Entrevista
Paula Pérez, Miss Mundo España 2022: “El verdadero liderazgo está en servir con sencillez”
Hablamos con la última representante de nuestro país en el certamen internacional sobre prejuicios, salud mental y las nuevas formas de inspirar en el siglo XXI
Decía Paulo Coelho en su novela ‘El peregrino’ que “un barco está más seguro cuando está en el puerto, pero que los barcos no se construyeron para eso”. La vida nos convierte en navegantes, sin un mapa con el que guiarnos pero con un mar lleno de tesoros por descubrir.Desde 2022, el barco de Paula Pérez (Castellón, 7 de marzo de 1996) ha tenido que surcar olas embravecidas, donde las aguas de Miss Mundo han marcado el transcurso de estos últimos años.
Elegida Miss Mundo España ese mismo año, Pérez se dedicó en cuerpo y alma a prepararse para Miss Mundo 2023, edición del certamen que tuvo lugar en marzo del año pasado y donde quedó en un aplaudido top 12. Con la nueva edicióndel certamen celebrándose este fin de semana, hemos querido conversar con la doctora y reina de belleza sobre lo que ha supuesto esta experiencia en su día a día.
¿Cómo se ha sentido este año tan diferente en comparación a los demás? Tiene que ser un cambio brusco pasar dos años preparándote y de repente volver a la realidad.
Lo cierto es que ha habido mucho cambio en mi vida desde 2022. Pasé de estar al cien por cien en la medicina a reconectar con el modelaje y más aún, ganar la corona de Miss Mundo España. Me preparé para Miss Mundo con toda la ilusión porque realmente sentía que el certamen me iba a permitir explorar varias facetas.
Había pruebas de talento, se valoraban las causas sociales de cada candidata y me involucré en mucho voluntariado; era una ilusión muy grande para mí que durante los momentos difíciles me mantuvo con bastante fuerza.
Cuando volví de Miss Mundo,el contraste fue abrumador, puesto que con la realidad de nuevo tocó un poco calmar el nivel de estrés que había tenido anteriormente. Sentí como cuando estás en un barco y tienes que virar el timón de nuevo. Tuve claro que mi timón era continuar en la medicina, acabar mis estudios y reconectar con mi familia.
Meses después intentarías representar a España en Miss Universo. ¿Qué motivó esa participación? ¿Te viste ganando el título tras tu paso por Miss Mundo?
El lema de Miss Universo es ‘Confidently Beautiful’. La seguridad en una misma es lo que te hace bella y empuja aser ese perfil de liderazgo. Sentí que me había transformado como mujer desde mis inicios en la preparación de Miss Mundo, ya que había tenido que asumir prácticamente una postura de líder, puesto que era una mujer médica en un mundo donde ya de por sí existe poca representación de este tipo de oficios.
El demostrar que una mujer realmente no tiene por qué entrar en casillas ni seguir un canon establecido forma partede la esencia de cada una de nosotras. De manera que pensé que Miss Universo podía ser una forma de llevar más lejos aquellos proyectos que visibilizaran todo el trabajo humanitario que había estado llevando a cabo. Quería crear una asociación más potente de ayuda a mujeres, y sobre todo a mujeres o niñoscon problemas de salud mental.
Lo veía difícil, porque tenía que convencer a un jurado y a muchas personas en un ámbito que era diferente. Tenía que mostrarles otras facetas que igual no conocían en la entrevista, y sabía que no iba a ser fácil, pero sí que me sentía capaz.
Aunque supusiera un privilegio, ¿te llegaste a sentir presionada y con ganas de tirar la toalla durante la concentración? ¿Qué recuerdo guardas de la experiencia?
Para nada. Cuando fui a la India para Miss Mundo, yo tenía muchísimas ganas. Lo viví con mucha intensidad, y sí que es verdad que a veces echaba de menos a mi familia. Pero de renunciar para nada, fui con mucha fuerza.
Si hay un momento que mantengo intacto de mi paso por el concurso, yo diría que es el 7 de marzo, que es mi cumpleaños. La organización de Miss Mundo lo tuvo en cuenta, y nada más entrar en la sala de la cena las chicas de todos los países me empezaron a cantar. Me trajeron una carta firmada por todas, nos dieron tarta y fue un momento muy especial.
También es verdad que hubo un momento que me emocioné por el tema del contraste, porque en la India hay muchas zonas completamente opuestas y me sentí tan privilegiada que también en el fondo me dolió. Por la mañana habíamos estado en un autobús y había visto en las calles el nivel de pobreza, los niños saludándonos, etc. Me sentí con mucha impotencia, y decía ‘jolín, es que si yo estuviese aquí no sabría por dónde empezar para ayudar’.
