Vedette, íntima de Madonna, musa de Almodóvar y sí, también cocinera. Llegó a «MasterChef» sin saber freír un huevo y casi se mete en la final del concurso. Porque no solo tiene unas uñas que ya quisiera Florence Griffith, sino también mucha mano con los fogones. Y es que todo lo que termina en «ones» se le da bien y constituyen su mundo. Neones, judiones, macarrones, maricones, joyones, plataformones… Y así.
-¿Siempre quiso ser una estrella?
-¿Yo? ¿Una qué? ¡Jamás! Otra cosa es que me llames vedette... Entonces todo cambia. Lo soy, lo quise ser y es un orgullo ser una especie en extinción.
-¿Madonna puede soportar vivir a su sombra?
-Madonna no es mala tía, de verdad; sí que un poco celosilla, sobre todo de mi meteórica trayectoria. Vivir en un segundo plano ha sido duro para ella, pero ahora nos turnamos en reinvenciones, un año ella, otro yo. Aunque es verdad que llevo dos años seguidos siendo yo, estoy en racha.
-¿Lourdes María se hace ya la cera?
-Qué va, la niña es un felpudo de amor. Pero es que cuando tienes 24 años todo queda bien, un bigote, un unicejo, una buena axila, y yo lo celebro y en ocasiones hasta la imito. Libertad vellil ante todo.
-¿La lentejuela y el «glitter» es una forma de vida?
-El mate no es manera. Brillar es autoestima, regocijo, gozo por estar presente, pero cuidado, no te pases, que escuece por dentro y más en el lagrimal si la purpurina es muy gorda.
-¿Cambia su visión del mundo subidita a un buen plataformón?
-Siempre se ha dicho que un tacón da actitud, pero el metatarso a veces se manifiesta. En ese caso escúchale, no sacrifiques la altura y mete una buena cuña. La plataforma está de moda, ¡mira Filmin!
-¿Qué tiene en contra del gris marengo y del azul marino?
-Son colores tristes, serios, elegantes, aciagos… Yo es que me visto de gris y la pestaña no me coge rizo, el rabillo del ojo me cae. Cuando el nude de labio me posee, me invade la miseria. Y así no.
-¿En su casa ha entrado alguna vez un chándal?
-Eso sí... Un buen chándal de tactel que haga un poco de ruidito y que, mínimo, tenga dos colores en su estampado, es importante. Las vedettes tenemos derecho a un día de campo, unas migas, una barbacoa (que la haga otro, eso sí). Ahora, no descuides el tocado, el complemento y las uñas a lo Rosalía.
-¿Cree que lo clásico nunca fue moderno?
-Pero si yo ya soy un gran clásico de España y de las más modernas del panorama de vanguardia. ¿Cómo va a ser eso?
-¿El bigote de los hombres?
-El bigote es patrimonio mío. No hay nada que me guste más que un buen bigote en cualquier sobrelabio. Un Tom Selleck, un Rock Hudson en su época bigote, una Frida Kahlo...
-¿Alcorcón es un estado de ánimo?
-Es una ciudad dormitorio que me debe una rotonda.
-¿Fue su amigo Pérez quien le dijo que se mudara a Mallorca? Cuál fue el motivo?
-Pues casi, porque fue de las primeras canciones que interpreté según aterricé en la isla de mano de las Diabéticas Aceleradas. Buscaban chica nueva para sus comedias a la mallorquina, me vine a la roca, me enamoré, monté una taberna y me hice la payesa.
-¿Cocidito madrileño o arros brut?
-Es que una buena pringá, aixó, aixó no té preu…
-De sus compañeros de «MasteChef» ¿con quién protagonizaría «Vaya par de gemelas»?
-Sin duda con Melanie Olivares.
-¿A quién ve un poquito Eva Harrington de más?
-La Harrington era mucho, así que me decanto por la Arteta. Toda una diva.
-Dígame un menú con el que enamorar
-El jamón, unas gambas blancas de Huelva, un vino del Condado y, para acabar, unos huevos fritos con volantes y una tonelada de patatas fritas. De postre, un sorbete para bajar... pero para bajar de las nubes.
-¿Por qué los hombres realmente interesantes no resultan nunca sexys?
-¿Pero qué dices, loca? Yo tengo tres en cartera que cumplen ambos requisitos. Rasca y gana.
-¿Qué es lo que más le chifla y lo que más le amuerma del amor?
-Lo que puede llegar a durar... Y lo que más me amuerma, lo mismo, lo que puede llegar a durar.
-¿Entendería que su hijo le dijera: soy heterosexual?
-Entendería que no tuviera que definirse por su sexualidad. Que la disfrutara, libre y feliz.
-¿Pemitiría que fuera futbolista?
-Claro, pero del Athletic de Bilbao, ¡esos sí! ¡Aupa¡!
-Ingrid Bergman escribió una carta a Rossellini, ¿usted cómo consiguió trabajar con Pedro Almodóvar?
-Nunca le escribí una carta pero sí le regalé un reloj falso y una foto mía dedicada, ¿eso computa?
-Esa película que le robó Meryl Streep.
-«Los puentes de Madison». Yo acabé siendo el puente.
-¿Qué dijo que nunca haría y ahora repite sin cesar?
Ir a «Masterchef». Me he presentado a sus otras versiones y no me cogen.