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Una fortuna de 550 millones: Jesulín manda callar sobre el potentado amor de su hermana

Carmen Janeiro no tenía intención de airear los pormenores de su relación con Luis Masaveu para respetar el hermetismo que en los últimos años rodea a Ambiciones

Foto: Alberto Losa
Foto: Alberto Losalarazon

Carmen Janeiro no tenía intención de airear los pormenores de su relación con Luis Masaveu para respetar el hermetismo que en los últimos años rodea a Ambiciones

Los Janeiro-Campanario están prácticamente “desaparecidos”. No saben, no contestan cuando se contacta con ellos, y ya echamos de menos incluso los reportajes exclusivos, y bien pagados, de antaño. Dicen que ha sido Jesulín quien ha impuesto el secretismo, el silencio familiar: les ha pedido a los suyos que no hablen con la prensa. A los periodistas, ni agua, ni tan siquiera las alusiones a su revista de cabecera, la del saludo, tal y como nos tenía acostumbrados el torero en la verja de su finca Ambiciones, cuando anunciaba futuras entrevistas bajo pago.

Y no es que todo sea rutina y nada noticiable en la familia, porque en los últimos días algunos de sus miembros han vuelto a un primer plano de la actualidad por distintas razones, una mala y otra buena. La primera, totalmente sorpresiva. Carmen, antaño conocida popularmente como “La Jesulina”, la hermanísima del diestro, ha sido pillada con su pareja, Luis Masaveu Herrero, perteneciente a una de las familias más ricas de España. Muy pocos sabían de esta relación sentimental. Otra vez el secretismo.

La Jesulina ha mantenido oculto este noviazgo, al contrario de lo que hacía con anterioridad, cuando no se cortaba al hablar de los distintos hombres que marcaron su vida. Las malas lenguas califican de “braguetazo” esta historia de amor. Los Masaveu son discretos por sistema, nunca han aireado su vida privada, y por lo que nos cuenta una fuente cercana al adinerado Luis, “no le ha hecho ninguna gracia verse retratado con su novia en la portada de una revista del corazón mientras navegaban por las aguas cercanas a Marbella. No tiene la menor intención de convertirse en personaje mediático para los paparazzis.

Una fortuna personal de 550 millones

Su familia estuvo considerada por la revista Forbes entre las más ricas entre las ricas, aunque parece ser que actualmente les han adelantado otras en la famosa lista de multimillonarios. El patrimonio está valorado en 2.500 millones de euros. Luis se encarga de administrar el imperio inmobiliario que incluye negocios en el sector bancario, las bodegas y el accionariado en grandes empresas de prestigio. Su fortuna personal llega a los 550 millones.

Y si a estos no les ha gustado que salga a la luz la sorpresiva relación, a Carmen tampoco, porque seguía al pie de la letra la petición de su taurino hermano de no dejarse ver en los medios de comunicación. Lo mismo hacen su padre, Humberto, su madre, Carmen, y el resto de los hermanos, el torero Victor y el piloto de aviones, Humberto Jr.

La misma consigna siguen los Campanario: María José, sus padres y su hermano se han “divorciado” totalmente de los medios, son meros comparsas de un Jesulín que torea poco, y en las escasas ocasiones en que pisa los ruedos, padece, como ocurrió hace unas semanas en Chinchón, vergonzosas situaciones. Un aficionado le tiró una barra de pan al grito de “muerto de hambre”. Jesús pasa por una etapa nada positiva en el año en el que cumple su treinta aniversario de alternativa taurina.

Ni en lo profesional ni en lo personal conoce satisfacciones. En lo segundo sufre las consecuencias colaterales de la fibromialgia que “atenaza” a su esposa María José, que tuvo que ser ingresada el pasado sábado en la clínica La Salud de Cádiz al sufrir una nueva crisis, y van unas cuantas, en su dolorosa enfermedad. Campanario está, irremediablemente, de baja temporal en el centro odontológico de Lloret de Mar donde trabaja varios días a la semana. Son tan fuertes sus dolores que no le quedó más remedio que trasladarse a la capital gaditana para, a pesar de estar hospitalizada, tener más cerca a su marido y sus dos hijos, a los que, últimamente, ve muy poco por motivos laborales.

Para más inri, la ex del torero, Belén Esteban, salió de nuevo a la palestra mediática para censurar al padre de su hija Andreíta que le pague los estudios a su hijo en Nueva York y no haga lo mismo con los de Andrea en Inglaterra. De nuevo el silencio. Porque ni ha contestado a la tertuliana televisiva, la ignora completamente. La pena es que tampoco tiene contacto con la hija de ambos.

El más rico de los Janeiro, aunque su patrimonio haya decrecido en los últimos años, sigue, erre que erre, “imponiendo”, se puede calificar así, la mordaza a los suyos, y por ende a su familia política. No quiere filtraciones, y en su caso, si procede hablar, lo hará ganando dinero. No tiene un pelo de tonto en este aspecto, bien que lo ha demostrado siempre. Se acabaron las intervenciones de unos y otros en la pequeña pantalla. Todos callan al son de quien pide que sean mudos protagonistas de las alegrías y las miserias familiares. Y hasta la más locuaz, Carmen Bazán, parece tragada por la tierra. Los Janeiro Campanario han dejado de ser protagonistas para convertirse en personajes secundarios