Hace un año defendiste en Miss Mundo tu proyecto SPS Mental Health, basado en la prevención del suicidio en jóvenes. Como ciudadanos, ¿qué podemos hacer para ayudar a los demás y para reducir unas tasas alarmantes?
Cuando una persona padece depresión, ansiedad, graves situaciones en las que incluso tiene pensamiento de suicidio, creo que la mayoría de la población no sabe cómo reaccionar, ni sabe la dimensión que eso tiene para la persona. No acaban de comprender la situación ni saben cómo poder ayudar. Y la misma persona que lo vive, probablemente tampoco.
Empezar a hablar de ello sin que sea un tema tabú ya es algo rompedor, porque antes se consideraba que el hablar del suicidio de por sí lo incitaba y no es así; en realidad aligera mucha carga el que este tipo de situaciones se entiendan. Su familia tiene que incitar a que acuda a urgencias, que para eso está el servicio; incluso si andamos desbordados, para eso estamos preparados.
Creo que necesitamos mucho más apoyo también del gobierno para que la asistencia sea cada vez más completa y rápida. Más profesionales médicos y psiquiatras en urgencias, más inversión en ellos para que las guardias no sean tan pesadas, y que los médicos se quieran quedar aquí con unas condiciones que les compensen.
Yo vivo a diario ese conflicto de ‘¿priorizo mi salud mental o priorizo mi carrera como médico?’ No tendría que sentirme así constantemente en mi país. Claro, yo tengo la posibilidad de ponerme a trabajar de modelo de vez en cuando, pero siempre tengo esa ancla de vocación de volver a la medicina.
En 2021 estuvimos llevando a cabo manifestaciones para pedir un plan de prevención del suicidio, porque creemos que se tiene que invertir en una estrategia coordinada de salud mental. Esta se ha empezado a trazar en los últimos años, pero todavía queda mucho por hacer, porque la asistencia psicológica en España es escasa.
Hay pocos psicólogos (6 por cada 100.000 habitantes) y a no ser que acudas a un privado es complicado recibir ayuda. Se tiene que recurrir a fármacos, a la vez que nos exponemos como sociedad a un altísimo nivel de exigencias. Los tiempos han cambiado muchísimo en un corto periodo histórico de tiempo, y que nuestra mente se adapte a estos cambios tan potentes es lo mismo que si un ordenador procesa demasiada información de golpe: nos saturamos.
¿Crees que nuestra salud mental parte exclusivamente de nuestro cerebro, o existen factores externos que influyen inevitablemente en gran medida?
Como médico de familia, uno de cada cuatro de mis pacientes me cuenta un problema familiar o social. Es probable que la crisis de la vivienda influya, o que otras facetas de nuestra vida tengan un gran peso, y precisamente por ello no soy partidaria de hablar todo el rato de neurotransmisores; existe un componente social fuertísimo, y no se puede atribuir todo al cerebro o a la alimentación.
Tenemos una sanidad pública que afronta muchísimos gastos, a veces es difícil coordinar a tanta gente y puede llegar a resultar abrumador. Lo relaciono mucho con mi contraste al volver de Miss Mundo, cuando estoy de nuevo en mi casa, con mi trabajo y mi familia. Tienes picos de ilusión y vives en un mundo cargado de amor, el cual no es fácil mantener. Observándolo desde la distancia todo se ve muy bonito, pero requiere un gran esfuerzo y disciplina todos los días.
Esa vuelta a la realidad tras los concursos de belleza coincidió con la DANA de Valencia, tu tierra. ¿Te impactó más debido a ese contraste que mencionabas?
Me pilló justo en la zona. Fueron tres meses muy intensos de trabajo y de ver situaciones muy de cerca; entonces me involucré muchísimo. Creo que todos los de Valencia que pudimos, lo hicimos. ¿Pero qué pasa? Que yo he empezado este 2025 dolorida de las cosas que he visto. Y de hecho tuve que hacer un esfuerzo muy importante por priorizarme.
Ahora mismo estoy en esa pausa, intentando virar el timón para encontrar ese equilibrio entre estar fuerte para seguir ayudando a los míos sin perder mi ilusión por las facetas más artísticas. Me tomé el no ganar el título de Miss Universo España como una señal del destino: me quería aquí para enseñarme algo y que yo pudiera aprender de todo esto. No gané una corona, pero a cambio encontré mi lugar correcto en el momento correcto. Cuidar de mi familia y trabajar como médica en un contexto tan desolador como la DANA me enseñó a ver que el verdadero liderazgo está en servir con sencillez.
Esa capacidad de liderazgo es algo muy buscado hoy en día en una miss. ¿En qué sentido crees que ha cambiado la definición del concepto de belleza?
