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Gastronomía

Grandes de España: Diego Guerrero y la libertad

Vanguardista y minimalista, ahora transita con paso firme la senda de la cocina de aprovechamiento con un poderoso poso de I+D

Diego Guerrero y la libertad
Diego Guerrero y la libertadLa Razón

El talento, no pocas veces, viene precedido de infancias atormentadas y de cúmulos de desgracias que crean historias épicas de superación, epifanías en medio del desastre. La niñez de Diego Guerrero fue feliz. Sus abuelas le preparaban migas para desayunar y el abuelo embotaba bonito y melocotones. Los suyos estaban muy unidos, y aquel chaval creció entre blues, jazz y cariño. Empezó a trabajar muy joven, mientras estudiaba en el instituto, poniendo copas o en una tienda de surf. Tras estudiar cocina en Zabalburu con excelentes calificaciones, el chaval se formó con Berasategui y Iñaki Lezama. Con 23 años le ofrecieron hacerse cargo de El Refor, en Amurrio, y allí empezó a granjearse la atención que su talento prometía.El «salto adelante» de aquel joven talento le llegó en 2004 para tomar las riendas de El Club Allard, en Casa Gallardo. Empezó lo bueno. En 2007 recibió la primera estrella Michelin; en 2010, la segunda. Y en 2014 salió del proyecto para abrir su propio restaurante, DSTAgE, en Chueca, donde, como suele afirmar ufano, hace lo que le sale de las tripas después de muchos años de trabajo duro e intenso. En su espacio principal tiene dos estrellas, pero es que, además, ha montado DSPEAKEASY, un espacio más informal, y The Pickle Room junto a su colega Diego Cabrera, el afamado bartender. Aquí sirven pepinillos, bocados ligeros y buenos cócteles. Y tiene su propio estudio creativo, DSPOT.

La cocina de Guerrero ha ido evolucionando a la vez que su hacedor. Vanguardista y minimalista, ahora transita con paso firme la senda de la cocina de aprovechamiento con un poderoso poso de I+D. Frecuenta el trampantojo y la disciplina es el motor de todo el trabajo. Algo que no está reñido con la conciliación, que se otorga a sí mismo y a su equipo. Para él, su oficio es una oportunidad de oro para expresar cosas e ideas. Y ahí sigue, investigando y creando a su antojo, orgulloso de una libertad a la que se agarra con firmeza.