Entrevista

Paulina Rubio: «El sábado, tira los zapatos por el balcón, y el lunes estarás perfecta»

La artista mexicana presenta «No es mi culpa», una oda al desenfreno y la fiesta, y se sincera en LA RAZÓN sobre su faceta más íntima y personal

Paulina Rubio
Paulina RubioCortesía

No necesita presentaciones. Con más de cuarenta años de carrera a su espalda y numerosos premios y nominaciones, Paulina Rubio vuelve a poner al mundo a bailar con «No es mi culpa», una tema que recuerda a sus orígenes y que ensalza su lado más gamberro y divertido. La cantante acaba de pasar unos días en España, y reconoce que está deseando volver por todos los lazos y vínculos que la unen a nuestro país.

 

¿Cómo está?

Bien, llegando a España y preparándome para un concierto que tenemos en Canarias. Descansando para darlo todo. Tengo unos cuantos días por España, que me encanta. Reconectar con mis amigos, entrenar, dar un paseo por mis jardines favoritos. Lo estoy deseando.

¿Cuál es su recuerdo favorito en España?

Yo tengo en España momentos de vida. España es mi segundo país, es mi madre patria. En mi casa tengo un pedacito de España, que es mi hijo mayor. En Las Ventas he tenido mi primer concierto como solista, con Café Quijano. Fue una de las mejores formas de empezar mi tradición y mi forma de ser en España como cantante.

En «No es mi culpa» habla de una fiesta tan intensa que pierde los zapatos. ¿Le ha pasado?

¡Eso es lo mínimo! ¡Obvio! ¿A quién no le ha pasado? ¿A ti no te ha pasado? Se te ve gozoso... (risas). La canción la escribí durante la pandemia, usando la imaginación, viviendo eso imaginariamente. Rodamos el vídeo en Ocean Drive, una de las calles más divertidas de Miami. La verdad es que el vídeo lo dice todo: hay que perder los zapatos, porque si le echas muchas ganas de lunes a viernes, el sábado tira los zapatos por el balcón y el lunes estarás perfecta. Hay que resetearse para darlo todo, y también es bonito salir a bailar. Es parte de la felicidad.

Precisamente, en la pandemia se puso de manifiesto lo importante que era el ocio...

El ocio te cura el alma. Ese momento fue muy vulnerable. Todos estábamos como robots fingiendo que no pasaba nada, y, de repente, algunos de nosotros nos metimos hacia dentro, y ahí es donde está la llave, la diversión y la conexión con uno mismo.

¿Le gusta que pongan sus canciones en una fiesta?

A mí me gusta el rock and roll, música de los 80 o los 90, me encanta. Si tengo que escuchar mis canciones, prefiero que me den un micrófono para interpretarlas. Sí me gusta cuando, de repente, se arma «la tocada», la bohemia, y se improvisa con amigos.

Su canción habla de liberación, desenfreno y pasarlo bien. Son temas típicamente asociados a los hombres...

Yo es que no soy muy puritana, la verdad, soy una artista. Mi madre fue una mujer muy culta, moderna... Hemos tenido una abuela y una bisabuela excepcionales y eso ha influido. En mi trabajo huyo de los complejos. Dedico el tiempo a cosas que me funcionan como herramientas para seguir. He aprendido en estos años, porque te aseguro que, para poder seguir en la industria de la música, tienes que tener mucha fuerza mental, y una familia que te apoye. Hay que aprender de los errores para que escribir te ayude y sea una terapia. Lo chingón es que hay gente que escucha esta canción y que, automáticamente, se siente liberada.

En su carrera ha escrito canciones contra un antiguo amor, como Shakira o Karol G. ¿Se considera pionera?

¡Qué va! Chavela Vargas me mataría, ella es historia de la música... Es que mi personalidad es así. Yo tengo mucho humor negro, y en mis canciones se nota, en las letras. «Si a ti te gusta morder el mango bien madurito...». Siempre le doy la vuelta a todo, tiene doble sentido, soy pícara. Eso viene mucho de México, de mi cultura... Me he criado mucho también en Estados Unidos y por eso no le tengo miedo a la mezcla de los ritmos, no siento que sólo haga un género. He hecho un montón de canciones de diferentes géneros.... La música es universal y eso lo entendí gracias a empezar desde muy niña.

¿En alguna de sus canciones se ha inspirado en una historia concreta o hablan de sus vivencias en general?

En realidad, todo tiene que ser como un reflejo de lo que vives porque si no, no hay emoción. Incluso «Quinceañera», si escuchas la letra de esa canción, en ese momento, era lo que vivía. Según cambia la vida y uno va creciendo, le vas a cantar siempre a cosas diferentes, pero uno siempre es lo que lleva dentro. Es como un espejo, como lo que decías de Shakira. Ella escribió la canción y se acabó, le sirvió y «we move on, baby» (sigamos, nena).

¿Algún proyecto a corto plazo?

Estoy cantando y componiendo constantemente. Voy a sacar una canción nueva, y el 30 de mayo grabaremos el videoclip en Estados Unidos. ¡Y mis conciertos! Además, voy a presentar una gira para septiembre, y quiero volver a España muy pronto.

También va a actuar en el Love and Pride de México, mostrando una vez más su apoyo al colectivo LGTBIQ+...

Soy parte del amor que generan, son personas muy talentosas y muy queridas. Somos familia, entonces... honor a quien honor merece. Además, es en la mejor época del año. Son momentos de arte, de picnics de familias o amigos. Es la temporada que más nos gusta, a mí, a mis hijos y a mis amigos.

¿Un proyecto frustrado? ¿Todavía le queda algo por hacer?

Tengo muchos proyectos... Mi proyecto de vida es seguir haciendo contenido de música, de arte, de teatro. Un «play» con mis mejores éxitos sería algo que me encantaría hacer en el futuro, o un biopic sobre las diferentes Paulinas, desde que fui pequeña hasta el día de hoy, con un «empowerment storyline behind» (un guion con una historia empoderante), eso sería algo que me motivaría mucho hacer.

¿Qué hace Paulina Rubio en su tiempo libre?

Me cuido muchísimo. Amo el yoga, la naturaleza... Me encanta meditar, disfruto mucho de un paseo en bicicleta o en barco. Me gustan los jardines, los parques, los picnics, la sobremesa, el buen vino, la pasta, los taquitos, y la bohemia. Me gusta componer con mis amigos músicos. He compuesto una canción para mi madre, que no es triste, porque ella no era triste. He estado mucho metida en ese rollo cuando no estoy con mis niños, que tienen sus ligas de baloncesto y fútbol. También estoy muy metida en el fitness, y cuando llego a España hago lo mismo: yoga, bicicleta y jardines.