España

Fabada, receta contra el frío

Adela, en el comedor del establecimiento
Adela, en el comedor del establecimientolarazon

Materia prima insuperable, un servicio profesional y un precio contenido son los principios del que es, probablemente, el mejor restaurante asturiano de la capital. Hablamos de Casa Hortensia, al frente de cuyos fogones encontramos a Adela Besteiro, maestra y responsable de que en este acogedor establecimiento los platos tradicionales de la tierra resulten sabrosos y contundentes. Y el encargado de que el comensal se sienta bien atendido, gracias a un agradable equipo de camareros, es su esposo, José Luis Núñez. Situado en la segunda planta del Centro Asturiano de Madrid, posee un sencillo comedor en el que disfrutar de los manjares de Adela, recetas elaboradas con mimo y a las que concede el tiempo que necesitan para alcanzar todo su sabor. Sin duda, la reina es la fabada, elaborada con unos productos de primera calidad. Cuenta la cocinera que el secreto está en poner en remojo las judías el día anterior y, con esa misma agua, hervirlas a la mañana siguiente con un buen lacón, morcilla, chorizo y panceta. Dejarlas a fuego vivo hasta el momento de eliminar la espuma, pasarlas por agua fría y hervirlas de nuevo a fuego más lento para que la legumbre vaya creciendo.

Platos de cuchara

Casi cinco horas tarda en preparar semejante manjar que, por contundente, armoniza bien con Condado de Oriza Crianza, de la bodega Pagos del Rey, en la denominación de Origen Ribera del Duero: «Se trata de un vino perfecto, por eso gusta tanto, porque es muy agradable al paladar, fácil de beber y va muy bien con nuestra comida. Además su relación calidad-precio es excelente», afirma Adela. Las delicias de merluza, el besugo a la espalda y la insuperable tortilla son otros de los bocados a tener en cuenta. Pero, ahora que el frío gélido aprieta, los platos de cuchara son los más demandados, entre ellos, las fabes con almejas, el pote asturiano y las verdinas con perdiz, así que, como la oferta es amplia, no se empache con la rica rosquilla y el cabrales que se encuentra en la mesa al sentarse. Entre las carnes, destaca el cordero asado, la perdiz estofada y el chuletón de buey. No se levante de la mesa sin probar el arroz con leche y la tarta de queso con arándanos. Insuperables. Un apunte: si no encuentra mesa en el restaurante, suba a la tercera planta y hágase un hueco en la sidrería, un rincón ideal para rendir culto al tapeo, donde sirven un menú de 16 euros. El pulpo es la especialidad, así que deje que presida la mesa junto a la oreja, la sepia a la plancha, el chorizo a la sidra, la tortilla paisana y las patatas al cabrales. Reserve mesa.-

La Bodega

En pleno corazón de la Ribera del Duero se encuentra la bodega Pagos del Rey, ubicada en la localidad burgalesa de Olmedillo de Roa. Fundada en 2002, es hoy, una de las bodegas más representativas de la Ribera del Duero.

Su enclave, en una de las más prestigiosas zonas vitivinícolas de España, hace posible la elaboración de vinos con un carácter propio como el denominado Condado de Oriza. Los viñedos perfectamente alineados en verde y ocre dibujan en el horizonte un agradable paisaje dorado por el sol mesetario. La bodega goza de un aspecto moderno, en un enclave iluminado que da paso a la oscuridad del atardecer en la nave de crianza en la que reposan sus vinos.

El Vino

Condado de Oriza nace en la bodega Pagos del Rey en Olmedillo de Roa, un enclave único donde se encuentra la variedad autóctona de la zona: tinta de país.

Para su elaboración se seleccionaron uvas maduras de viñedos de más de 20 años. La expresividad de este vino la aporta su crianza en barricas nuevas de roble americano donde permanece durante 14 meses haciendo trasiegos cada 4 meses en busca de una mayor oxigenación para posteriormente pasar 9 meses más en botella.

De color cereza granate bien cubierto y vivo. Explosión de finura y ensamblaje perfecto de fruta negra con notas especiadas. Recuerdos finos de sotobosque. Muy suave de entrada y muy sabroso en su paso. Carnoso y con un tacto aterciopelado. Ideal para los amantes del vino largo y distinguido.

Este vino enriquecerá los asados castellanos, el cochinillo, guisos de carne y caza de pluma. Se recomienda servir entre 16-17ºC.