Hemeroteca
Del desnudo real a las escapadas a Cabrera: así era el verano en Palma
Recordamos esos años en los que se perseguían sin descanso las codiciadas fotos de los Borbón Grecia al sol balear
Las imágenes de la princesa de Asturias disfrutando de un día de permiso con sus compañeros guardiamarinas en La Mulata, una playa situada en el barrio Carrasco de Montevideo ha servido para actualizar otros momentos de la Familia Real en situaciones parecidas. La heredera aparece en bikini en un reportaje exclusivo de la revista «Diez Minutos», donde se ve a la futura Reina, de 19 años, en una situación que hasta ahora nunca habíamos visto. En cambio sí a su padre Don Felipe, no solo cuando era guardiamarina como su hija sino también en los veranos de Mallorca. En el verano de 1989 veíamos al heredero, hoy Felipe VI, en el yate Njao con Isabel Sartorius. Era la primera novia «oficial» en la vida del joven Borbón y ambos iban en traje de baño.
Durante años, las vacaciones en Palma de la Familia Real y sus hijos eran un aliciente para los periodistas. Sus medios los enviaban puntualmente a cubrir la vida no institucional real y para los fotógrafos era la mejor época del año. La etapa vacacional daba para mucho ir y venir. La agenda era fácil de seguir. Por la mañana, en el club náutico aparecía Don Juan Carlos, el Príncipe, las Infantas y los sobrinos, hijos de los ex reyes de Grecia, que embarcan para la Copa del Rey. En el mar se fotografiaba a Doña Sofía que seguía desde el Fortuna las peripecias náuticas de su familia.
Las cenas en el Flanigan
En esas salidas, Doña Sofía no se despojó nunca del estilismo oficial que consistía en una camiseta blanca y pantalones de hilo. Eran los momentos de madre y esposa oficial. Y, en cambio, sí se captaba su imagen distendida y en traje de baño cuando realizaban excursiones y fondeaban en aguas de la isla Cabrera. Un lugar en el que solo se podía echar ancla con permiso y por lo tanto, con la privacidad asegurada. En esa zona, se fotografió a las Infantas Elena y Cristina en bikini. Nunca (porque el lugar sigue siendo visitado por la Familia Real) a la Princesa de Asturias que se convertía esta semana pasada en el personaje central de los paparazzi. Las únicas imágenes de la Reina Letizia de esa guisa pertenecen a una estancia de las vacaciones secretas en Grecia.
Por la noche, había cenas en Flanigan, el restaurante preferido de Don Juan Carlos en Puerto Portals, que previamente se comunicaba de una manera discreta a la prensa. No había problemas para seguir esa línea más o menos marcada por Zarzuela. Todo eso estaba muy bien y resultaba cómodo para los responsables de seguridad, pero lo que interesaba eran los reportajes de todos ellos en traje de baño. Era lo que realmente se cotizaba y buscaban con mayor o menor suerte los objetivos. Esas fotos eran el reclamo para las portadas de las revistas. Una vez que se conseguían eran motivo de análisis para los enviados especiales en las muchas horas muertas haciendo guardia en el club náutico o en cualquier otro lugar donde se encontrara «oficiosamente» los Borbón Grecia.
Como ya he dicho conseguir «la foto» era lo principal. Pero siempre que la Casa Real lo permitiera. Por eso, el verano de 1989 fue convulso cuando se rumoreó que habían fotografiado a Don Juan Carlos desnudo en el Fortuna. El 15 de septiembre se celebraba la boda de Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal en la catedral de Palma. Los nervios estaban a flor de piel en el servicio de seguridad y las preguntas ese día eran continuas. La respuestas a los periodistas no variaba: «No sabemos nada». Mucho tiempo después, una revista italiana publicaba las famosas imágenes. Tampoco se hundió el mundo