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El verano pre Covid de Xuso Jones: “En Mazarrón, con los ‘’fileros’’ mi pandilla de siempre”
Jesús Segovia Pérez, (Murcia, 1989), conocido en el mundo de la música como Xuso Jones, disfruta con ganas de su primer parón profesional desde hace ocho años. Desde la publicación de su famoso vídeo «Cantando el pedido en McAuto» ha pasado mucho tiempo y no han dejado de lloverle proyectos de todo tipo. El compositor ha participado en múltiples formatos televisivos como «Tu Cara Me Suena», e incluso ha escrito una trilogía. En el ámbito musical, ha publicado dos álbumes, «Part I» y «Vuela». Y antes de la pandemia presentó «Mil pasos», el primer single de su tercer disco, que tenía previsto ver la luz en 2020, pero que el coronavirus ha obligado a posponer, aunque el proyecto sigue en marcha y pronto estará en la calle.
El murciano, que también prepara su regreso al mundo literario con una novela de ficción, reconoce que el confinamiento le ha sentado «fenomenal» porque aunque su próximo proyecto musical se ha visto parado ha podido dedicarse a la acción solidaria».
Xuso reconoce haberse sentido sorprendido por la actitud cívica de los españoles durante el confinamiento, «ahora es otra cosa» y asegura que su cuerpo ha agradecido parar y no viajar. Además, «soy afotunado porque ni yo ni los míos hemos vivido de cerca la enfermedad».
Y aunque los conciertos quedaron suspendidos, el artista ha colaborado con distintas marcas para, a través de la venta de mascarillas, recaudar dinero –hasta 300.000 euros– para ayudar a los hospitales.
Con su próxima gira pospuesta a septiembre y octubre, Xuso se plantea este verano como «las vacaciones de mi vida». «Voy a echar de menos trabajar y estar encima de los escenarios que es lo que más me gusta, pero van a ser las primeras en las que después de años vuelvo a disfrutar de las maravillosas playas de mi tierra en la región de Murcia», añade.
«Todos los años suelo tomarme un par de semanas de descanso. El año pasado, por ejemplo, estuve en Malasia, Tailandia y Maldivas, destinos muy exóticos. Cuando viajo, además, me siento muy a gusto, soy muy disfrutón», puntualiza entre risas el compositor que además nos cuenta que él no iba para artista porque se licenció en Turismo, de ahí su afición por conocer otros países y otras culturas.
Pero confiesa que lo que realmente echa de menos son las vacaciones de niño, en familia, con la pandilla. «Me encantaban los veranos en casa de mis abuelos. Desde que nos daban las vacaciones en el colegio vivía con ellos en Mazarrón. Allí tenía, y tengo, mi pandilla de verano. Recuerdo cuando íbamos al cine al aire libre con nuestros bocadillos, después de haber pasado todo el día en la playa. Lo recuerdo con especial nostalgia. Además, yo era, aunque no lo parezco –bromea– un poco gamberro y nos encantaba hacer las travesuras normales de esa edad. Estábamos todo el día en la calle, y cuando a uno no se le ocurría una cosa se le ocurría al otro.... A cada cual peor. Pero no, en serio, éramos buenos chicos, pero niños, al fin y al cabo».
«A mi grupo de amigos nos llamaban ‘‘la pandilla de la fila'‘. Todos teníamos algún mote, y el nuestro venía de que todos vivíamos en casas frente al mar y en Mazarrón a esas viviendas se las llama ‘‘la fila'‘. Éramos ‘‘los fileros'‘».
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