Javier Rubial: «¿Mas, Urkullu? No hablo de sonados en mis canciones»

–«Quédate conmigo». ¿Con quién se queda?

–Con quien tenga fe en mí. Lo primero que pido es confianza.

–¿Y quiénes se quedan con nosotros?

–Los que roban, los de guante blanco y guante negro.

–Su disco, dicen, es un retrato del hombre visto con amor y humor. Mire, como hecho por el Papa...

–No me parece mal. Este Papa ha salido demasiado cristiano para ser Papa.

–Canta «Los mares del surf». ¿Qué ola espera?

–Ya no espero nuevas olas, en todo caso, la reconstrucción del ser humano.

–«Sueño que te sueño». ¿Con ganar la Primitiva?

–No. Compro el cupón con tan poca fe que no deberían ni vendérmelo.

–«Viñera de postín». No sé qué es una viñera...

–Era mi abuela, que vivía en el barrio gaditano de La Viña y hacía la sopa de los humildes. Sopa con poca cosa, pero hecha como por el mejor chef.

–«Baila Lucía». ¿Dice mucho «que nos quiten lo bailao»?

–Nunca lo digo. Lucía es mi hija, bailaora. Es una nana tardía.

–«Tu piloto cariñoso». ¿Va por Artur Mas o Urkullu?

–No hablo de sonados en mis canciones. Va contra los vuelos low-cost.

–«A Roma no quiero ir». ¿Por qué no?

–Dicen que todos los caminos llevan a Roma y yo no quiero ir por caminos muy transitados.

–«Mi pequeño Buda». ¿Es budista?

–No, hablo de un niño que no quiere tanta meditación; sólo quiere ser maquinista del Transiberiano.

–«El príncipe de los parias». ¿Quién es?

–Otro niño desobediente, mendigo, que quiere ser actor de Bollywood.

–«Los huérfanos de la Pensión Triana». ¿De qué está huérfano?

–Nos han dejado huérfanos de fe los que se han pasado al enemigo, esos políticos de izquierdas que no han cumplido como debían.

–«El niño de Serenguetti». ¿Qué niño es todavía?

–El que era. No hay que dejar que el niño que fuimos crezca demasiado.

–«Cine Macario». ¿Es de los que se montan películas?

–Vivo montándome películas para no vivir la que quieren que interprete.

–Y encima no aspira al Oscar...