Opinión

El diario de Amilibia: Bolaños, ¿obsesionado por las tribunas?

"¿Está descubriendo ahora su vocación tardía de okupa de tribunas de honor?"

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, frente a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso
Isabel Díaz Ayuso y Félix Bolaños antes de que la presidenta de la Comunidad de Madrid subiese a la tribuna del acto cívico militar por el Dos de Mayo, Día de la Comunidad de Madrid, este martes en la Puerta del Sol. Gonzalo PérezLa Razón

Por si puede servir el detalle, antes de todo el lío protocolario del 2 de Mayo en Madrid, Isabel Díaz Ayuso había sido fotografiada con un mosquetón. Fue primera página en LA RAZÓN el pasado martes. Ahí estaba, bravía, dispuesta a arrojar de Madrid a los invasores. Bolaños debió darse por avisado, pero no: asistió a los actos festivos de la Comunidad y no contento con que la presidenta Ayuso le estrechara la mano en el saludo de bienvenida, pretendió subir a la tribuna de honor poniendo tanto afán en el empeño que la jefa de protocolo tuvo que placarle por la cintura. A punto estuvieron de intervenir las fuerzas de seguridad.

Momento en el que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños (c), intenta subir a la tribuna del acto cívico militar por el Dos de Mayo, Día de la Comunidad de Madrid
Momento en el que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños (c), intenta subir a la tribuna del acto cívico militar por el Dos de Mayo, Día de la Comunidad de MadridDiego RadamésEuropa Press

Dudas: ¿está obsesionado Bolaños por las tribunas de honor? ¿Sufrió un trauma infantil en este sentido, acaso le negaron un lugar de honor en alguna entrega de premios? ¿Su obsesión por las tribunas de honor se produce exclusivamente cuando las ocupa o preside Ayuso? ¿Está descubriendo ahora su vocación tardía de okupa de tribunas de honor? Los analistas o psicoanalistas de la cosa deberían plantearse si lo del ministro de la Presidencia y mano derecha de Sánchez es un arrebato transitorio o enajenación eventual, si estamos ante un caso de fascinación u obsesión por Ayuso o por las tribunas de Ayuso. Hay quien apunta a cierta «atracción fatal» por la presidenta, como si él fuera Michael Douglas y ella Glenn Close en la célebre película.

Algún psiquiatra freudiano dirá que se trata de un fuerte deseo inconsciente de cambio de partido para estar lo más cerca posible de Ayuso. Un «instinto básico» de supervivencia en el que, además, ve a Isabel cruzando las piernas a lo Sharon Stone. Ay, las cosas de la erótica del poder.