Turismo

Un pozo más propio del Caribe escondido en la frontera entre Galicia y Portugal

En pleno Parque Nacional da Peneda-Gerês, surge un lugar de aguas turquesas al que el visitante llega tras recorrer una senda de 8 kilómetros

Pozo Azul de Gerês.
Pozo Azul de Gerês. Redes sociales Naturbex

A Raia (La Raya) es esa fina línea imaginaria que discurre, en los planos, separando los cuatrocientos kilómetros de frontera entre Galicia y Portugal. Dos mundos paralelos, con más semejanzas que otra cosa, divididos por la historia, el tiempo y la mano del hombre.

Bañada por el Miño en su parte occidental, A Raia es allí A Raia húmeda del mismo modo que se transforma en Raia Seca en la zona oriental tras cruzar la Serra do Xurés y la Peneda. En uno y otro lado, la frontera esconde un pedacito de historia de ambos pueblos, relatos de otro tiempo o, más actuales, de miseria y contrabando, cuando el estraperlo que el hambre provocó en España terminó cruzando al otro lado con el tiempo.

Contemplando su historia y sus rincones, a nadie extraña que A Raia inspirase a Méndez Ferrín en sus ‘Arraianos’, un relato de contrabandistas y caminos, de siglos y de épocas, de personas y lugares. Porque allí, cerca, la frontera entre Galicia y Portugal, se esconden también parajes de leyenda.

Es el caso del Pozo Azul de Gerês. Un lugar ubicado en pleno Parque Nacional da Peneda-Gerês, al norte de Portugal y en las proximidades de la frontera con Galicia, en esa ‘Raia’ inabarcable. Sus aguas turquesas confunden al visitante que, tal vez, pueda sentirse en el Caribe.

Pero no. Sigue en A Raia, en un espacio dominado por el verde y el azul turquesa de sus aguas al que, eso sí, hay que acercarse caminando.

La ruta arranca en el Miradouro das Rocas, donde acaba el asfalto en un amplio aparcamiento en el que se puede estacionar cualquier vehículo. Desde ahí arranca un camino de aproximadamente 8 kilómetros y unas dos horas a pie. Un sendero de no excesiva dificultad que ofrece, a cada paso, la belleza del entorno natural.

El trayecto se encuentra marcado con señales rojas y amarillas. Desde el mencionado Miradouro das Rocas, la ruta sigue la carretera de la cascada, atraviesa la montaña, pasa por la Fuente de las Letras y llega a un cruce de caminos. Allí, girando a la derecha, se atraviesa el Curral y la Fuente da Malhadoura.

Desde ahí, el camino continúa en línea recta hasta cartel de 'Tribela', donde se gira a mano izquierda. A continuación, las marcas royas y blancas guían al visitante hasta el final donde aguarda, tras una ligera ascensión, el Poço Azul, un paraíso escondido en ese famosa Raia de historia y de leyendas.