Su mayor triunfo íntimo

La vida a la sombra del hijo de Carmen Sevilla, Augusto Algueró, dos años después de la muerte de la “novia de España”

Sus decisiones no siempre han sido comprendidas, pero su estrategia a la hora de proteger a la artista ha sido un triunfo que todos aplauden

Carmen Sevilla junto a su hijo Augusto Algueró
Carmen Sevilla junto a su hijo Augusto AlgueróGtres

Carmen Sevilladio su ultimo respiro el 27 de junio de 2023, a los 92 años. Fallecía después de ser ingresada en la Fundación Jiménez Díaz y tras haber sido diagnosticada de Alzheimer en 2009. Una silenciosa batalla que le fue consumiendo y de la que su entorno más íntimo quiso protegerla en todo momento, blindando su intimidad y quién podía o no hacerle visitas, por el miedo a que los detalles pudiesen terminar en los medios.

Su última entrevista se la concedió a María Teresa Campos en 2010, un año después del revés médico y antes de que fuese demasiado tarde para hacer memoria de su fructífera vida. Se la consideraba la “novia de España” y su desparpajo y talento sigue siempre vivo entre los españoles. Dejó un gran legado, mucho amor y un secreto, que este miércoles se ha desvelado, sobre dónde descansaban sus cenizas. Ha sido su sobrino, Paco Sánchez, quien ha confirmado que fueron depositados en el panteón familiar en Sevilla, después de permanecer un mes en el tanatorio sin que nadie las reclamase. Esto ponía el foco en su único hijo, Augusto Algueró.

Carmen Sevilla en una foto de archivo
Carmen Sevilla en una foto de archivoEP

Augusto Algueró, dos años después de morir Carmen Sevilla

Desde la revista ‘Semana’ se ha hablado con el sobrino de Carmen Sevilla, quien también ha nombrado a su primo. Recuerda que fue él quien acudió a recoger la medalla de Sevilla entregada a la artista a título póstumo el 30 de mayo de 2024, aunque se tardó mucho en reclamar las cenizas de su madre en el tanatorio. Desde la revista se pone el foco en la relación que mantenían madre e hijo, destacando que a veces no ha sido buena, aunque también cómo la protegió en sus últimos años de comentarios que pudiesen ensuciar su impecable trayectoria.

Gracias a Augusto Algueró se pudo proteger la imagen pública de su madre. Evitó que se la fotografiase y que aquellos en los que no confiaba del todo la visitasen para que llevasen corriendo el parte a los platós de televisión o al kiosco rosa. Una estrategia que fue muy criticada en su día por muchos, pero que ahora entienden como perfecta, pues todo el mundo recuerda a Carmen Sevilla como la gran estrella que siempre fue, lejos del deterioro que supone la enfermedad que le eliminó los recuerdos de su grandeza.

Carmen Sevilla y Augusto Algueró junto a su hijo recién nacido
Carmen Sevilla y Augusto Algueró junto a su hijo recién nacidoEuropa Press

Carmen Sevilla se casó en 1961 con Augusto Algueró padre y aguantó a su lado durante 13 años. Reconoció que no le hizo feliz, que el hecho de que él tuviese una vida paralela le martirizó, aunque supo entender el lado positivo y es que este matrimonio le dio lo que más amaba en su vida: su hijo. Él siempre veló por sus intereses y fue el pilar fundamental de su vida, una que ella misma protegió de miradas indiscretas cuando pudo, tomándole el relevo en esta tarea su hijo cuando la enfermedad se lo impidió.

Él mismo se alejó de los medios y sus intervenciones eran anecdóticas: “Yo no soy famoso, los famosos han sido mis padres. Yo he procurado mantener el anonimato y así es como quiero continuar mi vida, quiero que se me respete y me gustaría que así fuera”, decía en el último adiós a Carmen Sevilla en el tanatorio, sin abrir la capilla ardiente y de la manera más discreta posible. Igual que sucedió cuando casi un año después de su muerte recogió la medalla de Sevilla, siendo de lo más discreto, aunque invadido por las lágrimas al recordar a su madre. Sus íntimos destacan el duelo que ha llevado este tiempo, el cual le habría impedido hacer un homenaje público a Carmen Sevilla, aunque sí que mantiene viva su memoria en la intimidad. Como único heredero, gestiona su patrimonio a través de la sociedad Vidercar, de la que es accionista mayoritario desde 2014.