Casa Real
Doña Letizia, una reina a la altura
A punto de cumplir los 50 años vemos una Reina que busca la comodidad más que nunca, sin perder centímetros. Estos son sus trucos para mantenerse en lo más alto sin sufrir en exceso
El 22 de mayo de 2004, los ojos de toda España se fijaban en el Rolls Royce que salía del Palacio Real bajo una intensa lluvia. En él iba una joven periodista que estaba a punto de convertirse en la futura Reina de España. Todo el mundo esperaba con ansia conocer cómo era el diseño final que había elaborado para ella Manuel Pertegaz y con el que ponía punto y final a una de las carreras más exitosas de los modistas patrios. Poco se habló entonces de lo que luego se convertiría en uno de los rasgos más reconocibles del estilo de la entonces Princesa de Asturias: los zapatos. En aquella ocasión, Letizia pisó la alfombra roja con una creación de Manolo Blahnik, que pretendía presentar, junto con el vestido, un «resumen» de lo mejor que la moda española había dado a nivel internacional. Pero de esos zapatos prácticamente nadie se acuerda.
La Reina ha confiado alguna vez más en Manolo Blahnik, pero desde el inicio ha contado con un amplio abanico de marcas que han servido a la Casa Real conscientes del poder de atracción que tiene Letizia sobre el consumidor. Ella, de hecho, puso en el debate nacional los «peep toe» que solía firmar la firma española Magrit, que algunos desafortunados periodistas quisieron renombrar como «letizios» en un ejercicio que nunca quedó claro si era meramente descriptivo o conllevaba cierta condescendencia.
La plataforma delantera, odiada por Blahnik (lo que en parte justifica la poca presencia que durante mucho tiempo tuvo en el armario real), le ayudaban a Letizia a disminuir la diferencia de altura que tiene con Felipe VI. Ella, una perfeccionista hasta la médula, seguía así a rajatabla y aprendía casi sobre la marcha el riguroso protocolo real, pese a que incluso ponía en riesgo su salud… y así al parecer ha sido.
Recientemente nos hemos enterado que la Reina sufre metatarsalgia, una enfermedad que provoca gran dolor en los pies y que es fruto del abuso de los tacones al que ha sometido a sus extremidades. Esta sería la razón, por tanto, que explica el cambio de estilo que hemos apreciado en doña Letizia en los últimos meses.
Y es que, no es que ya haya parecido dar carpetazo definitivo a Felipe Varela en su armario, sino que también parece que va a ir abandonando los tacones altos para todos aquellos casos en los que no sean totalmente imprescindibles.
El primer gesto lo vimos hace tiempo, cuando comenzó a modificar sus zapatos. Si bien es cierto que desde hace años ha abandonado las plataformas y se ha concentrado en diseños tipo salón con punta y tacón muy fino, nos hemos fijado (como remarcaba hace tiempo el perfil de Instagram letizia_de_princesa_a_reina) cómo esos modelos habituales aparecía, cada vez más, con una pequeña plataforma que, ahora entendemos, venían a intentar minimizar en todo lo posible el dolor que provocaban en los pies las horas de recepción y actos protocolarios que tiene que soportar la mujer de Felipe VI. De esta manera, con un simple gesto y continuando con esa regla no escrita de la Reina de reciclar todo lo posible su armario, podía volver a usar todos los pares de zapatos que acumula.
Amor a la cuña
En Mallorca, la decisión definitiva. El verano parece que le ha servido como el momento de su liberación definitiva. Estos meses de vacaciones, donde no le han faltado actos sociales tanto en Mallorca como en otros puntos de España, la Reina ha tirado más que nunca de alpargatas de cuña y sandalias. El caso más evidente fue en la recepción en Marivent a las fuerzas vivas de la isla, cuando combinó su vestido de Charo Ruiz con un diseño de cuña de Calzados Picón. Ya fueran con gran cuña, como los que acabo de mencionar, o bajas, como el diseño típico ibicenco que escogió para su último paseo por la isla, con ellas ha creado lo que se puede llamar el nuevo estilo Letizia o el estilo mallorquín de la Reina. A eso hay que añadir también las sandalias planas con las que le hemos visto acudir a eventos de corte más relajado. Si hace tiempo hubiera sido impensable (y posiblemente las plumas más críticas de esta país hubieran puesto el grito en el cielo) el ver a la Reina sin tacones, este verano nos dejó sorprendidos con un «look» muy conseguido gracias a un sencillo modelo de Zara que combinó con unas sandalias de Jack Rogers.
Está claro que doña Letizia ni quiere ni puede renunciar de manera definitiva a los tacones. Podemos argumentar que eso le va en el sueldo y, con toda seguridad, así la veremos vestida en el funeral de Isabel II donde, junto con el Rey, encabezará la delegación española (sería bonito que les acompañara la princesa Leonor, en lo que sería su puesta de largo internacional en un acto de dimensiones históricas y con una mujer que bien podría tomar como ejemplo a seguir para su reinado). Pero lo que está claro es que Su Majestad también apuesta por el empoderamiento femenino, demostrando que quizás es hora de revisar muchas costumbres. ¿Será este el verdadero legado en moda de la Reina Letizia?
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