Despedida
Ya hay fecha para el funeral de Carmen Sevilla
Será el 13 de julio en la iglesia de San Antón, de Madrid
Carmen Sevilla falleció el 27 de junio en Madrid después de varios días ingresada en la Fundación Jiménez Díaz, donde siempre estuvo acompañada por su hijo, que ha sido quien la ha resguardado del interés mediático. Y así ha sido durante los once años que permaneció en la residencia de la localidad de Aravaca, a las afueras de Madrid.
En su día, el cambio de domicilio de su casa en el paseo del Pintor Rosales fue consensuada entre madre e hijo. Las necesidades vitales de Carmen fueron atendidas desde el primer momento. El hecho de que no recibiera visitas nada tenía que ver con una decisión personal de aislar a la artista por parte de Augusto Algueró.
Eligieron una de las mejores residencias, donde estaba cuidada las veinticuatro horas del día, y con atención personalizada. La decisión de que no tuviera visitas era más que razonable, como explica Rappel a quien esto escribe, gran amigo de toda la vida de Carmen. Tampoco cuestiona que, finalmente, no tuviera ese último adiós por parte de los ciudadanos: «Augustito tendrá sus razones para haber actuado así y no somos nadie para juzgarlo».
Finalmente, sí tendrá ese multitudinario funeral que ha organizado el vidente. Será el próximo 13 de julio en la iglesia de San Antón, y la liturgia religiosa estará oficiada por el padre Ángel.
«Durante los años que estuvo en la residencia hablaba mucho con Augusto para preguntarle por su madre. En una ocasión le dije que me gustaría ir a la residencia y darle un abrazo. Me contestó: «Rappel, mamá no te va a reconocer y lo vas a pasar muy mal por verla así, tan deteriorada. ¿Para qué vas a pasar un mal rato?». Y lo entendí porque mi madre también padeció Alzhéimer. La diferencia es que fueron cuatro años y no los once de Carmen», explica el vidente a este diario.
Rappel asegura que ha sido una agonía para su hijo, y cuando se enteró de que el entierro iba a ser en la intimidad y, por lo tanto, no habría despedida pública, tomó la decisión de pedir por ella con
una misa.«Al principio tenía pensado que fuera en los Padres Carmelitas de la calle de Ayala. Esta iglesia se encuentra frente a la casa de modas que yo tenía y a la que Carmen venía a menudo. Yo le hice mucha ropa, y cuando terminaban las pruebas me comentaba: «Vamos a cruzar para ver a tu virgencita». De ahí nos íbamos los dos a rezar, y después nos tomábamos algo en la cafetería de la calle Velázquez».
«Carmen le tenía mucha devoción y por eso se me ocurrió que era el mejor sitio para la misa». El cambio de iglesias tuvo lugar cuando Rappel se encontró con el padre Ángel y le comunicó su idea. El sacerdote le propuso que, en vez de en ese templo, fuera en la de San Antón de la calle Hortaleza, la sede de Mensajeros de La Paz . «Y así lo haremos, y va a quedar muy emotivo. Habrá músicos y cantará Pilar Jurado. Que venga todo el mundo que quiera. Y por supuesto, se lo comuniqué a su hijo, que me dijo que le parecía muy bien, que nadie mejor que yo, que era su amigo, para organizar esa despedida. Me dio las gracias muy emocionado. No sé si finalmente acudirá, pero lo que sí puedo decir es que la misa será preciosa».
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