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Tristeza

Alejandro Sanz viaja a Santo Domingo para despedir a sus amigos fallecidos en el derrumbe de la discoteca Jet Set

El cantante español, roto de dolor, rinde homenaje a Eduardo Grullón y Johanna Rodríguez, a quienes consideraba parte de su familia. "Hoy fue un día muy duro", escribió en redes.

Alejandro Sanz en 'El Hormiguero' Atresmedia

Alejandro Sanz ha viajado a Santo Domingo para despedir personalmente a sus amigos Eduardo Grullón y Johanna Rodríguez, fallecidos en el trágico derrumbe de la discoteca Jet Set, que ha dejado al menos 218 víctimas mortales. El artista español ha compartido su dolor en redes sociales con un mensaje desgarrador, acompañado de imágenes junto al matrimonio con el que le unía una estrecha amistad. "Compadre, comadre… Solo nombraros, duele", escribió. "Los momentos pasan a ser recuerdos que se clavan", añadió visiblemente afectado.

Su familia

Sanz ha querido estar presente en la despedida de quienes consideraba parte de su familia. En un emotivo tuit, explicó que además de Eduardo y Johanna, también perdió a dos amigos más: Alexandra y otro Eduardo. "Me partió el alma ver a mi ahijado y a sus hermanitos llorando desconsolados abrazados a nosotros", confesó.

La tragedia ocurrida en la capital dominicana ha sacudido al mundo de la música y el espectáculo. La discoteca Jet Set, un referente de la vida nocturna en Santo Domingo, se vino abajo en la noche del lunes durante una concurrida celebración. Las autoridades continúan investigando las causas del derrumbe, mientras crece la cifra de fallecidos y heridos.

Numerosos artistas y compañeros de profesión han mostrado su apoyo a Sanz tras sus publicaciones. Bizarrap, Luis Fonsi y otros rostros conocidos le han dedicado palabras de cariño y solidaridad, destacando la entereza del cantante en un momento tan delicado.

Para Alejandro Sanz, este viaje no ha sido profesional, sino profundamente personal. En su mensaje final, resumió el sentimiento que ha marcado esta despedida: "Hoy fue un día muy duro". Con estas palabras, dejó entrever el peso emocional de haber tenido que decir adiós a quienes consideraba su familia del alma.