Virtuosa longevidad
Y Dios creó a Donald Trump. ¿Vivirá hasta los 200 años?
Analizamos los secretos del vigor del expresidente de Estados Unidos y su baza electoral
A sus 77 años, el expresidente de Estados Unidos podría ser un prodigio de longevidad. Eso es lo que dice Ronny Jackson, exmédico de la Casa Blanca, ahora congresista en Texas. Su salud está en el «top» de todas las personas de su edad y podría vivir hasta los 200 años porque «sus genes son increíblemente buenos. Así es como Dios le creó». Su sobrada valoración obedece a un deseo vehemente de ver a Donald Trump de nuevo en la Casa Blanca y no deja de repetir en sus redes sociales arengas como esta: «Más ligero que nunca. ¡Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande! Triunfo 2024». La actitud desafiante del exmandatario en el banquillo y su habilidad para convertir el juicio en un show electoral en el que se despechuga a gusto con pataletas y descalificaciones dejan en evidencia a un hombre que, aun septuagenario, mantiene mucha musculatura. Al ser una causa civil, ni siquiera tendría obligación de comparecer, pero lo hace.
En 2016, Jackson declaró que podría ser el individuo más sano jamás elegido para presidir el país, a pesar de que los dos informes médicos que se difundieron dejaban a la vista cierto sobrepeso y niveles de colesterol elevados. En las pruebas de estrés cardíaco a las que le sometió, los resultados fueron sorprendentemente buenos. Y una señal inequívoca de salud cognitiva que resalta Jackson es que puede hablar durante horas sin necesidad de teleprónter o autocue, esa pantalla que permite ir leyendo el texto del discurso.
No fuma, no bebe
Jackson, que ha trabajado bajo tres presidencias, incluidas las de George W. Bush y Barack Obama, reconoció entonces que la dieta de Trump era poco ortodoxa y que sus hábitos de ejercicio podrían ser mejores. Eso no le impide sentenciar irónicamente que, con un poco de esfuerzo en su alimentación, podría llegar a los 200 años. Juega al golf, no fuma, no bebe y tampoco realiza trabajos de riesgo. Esto podría explicar que haya sobrevivido al 47 por ciento de los estadounidenses de su edad. Aunque la expectativa en su país es de 76,4 años, el estilo de vida y el entorno tienen un impacto decisivo en la longevidad. Tanto Biden como Trump se criaron con buena atención médica, en hogares económicamente estables y han desarrollado en sus carreras una reserva cognitiva que, sin duda, amortigua cualquier declive.
Tendría que ocurrir algo dramático para pensar que la edad es un factor a tener en cuenta, según Steven H. Austd, profesor de la Universidad de Alabama y experto en envejecimiento saludable. Falta por convencer a los votantes de que un octogenario puede tener la misma agudeza mental y capacidad física que uno de 60. La edad se va a poner en liza en la próxima campaña. El exmédico de Trump se adelantaba hace solo unos días en sus redes sociales: «La Casa Blanca es oficialmente la residencia de ancianos más cara del mundo. EEUU está siendo destruido y la principal preocupación de la Casa Blanca es que un anciano se caiga».
Hay que señalar que las apreciaciones del equipo médico de Biden no se quedan cortas. Sin embargo, dos tercios de su electorado demócrata consideran que es demasiado mayor para postularse, según una encuesta publicada en Wall Street Journal. Trump quita hierro al asunto de la edad y dice que el problema está en que «es extremadamente incompetente».
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