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Aless Lequio:“Nunca pararé hasta brillar como una luciérnaga".

Son estrofas del rap que Aless Lequio compuso, “Es mi vida” y que cobran especial significado tras su muerte.

Alex Lequio junto a su madre Ana Obregón.
Alex Lequio junto a su madre Ana Obregón.Europa Press ReportajesEuropa Press

Rapero y 'beatboxer’, el hijo de Ana Obregón, fue capaz de reirse de su propia existencia en lo que puede considerarse ya su testamento vital: un rap que compuso en 2012 con el que pretendía dejar claro que nunca sucumbiría a las tentadoras ofertas que pudieran llegarle derivadas de la fama de sus padres, Alejandro Lecquio y Ana Obregón. Él quería brillar con luz propia, esquivando los focos sobre su intimidad, como una luciérnaga. Y lo ha conseguido, aunque su trágica muerte nos haya impedido verle desarrollar todo su potencial.

Se reía hasta de su propia vida y también se tomaba con humor su posible muerte. Pocos saben que Aless Lecquio fue campeón de la Comunidad de Madrid de ‘beatboxing’, una especie de rapeo que hace música imitando sonidos con la boca. Casi nadie conocía sus incursiones en el mundo de la música hasta que, hace unos años, en 2012, con apenas 19 años, nos sorprendió a todos, rapeando en un videoclip titulado ‘Es mi vida’.

El vídeo clip comienza con una imagen de la infancia de Aless, bailando con su prima favorita, Celia, la misma a la que dedicó su último post en Instagram y a quién emplazaba a luchar y a brillar junto a él en la eternidad, días antes de morir. Una canción en la que repasa su existencia rescatando material gráfico familiar e imágenes que siguen en nuestro recuerdo. Un carrusel de imágenes inéditas del álbum familiar, en el que están presentes todos sus familiares y seres queridos, aunque tienen una presencia especial, sus mediáticos padres, a los que debe una fama que nunca quiso, tal y como afirma en su rap.

Las primeras letras de esta canción arrancan con su nacimiento hace 27 años, en el que se convirtió a su pesar, en una celebrity infantil. “Empezó un día 23, una noche de San Juan, llegó al mundo un chico al que nunca le faltaría el pan. Nada más nacer, una voz le susurró al oído: te dejó en sábanas de oro, con una condición, amigo. No serás nunca un hico normal, tenlo muy asumido, así que a ver cómo juegas el partido. Si no puedo ser yo mismo, para qué cojones he venido”

El hijo de Ana Obregón recuerda su infancia marcada por la presión mediática y cómo se rebelaba contra su destino: “Al principio solo eran risas, tirando huevos a los paparazzis en los parabrisas..Decían vaya chico más maleducado, les pido perdón a todos los que se la he liado. Lo bonito siempre dura muy poco, Tirar huevos no perdió la gracia hasta que llegó el foco, que cada pasa que daba siempre protagonista...y el chico nunca se deshizo de su vida, esta es su historia, así empezó todo”.

En el estribillo se repite una estrofa que cobra especial sentido ahora: “Es mi vida, es mi historia, es mi cuento, es mi tempestad diciendo este sentimiento..mi pasado y por ello, mi presente. Nunca caigo, lo intente quién lo intente”.

La canción refleja cómo Aless se enfrentó a su propio destino, rechazando los lujos y la fama, algo que a su madre le costaba asimilar, según él canta: “Quería ser uno más, quería ser como el resto. Lo tenía todo y nada y decía “Mamá yo no quiero esto”. Pero hijo, ¿qué dices? Ay Dios, que rarito eres... lo tienes todo y aún así más quieres. Pero al chico lo material no tenía valor, quería que la luz brillara por dentro y no a su alrededor".

Aless relata como rechazó ofertas económicas para no estar atado a la vida que le había llevado la fama de sus progenitores: “El chico no quería estar atado a un maldito cabo, por eso rechazó la oferta del ¡Hola!, 80.000 pavos y siempre sería un no, no importa cuanto tío...Dejar las cosas a medio hacer, sorry, no me va, Por eso nunca pararé hasta brillar como una luciérnaga. Siempre seré el que mordía alcachofas, pero ahora también tengo un don para escribir estrofas”.