido que reprender a algunos de estos individuos por fumar en la calle justo delante de los niños.

Tres años de actividad bajo vigilancia policial

Según los vecinos, el presunto narcopiso llevaría alrededor de tres años en funcionamiento. La policía ha realizado varias vigilancias en la zona, aunque su actuación, aseguran los afectados, resulta insuficiente: "No pueden estar permanentemente en el punto y, cuando se marchan, el movimiento regresa", apuntan.

El malestar vecinal se ha canalizado ahora en una protesta visible, en un intento de ejercer más presión y atraer la atención institucional. Las familias reclaman una solución inmediata que garantice la seguridad y tranquilidad de los menores, ya que, insisten, no resulta aceptable convivir a diario con un foco de consumo y venta de droga junto a un espacio escolar.

Con esta acción, los padres buscan trasladar su hartazgo y subrayar que el problema trasciende su vivencia personal: “Lo que está en juego, afirman, es la salud, el entorno y la educación segura de nuestros hijos”.