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El personaje sale caro: la elevada factura que ha pagado Lola Lolita por su última polémica
La imagen lo es todo para los influencers. La más mínima controversia puede acabar con millones de euros en campañas de publicidad, tal y como podría suceder a la creadora de contenido alicantina

Con solo 23 años, la influencer Lola Lolita cuenta con más de 15 millones de seguidores entre todas sus redes sociales. Cifras considerables que le permiten facturar millones de euros en campañas de publicidad y colaboraciones, conformando un imperio digital que se ha visto sacudido por su reciente crisis de reputación.
Una controversia que comenzó con su participación en “21 días entre millonarios”, la serie de Youtube de Nil Ojeda que pretende reflejar cómo es el día a día de los más afortunados en lo económico.
En el episodio, Lola Lolita muestra una actitud que ha sorprendido a sus seguidores, mostrando una faceta altiva, déspota y tirana que el público no ha entendido. Las redes sociales -recordemos, el espacio de trabajo de la influencer- se han llenado de comentarios negativos hacia ella, y no parece que las reiteradas disculpas que ha pedido sirvan para apagar un fuego que ella misma ha prendido.
Lola Lolita pierde más de 100.000 seguidores: las consecuencias
Lola Lolita se defiende asegurando que a lo largo del episodio dio vida a “un personaje exagerado que no tiene nada que ver conmigo” y que incluso ella misma siente “asco y vergüenza” de varios de los comentarios que salen por su boca, una versión que sigue sin calar en sus seguidores, que en los últimos días han protagonizado una suerte de éxodo de sus redes sociales.
Entre Instagram y TikTok, las plataformas principales con las que la alicantina hace negocio, ha perdido más de 130.000 seguidores en apenas 48 horas, un marcado descenso que, de continuar en los próximos días, podría espantar a marcas o empresas que estuvieran negociando un contrato de colaboración con ella.
Al final y al cabo, por mucho que las influencers disfracen a sus seguidores de “comunidad”, a efectos prácticos no son más que moneda de cambio: las marcas suelen pagarles en función de su alcance (número de seguidores), engagement (likes, comentarios, compartidos…) y reputación.
Una caída brusca de seguidores como la de Lola Lolita indica una pérdida de confianza o credibilidad, por lo que algunas marcas podrían reconsiderar sus colaboraciones o bajar sus tarifas. Si ahora van a llegar a menos público, es justo que paguen menos.
Lola Lolita no disimula la gravedad de la situación y ha confirmado que “estos días estoy mal”, aunque intenta sacar el lado positivo a lo ocurrido y se queda con un aprendizaje: “A partir de ahora tengo que decir más que ‘no’ cuando no me siento cómoda con algún proyecto. Asumo mi error, lo reconozco y pido perdón”.
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