Entrevista
Santi Vaca, de "La sociedad de la nieve": "Mis padres me bajan a tierra todo el rato"
Pese al éxito cosechado por la película que le ha convertido en una estrella internacional, se define a sí mismo y a sus compañeros como "chicos sencillos" que piensan más en comer un asado que en la fama
La mayor de las islas Pitiusas ha acogido la séptima edición del Festival de Cine de Ibiza, Ibicine, que ha llenado este paraíso mediterráneo de grandes estrellas del séptimo arte, como Leonardo Sbaraglia, el productor Axel Kuschevatzky o Santi Vaca, uno de los protagonistas de “La sociedad de la nieve”. Luciendo un acertado traje de Virginia Vald, una de las firmas de Adlib Ibiza, la única denominación de origen de moda que reúne a marcas locales, reconoce a las puertas de los Premios Astarté que “ninguno de los chicos esperaba que la gente fuera a aceptar tanto un proyecto que habla, en pocas palabras, del valor de los vínculos. Eso es maravilloso, porque en una sociedad tan individualista en la que parece que importa tan poco el otro, que esta película resalte tanto es genial”.
En cuestión de pocos meses, su rostro y el del resto de sus compañeros de reparto ha dado la vuelta al mundo, una popularidad acelerada que, sin embargo, no ha hecho mella en la humildad, cercanía y sencillez que transmite a cualquiera que charle con él. “Tengo unos padres que por suerte me bajan a tierra todo el rato. Yo vengo de un pueblo muy pequeñito y siempre que pueden me llevan allí. No me dejan entrar en esa especie de nebulosa en la que quizás uno puede entrar. En ese sentido estoy muy agradecido”, explica a LA RAZÓN.
Precisamente, es de sus padres de quienes ha heredado la vena artística que ahora le da de comer, aunque también le han enseñado que ese éxito del que hoy disfruta puede desaparecer de la noche a la mañana: “Los dos son artistas y sé cuánto hay que pelear en esta profesión, siempre supe que no es algo fácil. Esto es una carrera de fondo. Hay momentos en los que puedes estar en la estratosfera y otros en el subsuelo”.
Consciente de la repercusión que ahora pueden tener sus palabras, se compromete a ser mucho más que una cara bonita que solo sonríe ante la cámara: “Intento pasarlo bien siempre, pero sin dejar de formarme. Sobre todo es importante formar criterio, porque cuando uno tiene tanta exposición, no es bueno que solo se luzca, creo que también tiene que tener un discurso”.
De hecho, tanto él como sus compañeros de reparto restan importancia los titulares que protagonizan, algunos de tinte rosa que hablan de supuestas relaciones entre ellos y otras estrellas: “Somos muy sencillos todos y con los pies en la tierra, y pensamos más en cuándo no vamos a comer un asado juntos que en estas cosas”.
El galardonado film de Bayona ha abierto a Vaca la puerta a muchas oportunidades, algunas muy inesperadas, como encontrarse con Pedro Sánchez en el set de “La sociedad de la nieve”. “Vino cuando estábamos nominados a los Oscar y fue muy gracioso porque estábamos todos esperándolo en fila para saludarlo. Lo maquillaron como si tuviera una herida y me llamó la atención lo alto que es. Jamás en mi vida imaginé que conocería a un presidente del Gobierno de cualquier país, ni mucho menos darle la mano”.
Precisamente, fue la de los Oscar una de las pocas galas de entrega de premios a las que Vaca no pudo ir, pero lo cierto es que en los últimos meses ha hecho un destacado tour por las citas más importantes del cine patrio. “Estuve en los Gaudí, en los Feroz, en los Goya…”, recuerda, haciendo ver que trae una especie de suerte a la película: “Todas las galas a las que fui, ganamos algún premio”.
Con 26 años, el futuro se presenta lleno de oportunidades para él, sobre todo si mantiene esa ambición sana que mostró en su charla con este periódico: “Dicen que en esta profesión o tienes hambre o tienes sueño, y yo tengo mucha hambre. A ver qué plato me toca comer ahora”.