Grandes de España: David Muñoz, el genio trabajando

Con todos ustedes, Dabiz Muñoz. A su eclecticismo viajero que ha generado una forma única de interpretar la cocina, hay que sumarle los millones de horas de trabajo que este insaciable niño prodigio suma en los muchos fogones que viene controlando. En este mundo tan global y público, diferenciarse no está al alcance de todos. Crear un estilo propio y convertirse en referencia, exigen el talento y la capacidad que solo algunos superdotados pueden plantearse. La magnificencia como virtud de gasto en cosas grandes, consigue que trascienden a su propio sector, nación, generación e incluso a ellos mismos. Estética, bandera, lenguaje y casi moneda propios en un «universo» DiverXo. Un universo con planetas para cada uno, jóvenes, mayores, con cartera o sin ella, callejeros o caseros…siempre un lugar para cada alma diverxa.

Este fenómeno de la cocina utiliza siempre su trituradora de conceptos, su mano de hierro para darle fondo a una presunta anarquía en la alquimia de alimentos, tendencias y orígenes. Ha ido temporada por temporada decantándose para conseguir ser el número uno del mundo casi de manera indiscutible. Eso dicen los cónclaves de la gastronomía internacional, y los amigos de resaltar lo diferente. Este discípulo de Abraham Garcia en el momento final de su carrera, por cierto, ha ido aventurándose hacia una cocina tan propia y tan desatada ,que casi no admite discípulos por su parte, aunque algunos lo intenten.

En la actualidad podríamos decir que es una isla en el ancho mar de muchos cocineros buenos, cada vez mejor, cada vez más esencial, pero igualmente libre de cortapisas para seguir sorprendiendo con su creatividad. David Muñoz es lo más parecido a un moderno Leonardo de la cocina, al que le fluyen las ideas como metáforas en el pecho a Lorca. Por encima de modas, por encima de todo, un gran Dabiz.