Evento

Felipe VI y la Copa del Rey: entre la tradición y el cambio

Entre nostalgia y modernidad: arranca la regata que une pasado y presente de la Familia Real española

Mallorca vuelve a vibrar con la llegada de la 43ª edición de la Copa del Rey de Vela, que se celebra desde el domingo hasta el 2 de agosto. Más de 130 embarcaciones surcarán las aguas del Mediterráneo en un espectáculo náutico sin igual. Sin embargo, la atmósfera es diferente: lo que antaño fue una cita familiar donde la Primera Familia española y sus colaterales –primos y sobrinos– tenían una presencia indiscutible, se ha convertido en un evento en el que la nostalgia y la realidad actual se entrelazan.

Hubo un tiempo en que Don Juan Carlos, las Infantas Elena y Cristina, junto a los jóvenes Urdangarin y Marichalar, formaban parte del núcleo más visible de la regata. Sus hijos asistían a la escuela de vela en Calanova, justo como lo hicieron el Príncipe de Asturias y sus hermanas, aunque nunca llegaron a competir. La afición marinera de la Familia Real era un ritual inquebrantable que reunía a generaciones en torno a un mar que parecía eterno.

Pero la vida y las circunstancias cambiaron. Don Juan Carlos trasladó su residencia a Abu Dabi y su pasión, a Sanxenxo, donde Pedro Campos, su amigo y presidente del Club Náutico, le abrió un nuevo puerto para seguir navegando. La ex duquesa de Palma abandonó su vela, y solo la Infanta Elena continuó regateando en Galicia, navegando en barcos emblemáticos como el Bribón o el Alibabá. Su participación era una forma de acompañar a su padre, que desde que se instaló en los Emiratos Árabes Unidos, no ha vuelto a Mallorca.

El Rey Juan Carlos en Sanxenxo
El Rey Juan Carlos en SanxenxoGtres

El Palacio de Marivent, otrora el corazón del verano para el jefe del Estado, refleja también ese cambio: este año, salvo una posible llegada de Doña Sofía, permanece vacío. El Rey Felipe VI, la Reina Letizia y sus hijas disfrutan de una residencia independiente dentro del complejo, en Son Vent. Esta fue la antigua vivienda del jefe del sector naval de Baleares y en 1992 el heredero decidió independizarse allí, buscando privacidad y vistas privilegiadas. Fue también en esta casa donde, tras su boda con Letizia, se realizó una renovación adaptada a sus gustos.

En 2025, la atmósfera de la Copa del Rey es más dinámica que nunca. La Reina Letizia presidió ayer una sesión de trabajo en la Universidad de la Laguna, mientras sus hijas viajaron a Suiza para presenciar la final de la Eurocopa femenina. La Reina Sofía permanece en Madrid, y no hay certezas sobre cuánto tiempo se quedará la Familia Real en Palma, lejos de aquellos veranos largos, cuando la familia Borbón se dejaba ver en restaurantes y tiendas de la calle Jaime III.

En aquellos años dorados, la agenda diaria en Marivent era sencilla: por las mañanas, el Club Náutico se convertía en el punto de encuentro; las regatas, en el eje de la vida social y deportiva de la familia. Cada miembro navegaba en su propia embarcación y, a pesar de la competencia feroz, había un respeto absoluto, incluso cuando el adversario era «el patrón». Así llamaban los hijos a Don Juan Carlos, un apelativo cariñoso que Felipe VI recordó en su discurso por el 70 cumpleaños de su padre.

Pero esa rutina familiar ya no existe. El único Borbón que mantiene la tradición es el Rey Felipe, quien heredó la pasión por el mar tanto de Don Juan Carlos como del conde de Barcelona. Ni las hijas ni la Reina Letizia navegan: él participó en los entrenamientos del domingo, pero ayer no salió al agua por tener audiencias con autoridades locales. Mañana, sin embargo, embarcará en el «Aifos» para asumir el papel de patrón del velero hasta el sábado, fecha de clausura de la competición.

Tiempos de cambios

Al llegar al Club Náutico, lo primero que hace Don Felipe es saludar a los empleados y conversar con sus compañeros de tripulación. Este año, en su tercer día de regata, se encontraba en segunda posición. Navega en un velero modelo TP52, una embarcación veterana recuperada por la Armada que mantiene su espíritu competitivo intacto. Con el Rey, las conversaciones se limitan a los barcos, el mar y el viento. Son momentos de desconexión y relax, frente a la vorágine de una agenda política que se avecina compleja y exigente. El 4 de agosto, los Reyes recibirán en Marivent a representantes de la sociedad civil. Todavía no está confirmado si la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía acompañarán a sus padres, pero lo cierto es que la familia Borbón navega en aguas de cambio.