Eurovisión
Rigoberta Bandini: Tetamanía, con sostén de Moncloa
Tanto ministros socialistas como morados respaldan la provocadora canción de Rigoberta Mandini, que parte esta noche como favorita para participar en Eurovisión
A Rigoberta Bandini le parece pequeña su teta. No la suya. Sino ese globo terráqueo con pezón que forma parte de la performance con la que está llamada a ganar esta noche el Benidorm Fest, el programa inventado por RTVE para seleccionar la candidatura española a Eurovisión que se celebrará en mayo en Turín. Eso, si se lo permite Chanel, una joven de origen cubano que irrumpe en el escenario a lo Beyoncé, con una voz y coreografías impecables, maillot a lo Norma Duval y desparpajo propio de quien tiene callo en los musicales. Las dos barrocas. Pero Bandini, bañada en un surrealismo incunable de «Cachitos».
Con su canción «Ay, mamá», un sobeteo constante de su pecho y un final en el que se queda enfajada en pantone Miss Beige que deja transparentar su pezón, está empeñada en provocar a todos. Detrás del personaje, está Paula Ribó, una mujer de 30 años que antes de lanzarse al cante «indie» en plena pandemia se dedicaba al doblaje, y puso voz en catalán al referente infantil Caillou y a Anna, la hermana de la princesa congeladora Frozen, de Disney.
Su destino final lo decidirá un batiburrillo de puntos dados por un jurado, televoto y sondeo demoscópico de corte Tezanos. Parecen quedarse atrás las gallegas Tanxungeiras, que partían como favoritas.
Bandini ha encontrado un sostén en Moncloa que la aupado como su particular portavoz europea. Ejerció de precuela de este apoyo a la «tetamanía» la ministra socialista de Transportes, Raquel Sánchez, que manifestó su debilidad por la canción a través de un tuit hace unas semanas: «Yo no dejo de escuchar el himno feminista que nos ha regalado Rigoberta Bandini». Le siguió la lideresa de Unidas Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 Ione Belarra. «Hermosura de canción. En bucle», entonaba.
Pero ha sido en las últimas 24 horas, tras su actuación en la semifinal cuando el Ejecutivo de coalición y sus socios ha enterrado toda desavenencia interna para apostar por ella. Por un lado, Rita Maestre y Pablo Echenique se han entregado a la causa. Por otro, el republicano independentista Gabriel Rufián, la ha coronado como «la única reina que merece ser reconocida». Tan solo la vicepresidentaYolanda Díaz se ha desmarcado, decantándose por sus paisanas Tanxungeiras, «por razones evidentes».
Incluso se da por hecho que el propio presidente Pedro Sánchez cuente en su playlist personal de Spotify con algún tema de Bandini, puesto que es un fan confeso de la música «indie», tal y como demostró en su escapada con Falcon a Benicassim. Y es que, el pasado verano, en su comparecencia por la crisis de los refugiados de Afganistán en la base aérea de Torrejón de Ardoz, ante la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el mandatario socialista dejó caer un «In Spain we say: Estamos a las duras y a las maduras». Alusión intencionada o no a «In Spain we call it soledad», uno de los temas más populares de Bandini, ella sí se dio por aplaudida y así lo manifestó en redes sociales.
Más allá de la izquierda, la popular Andrea Levy, delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, quiso respaldar también ayer a Bandini, arrogándose además haberla fichado para la cartelera cultural de la capital.
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