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Kiko Rivera se sincera en Año Nuevo, de sus ruinas a sus adicciones: "Había tocado fondo"

"Fue ahí cuando empecé a ganar dinero y entrar en malas costumbres que casi acaban con mi vida", dice sobre el momento en que alcanzó su mayoría de edad

El plan familiar de Kiko Rivera e Irene Rosales mientras Isabel Pantoja reaparecía en Madrid
Kiko Rivera, hijo de Isabel PantojaEuropa Press

El 2025 acaba de empezar y resulta inevitable echar la vista atrás para hacer balance no solo del año anterior, sino de la vida entera. Este es el caso de Kiko Rivera, que ha aprovechado su primer post de Instagram este 1 de enero para ponerse reflexivo y recordar los momentos más duros de su vida.

Momentos que le llevaron a tocar fondo y de los que, por fortuna, se ha recuperado, sobre todo gracias a su esposa, Irene Rosales, y sus hijos. “Hubo una vez una persona que después de mucho tiempo decidió cambiar. La niñez fue tremendamente guapa, así debería de ser la de todos los niños del mundo, aunque con una ausencia muy grande desde muy pequeño”, comienza diciendo sobre la prematura muerte de su padre, Paquirri, que se fue cuando él solo tenía siete meses.

Paquirri en una de sus últimas fotografías con su hijo Kiko
Paquirri en una de sus últimas fotografías con su hijo KikoLa Razón

“Llegó la adolescencia y con ella la mayoría de edad. ¡Qué gran cambio! Podía hacer lo que quisiera, salir y entrar a mi antojo, hasta incluso me independicé con 18 años. Fue ahí cuando empecé a ganar dinero y entrar en malas costumbres que casi acaban con mi vida, además de arruinarme económicamente”, recuerda Rivera, aludiendo a esa espiral de autodestrucción marcada por el consumo de drogas que le llevó al borde de la muerte en alguna ocasión.

"La mala vida"

“Casi cumplidos los 28 años, inmerso todavía en la mala vida pero habiendo recuperado parte de mi ruina, llegó mi primer hijo. Fue una noticia feliz, claro que sí, pero aún no estaba preparado para algo tan sumamente importante. La mala vida continuaba y volví a arruinarme una vez más. Fue ahí cuando apareció mi ángel de la guarda, la verdadera culpable de que yo hoy en día siga vivo, y podrán pasar 1000 años y nunca podré agradecerle todo lo que ha hecho y sigue haciendo por mí, mi mujer”, añade Rivera en agradecimiento a su esposa y madre de sus dos hijas.

Aun así, el DJ reconoce que siguió sumido en el pozo en el que se encontraba y que tuvieron que pasar muchos más años hasta que por fin empezó a encarrilar su vida: “Aunque fuera mi ángel de la guarda, yo ya había tocado fondo en la mala vida, así que no fueron unos años muy fáciles, digamos. Llegaron así mis dos princesas, otro gran cambio, y con ellas entendí un poco más lo que significaba ser padre, aunque todavía seguía sin estar 100 % preparado”.

Su ángel de la guarda

Por fortuna, como dice el propio Kiko Rivera, “ese tipo ya no existe” y ahora disfruta de una vida alejada de todas esas malas influencias y hábitos: “Decidió hacer el cambio definitivo y pasar a llevar una vida más saludable y convertirse en mejor padre y marido. Dejar atrás la mala vida, el alcohol y las drogas, y someterse a un tratamiento psicológico tan necesario. Ser más responsable en mi día a día y en mi trabajo. Con eso llegaron los éxitos personales y laborales y aunque todavía no he podido recuperar todo lo que malgasté económicamente, he ganado mucho más en calidad de vida. Con esto, y para finalizar mi primer post del año, puedo decir que alomejor no soy una persona que le pueda enseñar a mis hijos qué camino deben elegir en sus vidas, pero lo que sí sé es cuál no deben escoger”.

Por último, Kiko Rivera aprovecha sus últimas palabras para felicitar el 2025 a todos sus seguidores, a quienes regala un sabio consejo: “Nunca dejes de creer en ti”.