Entrevista
Miguel Palacio: “Los Conde son un clan, están en otra realidad”
El diseñador se sitúa en el foco de la polémica tras presentar una denuncia contra la que fuera su gran amiga y socia empresarial, Alejandra Conde, hija de Mario Conde
Atrás quedaron las «photocalls» en los que Miguel Palacio y Alejandra Conde posaban como uña y carne, presumiendo de la gran amistad que les unía desde hace muchos años, además de ser socios comerciales de Corona Luxury S.L. A día de hoy no queda nada de aquello, ya no hay trato entre el diseñador y la empresaria, tan solo la vía judicial para resolver la denuncia que el propio Miguel Palacio interpuso el pasado 21 de octubre contra la que fue «la administradora/socia de las cuentas» de la sociedad que ambos compartían con una tercera persona, por una supuesta mala gestión de estas. Unas acusaciones de Palacio que la empresaria niega.
«La conozco de hace muchos años -dice el diseñador- desde que se casó, que la trajo una clienta mía, hasta hoy. Al principio tenía una relación profesional, de hacerle su traje en Italia... mi concepto de ella era inmejorable, pero han pasado los años y hemos pasado muchas cosas juntos como amigos», asegura a LA RAZÓN.
¿Qué ha sucedido?
Me propuso hacer una sociedad para hacer zapatos, «tú diseñas, Víctor es el otro socio y yo llevo la sociedad, yo gestiono». Yo venía de una situación familiar incómoda, y fuera lo que fuera lo que me hubiera propuesto Alejandra, hubiese dicho que sí, solo tenía agradecimiento en todos los sentidos para ella; teníamos una amistad desinteresada en todo momento.
Tal y como cuenta Palacio, ella le tendió su mano en un momento difícil de su vida y, aunque agradecido con la empresaria, no fue un camino fácil en el mundo del calzado, en el que, entre otros problemas, supuestamente «no se pagaba el alquiler de mi habitación en Elche, donde vivía entonces, tampoco a absolutamente nadie que se contrataba. Solo cuando no había otro remedio y había que coger la mercancía o según se iban vendiendo...». Posteriormente el diseñador se fue a vivir a la finca sevillana de Alejandra, Los Carrizos, donde conoció a su padre, Mario Conde, a quien elogia en repetidas ocasiones. Ya que asegura que durante ese tiempo le hicieron sentir «uno más de la familia, como un hijo» en todo momento.
El diseñador asegura que su intención es contar toda su verdad, para poder ponernos en contexto y entender lo que ha sucedido: «Yo en ese momento no tenía nada, solo la opción de volver a casa de mi hermana, donde estaba viviendo entonces».
Es entonces cuando deciden apostar por la moda textil, un sector que controla...
Alejandra le cogió manía a los zapatos, se lo propuse y aceptó. Yo no sé ni cómo se ha vendido nada, y decir yo mismo eso de un trabajo propio es muy duro. Pensaba que ya nunca más iba a hacer nada ni medio interesante y había perdido el poco talento que he tenido por la edad, las depresiones, por todo... Me cuestionaba yo mismo. Se siguió con la misma dinámica de no pagar a los talleres, los tejidos afortunadamente sí. La modelo de prueba, la directora artística, la jefa de compras y todo, era ella. Yo hacía cosas para ella, para su gusto, para sus requisitos... Yo en realidad a Alejandra la veía poco, nuestra relación era por WhatsApp o mensajes de voz, hemos sido socios pero físicamente nos hemos visto poco.
¿Cuál fue el detonante de esa relación profesional?
Me fui de Aravaca, donde vivía, hace tres semanas porque me echó por teléfono. Me dijo: «Quiero que te vayas inmediatamente de esa casa». Yo dije «se acabó». Hace meses que yo ya veía que con Alejandra no podía seguir, por lo que estaba haciendo además una colección de camisas con una modista en Aravaca. Yo ya veía que eso no iba a ningún lado porque ella tiene un gusto pésimo y yo así nunca me voy a entender. Aparte, por tener techo y comida... prefiero arreglarme de alguna manera y se acabó, no me hace falta tener una casa con cinco personas de servicio para estar viendo lo que veo todos los días, prefiero estar donde estoy ahora, que es lo más simple del mundo, pero sano.
Después de interponer la denuncia, ¿ella se ha puesto en contacto con usted?
Nada, me tiene bloqueado desde el minuto uno. Me fui de su casa porque iba a acompañar al aeropuerto a Mario Conde padre, le escribí por WhatsApp para decirle que tenía que pagarle a la modista y entonces me envió unos mensajes... Me montó un escándalo y encima hablando de mi familia... y dije ¿«cómo te atreves? se acabó». Tengo guardados los mensajes.
Por su parte, Alejandra Conde le pide, a través de sus abogados, que cese esta actitud que, asegura, está menoscabando su integridad, y le recuerda que difundir mentiras y calumnias sobre alguien es un delito.
Es una mentirosa compulsiva, le he enviado copias de todas las denuncias que he puesto en comisaria y se las he tenido que hacer llegar porque me bloquearon todos de WhatsApp. Incluso han hablado con mi entorno, como si yo estuviese mal de la cabeza. Ha habido varios momentos de estar convencido de que me estaba volviendo loco, me estaba haciendo unas películas en la cabeza de «todo el mundo contra mi»... Y es una sensación espantosa. Hasta que, afortunadamente, las cosas se han ido enderezando y, poco a poco, he conseguido tener varias personas que me ayudan. Ellos están en otra realidad y se creen sus propias mentiras. Son un clan, mienten todos...
¿Qué cree que va a pasar ahora? ¿Cuál es el siguiente paso?
Que entre en procedimiento y que un juez lo estudie. No tengo prisa... no quiero ni que mis abogados hablen con los suyos... Si le he difamado que lo pruebe y que el juez decida si yo tengo derecho a que restituyan mi prestigio y que a quien le toque rectifique. Pero que lo diga un juez, no quiero que se negocie nada, no hay precio.
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