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El motivo por el que Manolo Lama dejó su coche seis meses en una calle de Madrid y no lo ha vuelto a conducir
Lo que comenzó como una simple avería derivó en una de las anécdotas más surrealistas y recordadas del periodismo deportivo español

El periodista deportivo Manolo Lama ha desvelado en El Partidazo de COPE la insólita historia de su mítico Opel Kadett, un coche que forma parte del imaginario colectivo de la redacción y los oyentes del programa. Lo que comenzó como una simple avería derivó en una de las anécdotas más surrealistas y recordadas del periodismo deportivo español.
Todo salió a la luz durante una charla distendida en el programa que dirige Juanma Castaño. Entre risas, el presentador preguntó: "¿El Opel Kadett tuyo dónde está?", a lo que Lama respondió sin rodeos: "En el museo, coño". Detrás de la broma se esconde una historia real, con tintes tragicómicos.
Seis meses aparcado y una grúa municipal
Según relató el propio Lama, dejó el coche aparcado frente a su casa porque se le estropearon las llaves y no podía abrirlo. Su intención era hacer unas nuevas, pero los días fueron pasando hasta convertirse en semanas, y finalmente en seis meses. "Ya haré unas llaves", se repetía, aunque nunca llegó a encargarlas.
Un día, al mirar, el coche ya no estaba. En un primer momento pensó que se lo habían robado, pero al llamar a las autoridades le informaron de que había sido retirado por la grúa municipal tras haber permanecido medio año estacionado en el mismo lugar.
Cuando fue a informarse para recuperarlo, se topó con otro obstáculo: las multas. "Me dijo el tío: ¿tiene usted un par de multillas? Un par… Un par o veinte. Dije: no voy a ir, no voy a ir. Y allí está", explicó el periodista. Desde entonces, el Opel Kadett permanece en un depósito de Madrid, acumulando polvo… y leyenda.
Un coche con trucos caseros y sin ITV
A pesar del abandono, Lama asegura que el coche funcionaba perfectamente: “De motor, iba bien”. Afirmó también que lo utilizó durante 25 años, incluso sin pasar la ITV: “Porque antes era un país serio que no había que pasar ITV”, dijo entre carcajadas.
El vehículo tenía peculiaridades únicas, como elevalunas manuales instalados por un mecánico, y un extraño truco casero para mejorar el rendimiento: “Le echaba gasolina y un chorrito de agua. Le iba mejor”.
El coche, ahora inmovilizado, contaba con detalles que hoy rozarían lo absurdo: ventanillas a manivela, asientos cubiertos con periódicos, fotos antiguas de Alfredo Relaño en la mili, e incluso una puerta del conductor que no se abría, obligando a acceder por el lado del copiloto.
Mientras los coches modernos se renuevan cada año, el Opel Kadett de Manolo Lama ha quedado como un símbolo de otra época. Algunos compañeros del programa, como David Sánchez, ya han propuesto organizar un crowdfunding para rescatarlo. De momento, el coche sigue esperando su segunda oportunidad… entre multas, polvo y recuerdos.
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