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Entrevista

Lorenzo Fluxá: “La lista Forbes me molesta”

Ni grandes hoteles ni zapatos, el empresario y su mujer apuestan por un alojamiento de lujo ecológico en el interior de Mallorca

Lorenzo Fluxá y su mujer Lisa Jane Cross
Lorenzo Fluxá y su mujer Lisa Jane CrossRoque Martínez

La familia Fluxá es sinónimo de calzado –Lotusse, Camper– pero, sobre todo, de turismo. Dentro de esa cuarta generación está Lorenzo Fluxá Domené, presidente de LJs Group, que tiene intereses en dichas empresas y en el grupo Iberostar. Junto a su esposa, la británica Lisa Jane Cross, ahora se desmarca del turismo de masas en su apuesta por el lujo sostenible. Acaban de inaugurar en la Tramuntana, en Mallorca, el Lj’s Ratxó Eco Luxury Retreat, un lugar que aspira a ser autosuficiente.

¿Cuánto pesa el apellido Fluxá?

Ser un Fluxá es hablar de tres generaciones que han triunfado, y eso es un reto porque te deja el listón muy alto. Somos una familia trabajadora, que nunca ha tenido miedo a innovar. Ese espíritu nos ha permitido ser los primeros en muchos ámbitos, sobre todo el turístico.

Su abuelo, Lorenzo Fluxá Figuerola, adquirió Viajes Iberia, y fue un pionero del turismo.

Fue un pionero en el mundo de la globalización. Compró una agencia de viajes con cuatro amigos hace casi cien años, en una época muy distinta, en medio de dos guerras mundiales y en el marco de una dictadura. Tenía muy claro que íbamos hacia una globalización y que eso haría que todo el mundo tuviese más posibilidades de viajar.

Usted ha optado por seguir los pasos de su tío (Miquel Fluxá, presidente de Iberostar) antes que los de su padre, Antonio, que estaba al frente de Lotusse.

Mi padre era la persona a la que más he admirado en esta vida, es mi referente. Él es el que nos inculcó el sentido de la responsabilidad con las personas, con los trabajadores. Le gustaba trabajar en equipo y eso hacía de él una persona más discreta, y esos valores y su filosofía de vida es lo que ha inspirado a las siguientes generaciones, y a mí mismo: es el que nos ha hecho que tengamos siempre ganas de hacer cosas nuevas. Lo cierto es que mi padre y yo tuvimos nuestros más y nuestros menos cuando acabé la carrera de Administración de Empresas y Marketing en New Hampshire y le propuse que quería viajar y dedicarme al turismo. Me fui a trabajar para mi tío y, la verdad, es que me lo pasé muy bien. Se me quedaba pequeño eso de quedarme en la fábrica de Inca, a pesar de que Lotusse está entre las tres empresas más importantes de calzado de España.

¿Le incomoda ver a miembros de su familia ocupando los primeros puestos en la lista de los más ricos de España?

La familia ha trabajado fuerte y mucho durante muchas generaciones como para que la gente se quede en la fachada. La lista Forbes me molesta; creo que habría que elaborar un ranking que incidiera en cuántos empleos crea tal o cual empresario, en cuántas familias viven de ese negocio. Hablar de quien es más rico es una simplicidad.

Un día decide dar un paso más allá y hacer realidad el sueño de crear un hotel junto a su mujer.

Llevábamos años dándole vueltas a la idea, empapándonos de los comentarios de los clientes y decidimos trasladar nuestro estilo de vida al proyecto. El turismo ahora es más responsable y lo vimos como una oportunidad. Llevamos en el ADN grabado esa necesidad de cuidar nuestro entorno.

¿De donde le nace su apuesta por la sostenibilidad?

Toda la familia, sobre todo las últimas generaciones, y en nuestras diferentes áreas, tenemos muy arraigada ya esa conciencia medioambiental .Antes de adquirir esta finca en Puigpunyent nos metimos de lleno en el sector primario y sembramos nuestras propias viñas; ahora servimos aquí el vino que cosechamos. Lo que es verdad es que el cambio en empresas grandes, como Iberostar, no es tan ágil, pero el trabajo de mis primas, con ese Wave of Change en los hoteles del grupo a nivel internacional, es todo un reto, y lo están haciendo de una manera espectacular. La suerte que tenemos Lisa y yo es que en Lj’s Ratxó podemos hacerlo más rápido y con la idea de que, en pocos años, seamos autosuficientes.

¿Eso cuesta dinero? ¿Nos puede dar cifras?

Preferiría que no, pero la inversión es alta. Al abrir este alojamiento ya pensamos en cómo utilizar las tecnologías y las herramientas de hoy en día para poder alcanzar esa autosuficiencia. Pretendemos no consumir electricidad de fuera, gestionar nuestros propios residuos… ojalá en un futuro nos digan que fuimos pioneros.

La cadena Hilton ha anunciado que limpiará las habitaciones de sus hoteles cada cinco días en busca de esa sostenibilidad...

Me parece una medida muy radical, poco efectiva e incluso, antihigiénica. Para mí eso no es un tema de sostenibilidad. Lo que nosotros hacemos es buscar mecanismos para ahorrar y aprovechar el agua, crear nuestra propia energía para poder secar la mantelería… pero eso requiere inversión, claro.

¿Qué es el lujo para usted?

La simplicidad, el momento de poder disfrutar de ti mismo y el silencio. Añádele tener la suerte de que desde aquí podemos cuidar un monumento como es la Serra de la Tramuntana, donde está nuestro hotel, y los clientes lo valoran y lo disfrutan.

¿Habla del cuidado del medio ambiente y, sin embargo, es un apasionado de los karts y tres de sus hijos compiten de manera profesional. ¿Esto cómo encaja en su idea de sostenibilidad?

También estamos trabajando en esto, en cambiar el uso de los combustibles actuales, crear una gasolina que no contamine y usar motores que no expulsen humo. Hay que coger conciencia de verdad y pensar hacia dónde queremos ir como humanidad.

Su próximo reto: México.

Sí, pertenecemos al grupo Eco Hotel & Resorts, con base en México DF, y hemos hecho una alianza para llevar el concepto de Lj’s y sostenibilidad a varios establecimientos de la zona. Mi mujer y yo estamos muy ilusionados con el proyecto.