El trípode

«Duelo a garrotazos», de Francisco de Goya y Bolaños

Hay un principio elemental de la cortesía personal e institucional según el cual, salvo que el interesado tenga el deber de estar presente en un acto oficial, no asiste a él a no ser que haya sido debidamente invitado por la instancia correspondiente.

No ha defraudado el anunciado duelo protagonizado por el Ministro Bolaños en el acto conmemorativo de la fiesta oficial de la Comunidad de Madrid intentando colarse en la tribuna de autoridades en el desfile del Dos de Mayo madrileño. Una estampa muy goyesca que recuerda al cuadro «Duelo a garrotazos» del genial pintor costumbrista; eso sí, con saldo lamentable para la dignidad institucional del Gobierno de la Nación y para el respeto debido a la ciudadanía.

Hay un principio elemental de la cortesía personal e institucional según el cual, salvo que el interesado tenga el deber de estar presente en un acto oficial, no asiste a él a no ser que haya sido debidamente invitado por la instancia correspondiente. En este caso, la presencia de Bolaños no era obligada por razón del cargo, ni obligada la invitación, por lo que causa vergüenza ajena lo sucedido, colocando a cada uno de los protagonistas ante su espejo.

Lo lamentable es que lo ocurrido ayer en la Real Casa de Correos es un ejemplo más de la degradación y erosión de las instituciones ocasionada por el sanchismo, con el ejemplo trasladado a la población de una absoluta falta de colaboración y lealtad institucional entre los dos Ejecutivos, reflejada en un «duelo a garrotazos» –verbales– entre un ministro del Gobierno de España pugnando con una funcionaria de protocolo por querer acceder a la tribuna de autoridades del acto al que no estaba invitado.

Para una adecuada comprensión del suceso, debe añadirse que era clara la intención provocadora de Félix Bolaños, en campaña permanente del agitprop sanchista, ya que «casualmente» el Delegado del Gobierno en Madrid había autorizado una manifestación reivindicativa contra Ayuso a la misma hora y en su proximidad. Así, de acuerdo con el guion de campaña del día, tras no poder acceder a la tribuna, dio una rueda de prensa criticando a la presidenta, como es su especialidad.

Para que no faltara ningún ingrediente al plato cocinado por el comité de campaña, criticó además la noticia condimentada por el periódico oficial del sanchismo –no confundir con el BOE–, según la cual Feijóo se había reunido «clandestinamente» o «en secreto» con 50 fiscales «conservadores» en un hotel de Madrid. Para Bolaños es una prueba más de la deslealtad institucional del PP, por la que va a pedir explicaciones al Poder Judicial. Imaginamos que lo primero será aclararnos cómo puede ser «secreta» una reunión con 50 fiscales en un hotel madrileño. Un misterio.