Bebidas
Así consigue José Andrés la mejor sangría casera: su secreto al descubierto
Cuando el calor aprieta y las terrazas se llenan, no hay bebida que evoque mejor el verano español que una buena sangría
El chef José Andrés, embajador de la gastronomía española en todo el mundo, tiene un secreto para prepararla como un auténtico profesional, logrando el equilibrio perfecto entre frescor, sabor y personalidad.
Su truco parte de una base sencilla pero poderosa: el almíbar aromático. A través de esta técnica, el chef transforma la tradicional mezcla de vino y frutas en una experiencia gastronómica completa, donde cada trago revela matices y aromas inesperados.
La clave está en la calidad y el equilibrio
José Andrés insiste en que el primer paso para una sangría memorable es no escatimar en la calidad del vino. Aunque la receta sea flexible, usar un vino barato puede arruinarla desde el principio. Lo ideal, explica, es un buen tinto joven, aunque también se puede optar por un vino rosado, blanco o incluso cava para versiones más ligeras y festivas.
En cuanto a las frutas, la tradición manda incluir cítricos como naranja y limón, pero se puede enriquecer la mezcla con fruta de temporada: melocotón, cerezas, sandía o incluso frambuesas aportan un punto fresco y colorido. Eso sí, advierte el chef, hay que evitar caer en el error de convertir la sangría en una especie de macedonia líquida. Un par de frutas bien elegidas bastan para mantener el equilibrio de sabores.
Las hierbas frescas son otro elemento diferencial. Menta, hierbabuena, albahaca o incluso una hoja de laurel pueden darle un toque sorprendente. La clave, según José Andrés, está en integrarlas a través del almíbar en lugar de añadirlas directamente al vino.
El toque maestro: almíbar aromático casero
Ahí es donde entra el verdadero truco del chef. Preparar un almíbar aromático casero multiplica la complejidad de la sangría y evita ese sabor plano que tienen muchas versiones improvisadas. Su receta consiste en calentar suavemente 750 ml de zumo de naranja, 170 ml de zumo de limón, 100 g de azúcar, una hoja de laurel, bayas de enebro, granos de pimienta negra, una rama de canela, clavos, un manojo de hojas de menta fresca y las pieles de un limón y una naranja.
Este conjunto se infusiona sin hervir, para conservar los matices de las especias y las hierbas, y después se cuela cuidadosamente. El resultado es un sirope equilibrado, fragante y lleno de matices que transformará tu sangría en algo muy especial.
Una vez hecho este almíbar, solo queda mezclarlo con el vino elegido, añadir rodajas de fruta fresca, completar con un poco de agua con gas o gaseosa para aligerar la intensidad del alcohol, y si se desea, incorporar un chorrito de licor (brandy, vermú oporto o ginebra) para subir un punto la sofisticación.
La receta base de José Andrés
Para quien busque una orientación sencilla, el propio José Andrés propone una fórmula rápida:
- Media botella de vino rosado
- 300 ml de agua con gas
- Unas hojas de menta fresca
- Rodajas de limón y naranja
- Bayas de temporada como frambuesas (opcional)
- El almíbar aromático ya preparado
Servida muy fría y con hielo, esta sangría es, en palabras del chef, una forma de celebrar el verano sin complicaciones, pero con resultados dignos de un restaurante de primera.
Reinventa la sangría a tu gusto
La magia de la sangría está en que puedes personalizarla según tu antojo. Cada temporada trae frutas distintas, y cada familia tiene sus pequeños trucos heredados. José Andrés anima a jugar con las proporciones, a atreverse con otras hierbas y licores, y a ajustar el dulzor del almíbar según el paladar de cada invitado.
Lo esencial, sin embargo, nunca cambia: productos frescos, un buen vino y el almíbar casero con especias que aporta complejidad y un aroma inconfundible. Con estos consejos, la sangría dejará de ser solo una bebida veraniega para convertirse en la estrella de cualquier reunión al aire libre.
Este verano, nada mejor que seguir el consejo de uno de los cocineros más internacionales de España y brindar con una sangría casera que despierte aplausos. Porque a veces, los trucos más sencillos son los que marcan la diferencia.