Entrevista con tabúes

Mette-Marit rompe su silencio en su peor momento: “Ha sido un año exigente”

Confiesa haber necesitado “ayuda profesional”, que su hijo le ha puesto en apuros y que su salud le ha jugado muy mala pasada

La princesa Mette-Marit de Noruega
La princesa Mette-Marit de NoruegaGtres

El ojo del huracán se ha instalado en el palacio noruego, después de que el hijo de la princesa Mette-Marit reclamase el foco mediático para protagonizar escándalos muy graves. Sobre él caerá todo el peso de la justicia. Al menos eso es lo que el pueblo pide después de que haya sido detenido en numerosas ocasiones, ya sea por sus delitos de violencia de género contra dos de sus exnovias, saltarse las órdenes de alejamiento, amenazar de muerte días antes de que aparezca un sicario para asesinar a una de ellas, agredir sexualmente a tres jóvenes,robar en la residencia oficial donde ofrecía locas fiestas o escaparse del centro de rehabilitación. Todo esto, amenizado con declaraciones inadecuadas, es lo que le ha acompañado estos últimos meses a Marius Borg. Su madre ha sido testigo de lo sucedido, aunque se le acusa de haber intervenido para ocultar algunos escándalos y salvar a su hijo de tener que responder por su larga lista de delitos ante el juez. Está en una posición delicada, entre ser madre o princesa, futura reina de Noruega. Ante esta disyuntiva ha decidido romper su silencio.

La princesa Mette-Marit y su hijo, Marius Borg
La princesa Mette-Marit y su hijo, Marius Borg Gtres

La mujer del príncipe heredero Haakon de Noruega ha tratado de permanecer alejada del foco mediático mientras lo protagonizaba su hijo. Se escudaba en su delicada salud, aquejada de una enfermedad crónica en los pulmones y un tratamiento que le enclaustraba en palacio y le alejada de las actividades públicas. Ante este panorama ha hablado, siendo ya muchos los que exigen explicaciones o que se le aparte definitivamente de sus tareas de representación de la corona como castigo colateral a las desventuras de Marius. Se ha sincerado concediendo una entrevista a NRK, la televisión pública de Noruega. Aquí, no le ha quedado más remedio que hacer frente a las polémicas, reconociendo que el “2024 ha sido un año exigente”. Se mantiene cauta, pues las numerosas causas judiciales contra su hijo están aún abiertas y son cuestiones que, por estrategia, no puede desvelar. También para proteger la imagen pública de la familia, ya maltrecha a golpe de escándalos que ya no pueden barrer bajo la alfombra.

En un especial titulado ‘El año de la familia real’, desde el ente público noruego hacen un repaso de lo que ha sucedido a lo largo de estos doce meses. Aunque se ha tratado de centrar la visión en su papel institucional y los hitos de los miembros en este 2024, no se podía pasar por alto lo que ha acaparado todas las miradas. Dejar fuera a Marius Borg y sus escándalos del resumen sería un insulto a la inteligencia de la audiencia, aunque la princesa Mette-Marit no se ha sentido especialmente cómoda a la hora de tratar esta cuestión con los periodistas: “Ha sido un año duro. No se puede decir otra cosa. Ha sido muy duro para nosotros”. Habla de las “exigencias” a las que se ha visto obligada a cumplir, como también desliza que ha precisado ayuda médica profesional para hacer frente a estas dificultades familiares: “He requerido apoyo profesional del sistema sanitario”. Se refiere a sus problemas pulmonares, pero son muchos los medios que también destacan que podría referirse a ayuda psicológica por el momento en el que hace mención a “apoyo profesional”.

Ingrid de Noruega con sus padres, el príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit
Ingrid de Noruega con sus padres, el príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit Gtres

Pero la princesa Mette-Marit no solo habla de sí misma, también de su marido y sus otros dos hijos, Ingrid y Sverre Magnus, quienes también habrían necesitado esta ayuda especial: “No creo que hubiésemos sido capaces de soportar una situación así sin esa ayuda, juntos como familia y, al mismo tiempo, mantener nuestras obligaciones para con el pueblo noruego”. Se confiesa, sí, pero no ha permitido libertad a la hora de plantear cuestiones o reconducir la entrevista. De hecho, desde casa real han puesto muchas trabas y condiciones para la realización de esta entrevista. La periodista a la que se le encargó la tarea reconoce que hubiese ahondado más en por qué ese “otoño fue especialmente duro”, pero se restringió la opción de rebatir o cuestionar. Se pusieron sobre la mesa los temas que estaban prohibidos tratarse, siendo todos aquellos en los que Marius Borg fuese el protagonista. Se excusan al alegar que ya han dicho todo lo que tenían que decir y que no están interesados en añadir nada más, pues ahora le toca el turno a la justicia pronunciarse. Las víctimas no, esas o han huido del país por miedo a que las amenazas se cumplan o han sido advertidas.