Crisis
Ortega Cano: un aniversario, un embargo y poco que celebrar
El próximo martes el diestro y Ana María Aldón cumplen cuatro años de casados, más distanciados que nunca
Este próximo martes se cumplen cuatro años del enlace entreJosé Ortega Cano y Ana María Aldón. La pareja contraía matrimonio civil en la intimidad del despacho del notario Honorio Romero, en Zaragoza, amigo del diestro. La fiesta de celebración, con exclusiva de por medio en la revista «¡Hola!», la hacían unos días después, concretamente el 30 de septiembre, en la finca El Maestre, de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), tierra natal de Ana María. Entre la nómina de los 170 invitados que acudieron al evento no faltaron los íntimos del diestro de Cartagena, Gloria Mohedano, hermana de Rocío Jurado, Kiko Jiménez, pareja por entonces de su hija Gloria Camila y, como colofón, Antonio David Flores que junto a su hija, Rocío Flores, sorprendían a todos por no esperarse su presencia. Al resto de invitados se unía también el núcleo duro del torero, la familia Ortega Cano con sus hermanos Paco, Conchi y Mari Carmen, a la cabeza. La pareja se daba el «sí, quiero» en una ceremonia que tenía lugar a las 12 de la mañana.
El desamor
La vida ha dado muchas vueltas en estos cuatro años en la vida de Ortega Cano. La efeméride de su boda –en circunstancias normales un motivo de celebración–, en su caso no será tal. Ortega Cano y su mujer viven inmersos desde hace meses en una guerra sin cuartel marcada por las constantes desavenencias y una tendencia, casi compulsiva, de airearlas en los platós de televisión, en el caso de Ana Aldón, previo pago de su importe. Una crisis matrimonial en toda regla que, lejos de amainar, promete capítulos calientes en las próximas semanas. José Ortega Cano y Ana María Aldón reconocen ser a día de hoy una pareja que convive bajo el mismo techo sin más nexo que el hijo que tienen en común. No hay mayor contacto entre ellos. La propia mujer del ex torero reconocía en televisión que dormían en alcobas separadas. De un tiempo a esta parte la tensión se corta con cuchillo en la casa conyugal, propiedad del diestro donde ambos conviven. El regreso a la capital después de un verano ha puesto de manifiesto todas las diferencias que les separan. Durante el mes de agosto ambos habían puesto todo de su parte para no coincidir en la casa de Costa Ballena, en Cádiz. Si Ortega Cano volvía a Madrid, Ana María se quedaba en la casa; si el diestro bajaba allí, Ana María se marchaba por unos días a la casa que la diseñadora tiene en Sanlúcar de Barrameda con su familia. La vuelta a Madrid ha supuesto enfrentarse al peor mal para una pareja malavenida: la convivencia.
La casa de la urbanización Fuente del Fresno, propiedad del diestro, ha sido testigo mudo de la mala relación entre Ortega y su mujer. De hecho, se llegó a especular con que el diestro hubiera puesto dicha casa a nombre de su hija, Gloria Camila, para que Ana María no pudiera reclamarla como domicilio conyugal en caso de separación. Nada más lejos de la realidad. Este medio ha tenido acceso a la nota simple de la vivienda y la casa sigue a nombre del viudo de Rocío Jurado. Ni rastro de Gloria Camila. Se trata de una más de los dimes y diretes con el que la pareja convive a diario y que enturbian su relación aún más, si cabe. En algunos casos infundados, en otros con fundamento pero con un único fin: minar la relación de la pareja. En este bando pone Ana María a los hermanos del diestro –Conchi, Mari Carmen y Paco–, a los que culpa de entrometerse en su matrimonio hasta el punto de que Ortega Cano, según ella, vive manipulado por su familia. «En mi matrimonio somos 18», aseguraba Aldón en referencia a su relación con la familia política del torero. Un drama con mal final.
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