El trascendental mensaje del Conde Lequio

Quienes conocen al Conde Lecquio aseguran que la enfermedad y muerte de su hijo le ha destrozado y minado su salud. “Lequio ha somatizado este dolor tremendo y ha sufrido en el último año y medio, muchos problemas de salud. El sufrimiento de su hijo le ha consumido y ha dado un bajón físico y anímico impresionante”-nos decía Marisa Martín-Blázquez, compañera de Alessandro Lecquio en el “Programa de Ana Rosa”, pocos minutos después de hacerse pública la noticia de la muerte de Aless Lecquio.

En la madrugada del 13 de mayo, horas antes de que el cáncer acabara con su vida a los 27 años, el nieto de Beatriz de Borbón y Battemberg, la tercera hija de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia y primo del Rey Juan Carlos I, reflexionaba sobre la vida y la muerte buscando consuelo a su dolor.

Junto a Ana Obregón, en la cabecera de la cama de la Clínica Quirón de Barcelona, veía impotente cómo se escapaba la vida de su hijo, un auténtico luchador, después de casi tres años de cruel batalla con el cáncer. El último y novedoso tratamiento que le había propuesto su oncólogo, el Dr. Baselga, que ya le trató en Estados Unidos, no obraría el milagro que todos esperaban.

Llegaba la hora del adiós. Con Aless ya sedado, Ana y Lequio se derrumbaban y pasaban juntos, sin separase un momento de él, la última noche, esperando el fatal desenlace. Fue en esas horas aciagas, cuando Alessandro decidía compartir con sus seguidores las reflexiones de Steve Jobs, en su lecho de muerte, sobre la verdadera felicidad. Unas palabras que han pasado casi desapercibidas para los medios de comunicación, pero que expresan cómo se enfrenta el bisnieto de Alfonso XIII a este tremendo dolor.

Lequio compartió las últimas palabras de Steve Jobs mientras se apagaba la vida de su hijo Aless.

Steve Jobs, que falleció a los 56 años de un cáncer de páncreas, reflexionaba sobre la verdadera felicidad días antes de exhalar su último suspiro. Unas palabras en las que el Conde Lequio encontraba cierto consuelo, horas antes de fallecer su hijo, y que compartía con sus seguidores en Twitter, cuando sólo los más cercanos sabían que se avecinaba el final.

“En este momento, acostado en la cama del hospital y recordando toda mi vida, me doy cuenta de que todos los elogios y las riquezas de las que estaba tan orgulloso, se han convertido en algo insignificante ante la muerte inminente-decía el multimillonario al enfrentarse a sus últimas horas- Podrás contratar a alguien para conducir tu coche, pero no puedes contratar a nadie para que lleve tu enfermedad. Las cosas materiales perdidas se pueden recuperar. Pero hay una cosa que nunca se puede hallar cuando se pierde, la vida”.

"Sea cual sea la etapa de la vida en la que nos encontremos en este momento, al final vamos a tener que enfrentarnos al día en que caiga el telón-decía y aconsejaba el cofundador y presidente de Apple-Atesora tu amor por la familia, el amor por tu esposo o esposa, el amor por tus amigos…Cuídate y preocúpate por los demás.”

“Al envejecer y ser más sabios, poco a poco, nos damos cuenta de que...tu verdadera felicidad interior no proviene de las cosas materiales de este mundo. Espero que te des cuenta de que tener amistades, amigos y viejos amigos, hermanos y hermanas, con quien conversar, reirte, hablar, cantar canciones, hablar... ¡Eso es la verdadera felicidad!”