Actualmente vivimos en un mundo de egos, y estar cerca de los tuyos mientras mantienes los pies en la tierra es realmente grande, porque la vida no es tan larga. Creo que cada uno de nosotros tenemos nuestro papel importante ahí cerquita de lo que amamos con más verdad. Yo voy a intentar mantenerme lo más auténtica y fiel a mi esencia porque es lo que me va a llevar a la belleza real.
Para mí la belleza no es un ideal físico, por mucho que estemos expuestos a ‘bellezones’ en Instagram y en los medios. La belleza tiene que ser algo que brota de dentro con nuestras intenciones y siempre muy ligado a crear un bien mayor. Este 2025 es un año para calmarme, reestructurarme y así poder ayudar a los míos, mientras busco maneras de seguir potenciando la labor social y crear.
No me voy a desprender del tema de la belleza, del arte en mi vida porque lo necesito. Pero siempre voy a ir conectado a un lado muy humano. Creo que a mí es eso lo que me mueve. Mi vocación es mucho más que ser invitada a una gala: es estar cerca de los míos y cuidar desde lo más sencillo.
¿Te ves volviendo a un concurso de belleza en el futuro, o consideras que es momento de pasar página y seguir enfocando la belleza en tu interior?
Ahora mismo siento que es momento de pasar página, pero nunca se sabe. Igual de aquí a tres años he dado forma y he creado un proyecto de liderazgo humanitario en el cual veo que Miss Universo puede potenciarlo y darle una mayor visibilidad. Es algo que puedo plantearme, pero por el momento siento que mi sitio está en esta pausa reflexiva.
Aunque últimamente hay más gente que sigue los concursos de belleza, España sigue siendo un país reacio a este tipo de certámenes. ¿Te han llegado a discriminar o proyectar una visión errónea de quién eres solo por un título?
Muchas personas consideran que hay gente en este tipo de mundos, como en cualquier ámbito en la vida, que se mueven por oportunismo y por publicidad propia. Pero creo que si las cosas se hacen desinteresadamente y con esa esencia humana y vocacional que otras personas sí que tienen se puede ayudar y generar un gran impacto positivo.
Yo me he visto muchas veces que me han cerrado muchas puertas cuando he tenido esas ganas de ayudar. Es algo que me viene de antes de presentarme a certámenes de belleza, y me ha resultado muy doloroso porque mucha gente consideraba que en lugar de visibilizar una causa estaba dejándome llevar por oportunismo. Creo que ahí es donde tenemos que romper los prejuicios con las misses.
Existen chicas y chicos con muy buen fondo que funcionan a modo de herramienta. En mi caso, al visitar hospitales ves que a los niños les hace ilusión. Que vas con otro grupo de chicas vestidas de sus personajes Disney o superhéroes favoritos. Hay muchas formas en las que un míster y una miss pueden mostrar esa belleza interior. Y creo que España no debería cerrarles puertas por esos prejuicios que se tienen. Además, muchas de las mujeres que participan son personas que están luchando por sus derechos, sus talentos y por romper barreras personales que les hace sentir poderosas consigo mismas.
Este año España está representada en Miss Mundo por la tinerfeña Corina Mrazek. ¿Qué destacarías de ella y que mensaje te gustaría mandarle?
Me siento muy agradecida por haberle podido dar aunque sea el mínimo consejo a Corina durante su preparación. Sí que es cierto que ella vive en Tenerife y yo en Valencia, lo que ha dificultado un poco que podamos conectar más. Pero si algo tengo claro es que es una chica muy independiente y con las tablas necesarias para desenvolverse en una experiencia como Miss Mundo. Además, tiene una luz propia para brillar. Sé que lo va a hacer genial en el concurso; ojalá nos traiga la corona a casa.
En una sola palabra, ¿qué crees que Paula Pérez ha aportado tanto a la historia de Miss Mundo como a la de los concursos de belleza?
Me voy a decantar por ‘humanización’. Hace falta un gran esfuerzo por mantenernos humanos, estamos en la era de la IA y de la robotización y si no nos esforzamos por recordar nuestro lado humano, que es lo más fuerte que tenemos perderemos algo muy valioso. Vivimos en un mundo en el que se valora que todo esté perfecto, y ya no solo el de las misses, sino el de los actores, los ‘influencers’, los modelos, etc., parece que siempre tienes que estar ahí en los mejores eventos. Todos somos personas normales, con nuestras vidas y nuestros problemas, y es una lástima que parece que nos olvidemos de eso.
Recuerdo que en Miss Mundo no había competición en traje de baño, y te hace pensar en que no porque una mujer desfile en bañador debe ser más cosificada, ni mucho menos. Todo son preconcepciones y hay que mantener la mente abierta. Aunque en Miss Universo sí la hay, lo que uno ve es a mujeres empoderadas con su historia personal; ahí radica la verdadera belleza, porque resultan una gran inspiración.