Entrevista

Gemeliers: "Victoria Federica es muy cariñosa de cerca"

Con un tema recién salido del horno, Jesús y Daniel se sinceran sobre su carrera y su círculo de amigos

Gemeliers
GemeliersCortesía

Están subidos a los escenarios desde que tenían 4 años, y no tiene pinta de que vayan a bajar pronto... Los Gemeliers acaban de presentar «Beber x Beber», su nuevo tema junto a Zzoilo que se ha convertido en todo un himno a la fiesta y la diversión, materias en las que Daniel y Jesús Oviedo son unos expertos.

¿Recuerdan la fiesta más loca que han vivido?

Las mejores fiestas son de las que uno no se acuerda. Estamos en edad de pasarlo bien, aunque hay que pasarlo bien siempre, pero ahora es diferente y hemos tenido fiestas muy guays con amigos, con artistas de la industria... Justo en la última con Zzoilo, terminamos a las seis y media de la mañana en el estudio grabando este tema.

Comparten círculo de amigos, ¿les ha traído algún problema?

Todos nuestros amigos saben que donde va uno, va el otro. Tuvimos un problema con 8 años, cuando a Jesús lo invitaron a un cumpleaños, pero a Daniel no. Nuestra madre llamó a la madre de la niña para decirle que no íbamos a ir porque no iba a dejar a uno solo. Tuvieron una disputa porque la mujer decía que teníamos que ser independientes, pero Jesús no quería ir sin su hermano a ningún sitio.

¿Es cierto que cuando a uno le pasa algo, el otro lo siente?

Sí. Un día pasó algo muy curioso. Hace pocos años, tuve un episodio de ansiedad y me fui a urgencias. Cuando salí del hospital, no quise llamar a mi hermano para no preocuparle, pero, media hora después, me llamó mi cuñada para decirme que estaban en el hospital porque a mi hermano le había dado otro ataque de ansiedad. ¡Y él no sabía nada de lo mío! No nos encontramos en el hospital de milagro. Nos dio a la misma vez y fuimos al mismo hospital.

Llama la atención vuestro vínculo con Victoria Federica, ¿cómo es en las distancias cortas?

Nosotros la conocemos desde hace mucho tiempo y le ocurre como a otros muchos. Victoria Federica es alguien que detrás tiene algo muy gordo, pero no deja de ser una persona normal. Con nosotros ha encontrado una similitud en lo que respecta a la exposición pública, y se puede sentir identificada. Nos contamos intimidades o gastamos bromas que con otra gente no haríamos por falta de confianza. Es una chica supersimpática, la queremos un montón y le tenemos mucho cariño. Son muchos años ya, y en las distancias cortas es muy cariñosa.

¿Cómo llevaron la exposición pública siendo tan pequeños?

Nosotros empezamos en la tele con cuatro añitos. Nunca fuimos conscientes, no sabíamos que nos estaban grabando. Cuando empiezas a hacerte mayor te vas dando cuenta de lo que implica, aunque nunca llegas a acostumbrarte del todo porque es algo complicado y cada día es diferente, pero sí, llevamos muchos años en la tele.

¿Su popularidad les facilitaba o dificultaba el día a día?

Depende, como todo, tenía sus pros y sus contras. El otro día, por ejemplo, estábamos en la cola del vuelo y una persona nos reconoció y quiso cedernos su sitio. Como contra, tu vida está totalmente expuesta, y eso es un problema sobre todo ahora, en estos tiempos en los que no se puede decir nada ni opinar de nada, pero bueno, así es la vida del artista. Sacrificas muchas cosas, pero también recibes otras.

¿Recuerdan el día que les cambió la vida?

Sí, perfectamente. Acabábamos de salir de «La Voz», era nuestro cumpleaños y habíamos quedado con nuestros amigos. Al cabo de las horas, vimos un montón de gente que estaba esperando a algún famoso, y nos acercamos a ver qué pasaba. Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que nos esperaban a nosotros. Fue una locura, vino de sopetón porque éramos unos chicos normales de 14 años que veníamos de un programa de televisión, pero que nos habían echado casi los primeros. Ese día nos tuvieron que sacar escoltados por la seguridad del sitio, nuestros amigos no entendían nada, nos pusimos a llorar porque no entendíamos qué estaba pasando.

Es curioso que, los primeros a los que echan de un talent, luego acaban triunfando...

Es que no tiene nada que ver. Quién sabe, a lo mejor si hubiéramos ganado, hubiéramos tenido más éxito, o menos. Nunca se sabe. Es estar en el momento adecuado, con la canción adecuada y trabajar mucho.

¿Tenían un plan B?

Yo, Daniel, siempre he sido muy amante de la naturaleza y se me pasaba por la cabeza ser agrónomo o biólogo. Pero éramos muy pequeños como para pensar en esas cosas. Es con 14 años cuando empiezas a plantearse eso, y a esa edad nosotros ya estábamos en los escenarios. Lo único que nos dijo nuestra madre es que siguiéramos con nuestra carrera en televisión y en la música, pero que nos sacáramos los estudios primero. Nuestros padres nos apoyaron siempre hasta el final.

¿Se imaginan su carrera el uno sin el otro?

No. Para nada. Nunca digas nunca, pero ahora mismo no me imagino sin mi hermano en ningún lado. No solo somos hermanos, somos amigos, componemos juntos…

¿Algún proyecto frustrado?

Nunca hemos tenido tiempo de sacarnos el carné de conducir, por una cosa o por otra. Pero la música nos ha dado más cosas de las que nos ha quitado. Nos ha abierto muchas puertas, ya sea a nivel económico o por los contactos. De momento, todo lo que hemos querido hacer, lo hemos hecho, ¡menos el carné! Pero con lo cara que está la gasolina...