Historia
El día que ETA secuestró al suegro de Isabel Preysler
Hoy se cumplen 41 años del día en que “Papuchi” fue retenido por la banda terrorista
Isabel Preysler sigue estando en el punto de mira a raíz de su separación de Mario Vargas Llosa. Echando la vista atrás, vienen a la memoria muchos episodios y anécdotas relacionadas con la “Reina de corazones” que, hasta ahora, habían permanecido en un segundo plano. En este sentido, una de las más interesantes trata sobre el secuestro de su suegro, Julio Iglesias Puga, conocido como “Papuchi” y padre del célebre cantante. Fue retenido por ETA tal día como hoy, hace 41 años, y su cautiverio duró la friolera de 20 días.
La forma de proceder fue sencilla. Los terroristas se hicieron pasar por periodistas alemanes que querían contactar con la víctima para hacer un documental sobre su hijo, y cuando lograron acercarse lo suficiente, le apuntaron con una pistola y le obligaron a meterse en un maletero. Los captores de Julio Iglesias Puga eran José Luis Gutiérrez, su mujer, la hija de ambos, Gloria; y la pareja de esta, Baltasar Calvo. Eran una familia vasca que se había mudado recientemente a Trasmoz, en la provincia de Zaragoza.
El padre de Julio Iglesias fue retenido durante cerca de un mes en una pequeña habitación sin ventana ni cuarto de baño, con solo un cubo que utilizaba a modo de váter. Por fortuna, después de pasar 20 tortuosos días de secuestro, los GEO liberaron al suegro de Isabel Preysler tras derribar con explosivos la puerta de la casa en la que se encontraba. Fue el presidente del Gobierno de entonces, Leopoldo Calvo Sotelo, quien confirmó la buena nueva al cantante.
Durante el posterior juicio, llamó la atención que Julio Iglesias Puga alabara el trato recibido por sus captores, hasta el punto de que renunció a la indemnización que le correspondía. Como curiosidad, cabe recordar que, en el momento de su liberación, “Papuchi” olvidó su dentadura postiza en la habitación donde había sido retenido, y tardó varios días en recuperarla, hasta que un periodista que se había hecho con ella se la devolvió.
Por su liberación, ETA reclamaba a Julio Iglesias 2000 millones de pesetas, aunque, según la versión oficial, el cantante nunca pagó “ni un céntimo” a la banda terrorista y confió en todo momento en la actuación de las autoridades.
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